Agua, aire, tierra, luz… elementos que conforman el espacio en el que nos movemos, desarrollamos, en el que vivimos. Espacio físico que se convierte en parte fundamental de lo que somos. Destellos de luz, colores reflejados y movilidad, aspectos que se ven reflejados en el trabajo de Olafur Eliasson y que nos transportan a un nuevo horizonte dentro de estructuras ya establecidas. De origen danés, Eliasson ha destacado en años recientes por sus trabajos de instalación, arquitectura y diseño los cuales tienen como principal característica incorporar elementos naturales como la luz, agua y aire, así como un extenso empleo de figuras geométricas tomando como elemento fundamental el correcto uso del espacio. Formado en la Real Academia de las Artes de Copenhague, Olafur Eliasson se ha involucrado en diversos proyectos realizados para espacios públicos entre los que destacan el proyecto Green River, llevado a cabo en diversas ciudades (1998-2001), el pabellón temporal Serpentine Gallery en Londres (2007) y las Cascadas de Nueva York (2008). Desde 1993 Olafur reside en Berlín, donde maneja un estudio en Prenzlauer Berg, el cual funciona como un laboratorio permanente para investigaciones sobre el uso del espacio, arquitectura y arte. En él participan arquitectos, ingenieros, constructores y asistentes quienes trabajan directamente en el desarrollo de nuevas instalaciones y proyectos a gran escala. Elliasson es conocido por procurar reunirse con expertos para el correcto diseño y realización de cada uno de sus proyectos. De esta manera, en 1996 comienza a trabajar con los arquitectos Buckminster Fuller y Einar Thorsteinn, expertos en geometría y en quien Elliasson se inspira para sus diseños y uso del espacio. Esta influencia se refleja principalmente en el diseño de corredores, túneles, fachadas, lámparas y trabajos de cámara oscura.
Su capacidad de realizar estructuras bellas y simples a la vista, pero llenas de la complejidad que ofrecen la figuras geométricas, permiten al espectador analizar el uso del espacio en relación con los elementos naturales y la luz. Sus instalaciones están previstas para convertirse en un espacio agradable y habitable. Finalmente, el público se convierte en parte de la obra, ésta está hecha para él y por él. Su interacción es la que logra darle un significado.