«Quien con monstruos lucha, cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti», se lee en “Más Allá del Bien y el Mal” de Friedrich Nietzsche. Este filósofo alemán es uno de los hitos más significativos en la historia del pensamiento universal. Con una majestuosidad inédita, transgredió los conceptos preestablecidos por una moral decadente y represora de los instintos de vida.
¿Es raro que por miles se cuenten los artistas, músicos, poetas, cineastas y demás creadores que se inspiren en su filosofía? No. Como pocos –por no decir como nadie– Nietzsche ha puesto de cabeza el mundo tal como lo conocemos. Sin reservas ni tapujos, ha des-cubierto el velo del engaño que hemos colocado a la realidad. Como un breve ejemplo, en “Verdad y mentira en sentido extramoral” evidencia cómo, engañados, pensamos que la Razón domina la realidad, la condiciona y la limita. Nada más falso que esto.
«¿Acaso no le oculta la naturaleza la mayor parte de las cosas, incluso sobre su propio cuerpo, de forma que, al margen de las circunvoluciones de sus intestinos, del rápido flujo de su circulación sanguínea, de las complejas vibraciones de sus fibras, quede recluido y encerrado en una conciencia orgullosa y embaucadora?» Y es que la vida no está al servicio de la razón, más bien es al contrario pero, se pregunta, «¿De dónde procede en el mundo entero, en esta constelación el impulso hacia la verdad?».
¿Por qué nos cuesta tanto aceptar que hay cosas que simplemente no podemos comprender?, ¿por qué el término “inconsciente” nos produce escozor?
La obra del artista berlinés Pierre Schmidt (Drømsjel) podría acercarnos no a una respuesta, sino a una exhibición plástica de estas dificultades. El creador realiza peculiares collages en los que utiliza fotografías vintage y bocetos que manipula digitalmente, creando con ello imágenes que rozan la locura. Según él mismo, su obra es resultado de una inspiración de la filosofía de Nietzsche y la melancolía de “Spiegel im Spiegel” de Arvo Pärt.
Estas ilustraciones se acercan a las intuiciones que tenemos sobre el inconsciente con formas escurridizas, factores sorpresivos, descontextualizados y dimensiones que se escapan a lo comprensible. A propósito de la declarada influencia que este artista tomó del autor de “El Anticristo”, te presentamos parte de su trabajo con imágenes antecedidas de algunos aforismos obtenidos de “El crepúsculo de los ídolos” escrito en 1887:
“Toda verdad es simple” ¿No es esto una mentira al cuadrado?
“¿Es el hombre tan sólo un error de Dios? ¿O es Dios tan sólo un error del hombre?”
“Quien posee su propio porqué de la vida, acepta casi todo cómo. El ser humano no aspira a la felicidad. Eso es algo que sólo lo hacen los ingleses”.
“¿Qué estás buscando?; ¿Te gustaría multiplicarte por diez, por cien?, ¿Estás buscando adeptos? ¡Busca ceros entonces!”
“Quien no sabe poner su voluntad en las cosas, pone en ellas al menos un sentido: es decir, cree que hay en ellas una voluntad (principio de la «fe»)”.
“En pocas ocasiones nos precipitamos una sola vez. A la primera vamos siempre demasiado lejos; y precisamente por eso nos precipitamos otra vez; sólo que en esta segunda ocasión nos quedamos demasiado cortos”.
“¡Qué poco basta para ser feliz! El sonido de una gaita resulta suficiente. Sin música la vida sería un error. El alemán se imagina que hasta Dios canta canciones”.
“¿Vas corriendo delante de todos? ¿lo haces como pastor o como ser excepcional? Puede haber un tercer caso: el que corre porque huye… Primer caso de conciencia”.
“Habla el desengañado: buscaba grandes hombres y no he encontrado nunca más que monos imitadores de su ideal”.
“¿Qué es entonces la verdad? Un ejército móvil de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas, adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas, canónicas, obligatorias: las verdades son ilusiones que se han olvidado que lo son, metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal”, sentencia, implacable, Nietzsche. La línea divisoria entre la verdad y la mentira aquí expuestas parecen jugar con nuestra limitada conciencia, exploran posibilidades que parecen –al mismo tiempo– inocentes y grotescas. El elemento de lo sarcástico baila también entre ellas.
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Es muy arriesgado interpretar a un artista a través de un filósofo, tanto más si se trata de una figura como Nietzcshe. La subjetividad camina por arenas movedizas en las que es fácil caer. Sin embargo, la influencia del pensador es legítima desde el reconocimiento del artista y es una interesante opción de lectura, aunque quizá no válida para todos.
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La obra completa de Pierre Schmidtm la puedes encontrar aquí . Si quieres conocer más ilustradores no dejes de ver estas ilustraciones que pueden excitarte o perturbar tu mente, o éstas que sólo entenderás desnudo frente a un espejo.
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Referencias
El ocaso de los ídolos
Dromsjel