Lagos, una de las ciudades más grandes de Nigeria, fue construida desde el siglo XV, ya desde entonces la exportación de diferentes cosas ha sido una actividad importante para lograr mantener un “buen nivel de vida” a las familias que allí viven.
El petróleo, carbón, gas natural, madera y agua eran los grandes recursos con los que se sustentaba Lagos, que sin duda fue el epicentro del comercio y la industria de Nigeria, pero con la producción de petróleo que surtían y los precios del mercado mundial que subían extremadamente, una inflación y endeudamiento perpetuo atraparon y, hasta hoy, mantienen a Lagos.
Makoko, también llamado la Venecia de África, es un gran suburbio que en sus inicios se conoció como un pueblo pesquero y que hoy está sobrepoblado. El lugar fue creciendo hasta el punto de construir casas sobre el agua, pequeños hogares donde viven aproximadamente ocho personas en cada uno de ellos. Las familias de Makoko viven de la pesca y la recolección de madera, utilizando como único medio de transporte canoas angostas e inestables que son muy populares y utilizadas sobre las aguas contaminadas de la laguna.
La Venecia de África ha tratado de ser totalmente independiente del gobierno, pues después de que algunos policías se enfrentaran con los habitantes como un aviso de desalojo, los residentes decidieron poseer la seguridad más confiable: ellos mismos.
Las personas de Makoko no pierden la esperanza de salir adelante, es por eso que como un símbolo de progreso se han creado algunas escuelas primarias para los niños residentes. La arquitectura que utilizan es a base de madera y principalmente se busca crear un ambiente ecológico y sostenible en la cultura de todos los que viven sobre el agua.