Por: Señorita Lechuga
El cuerpo recuerda; cada movimiento queda en el espacio como un camino que regresará al inicio, como una línea de migajas que aguarda y espera reflejar estados emocionales. El cuerpo está hecho para estar en movimiento, no importa la manera en la que éste se manifieste. Lo único que sabemos es que todo cambia, todo se mueve, incluso el amor. Lo increíble de este sentimiento es su transformación y cómo poco a poco invade cada uno de nuestros cambios y se adapta a nuestros días. Llega, se instala, comienza su rutina y, de repente, nos convertimos en uno.
Esta semana Señorita Lechuga nos cuenta cómo es que el amor llegó e impregnó todos los pequeños detalles.
Para comenzar a leer, escucha bajito esta canción:
https://www.youtube.com/watch?v=NIwIAbcLFhI
Me etiquetó en un meme, a veces así inicia nuestra comunicación en un lunes por la mañana.
El lunes siguió, salí del trabajo y fui a su casa, todos los pendientes se borran al ver dibujada una sonrisa en su rostro cuando me ve llegar. Nos comunicamos entre horas y entre tiempos. Nuestros mensajes van de aquí para allá.
¿Ya desayunaste?, me escribe. ¿Pudiste arreglar la llanta de tu carro? Las cosas que nos consumen el día están cargadas de energía, de emoción y de sabor. Al leer sus textos pensaba en lo grandilocuente que es este amor; no se necesita decir mucho para decirlo todo. Son los te amos escondidos.
Las mejores declaraciones de amor, no tienen que ver con la palabra amor, están relacionadas con la cotidianidad y lo espontáneo de las expresiones. Él y sus manos y su cuerpo y su todo me han enseñado a querer y a ver el amor de otra forma. Me basta con que me mande un mensaje diciéndome: ¿Cómo amaneciste?, para saber que está pensando en mí, que me etiquete en una publicación de Facebook y me diga: ¡Tenemos que ir ahí! O después, me comparta una nota sobre la última serie que está próxima a estrenarse, para saber que tenemos un plan juntos el fin de semana.
Lo veo cocinar, cortar de forma suave las rodajas de jitomate, cuando voltea a verme y me dice:
– ¿Te has pintado de nuevo las uñas?
– Sí
– Me gustan
Toca mi cabello mientras yo le comparto del agua de limón con poca azúcar que tanto le gusta. Este diálogo de dos es perpetuo y es de amor, y es tan continuo y armónico que cuando llega el silencio ya no hace falta nada.
Que les pase como a mi, chic@s.
XOXO
Señorita lechuga es un dúo conformado por Yolanda Morales y Andrea Chavarín, juntas cuentan sus historias a través de frases e ilustraciones llenas de fuerza, amor, desamor, valentía y coraje. Aprendieron que para el amor, propio y compartido, se debe ser valiente, así que se repiten una y otra vez el mantra: “Se cae, se levanta, se sacude el polvo y se vuelve a enamorar. Sin resentimientos”.
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