Cuando el chico de la sonrisa bonita le escribió, Ana sintió que su corazón iba a sufrir un infarto y sus amigas gritaron sumidas en éxtasis, tanto que la dejaron sorda por unos segundos. Ella no dejaba de sonreír cual colegiala enamorada, pero —al mismo tiempo— sabía a la perfección que algo no estaba bien.
¿De verdad esa sonrisa tan bella la estaba saludando a través de Facebook? Sí… Pero en lugar de celebrar, una nube invadió su mente y más allá de pensar en los dientes perfectos de su crush, comenzó a tener ideas negativas: «¿Y si se equivocó? ¿Y si me quiere preguntar por mi amiga? ¿Tendrá alguna duda y por eso me escribe?». Pensó todo tipo de cosas hasta que se miró al espejo y se dio cuenta de que estaba en medio de una batalla consigo misma.
Pero Ana no podía ver más allá del espejo, estaba ahí parada con esas gafas enormes, el cabello esponjado y la uñas mordisqueadas. Se sentía la persona más horrenda del mundo, la más nefasta, la más imbécil y mientras tanto, el “hola” del crush seguía ahí, esperando una respuesta de ella.
No pudo más, se echó a llorar.
Hasta que sus amigas le hicieron ver que era guapa y por algo el chico sexy la estaba saludando. Esas mujeres tenían un poder especial en la boca, pues cada que le decían algo, ella parecía mejorar rotundamente, hasta que se enfundaba en la piel de una mujer poderosa, fuerte y violenta capaz de atrapar todos esos fantasmas llamados complejos y lograba deshacerse de cada uno de ellos con amor propio y confianza —quizás— exagerada, pero funcional.
Ana exageraba en cada situación, no podía ver más allá de lo que sus inseguridades le permitían y sólo conseguía falsas películas en la mente. Pero ese día se armó de valor y dejó de complicarse la vida para ver lo que en realidad sucedía. Decidió correr el riesgo y pasó. Sin importar si el hombre de la sonrisa hermosa tenía o no buenas intenciones, ella dejaría que el destino actuara. Fue entonces que descubrió a Para Imperfectas, una cuenta de Instagram que se dedica a plasmar en viñetas la angustia de Ana, la tuya y la mía. Todo al mismo tiempo.
Para Imperfectas es el proyecto de Lucía Taboada y Moderna de Pueblo, quienes han unido sus talentos para crear esta fórmula de felicidad, amor y aceptación. En cada una de sus ilustraciones podrás ver reflejada una anécdota tan cotidiana en tu día a día que creerías que las artistas te persiguen, pero la realidad es que son tan comunes que a todas nos ha pasado algo similar. Desde el típico odio en el espejo hasta la ironía que nos da cuando nos llaman “mujeres infernales”. Ellas tratan de mostrar chicas reales con las que nos identifiquemos, es decir, no son modelos, pero tampoco simples personitas comunes, son mujeres complejas pero que viven felices… o eso intentan.
Las ilustraciones son sencillas y llamativas, los textos suelen ser complejos e informativos en pro de la defensa femenina. La combinación de ambos talentos da como resultado un discurso feminista sencillo de leer y observar, tanto que nos dan ganas de quedarnos horas scrolleando las viñetas porque en cada una hay un poquito de nosotras y de Ana, quien se decidió a saludar al chico de la sonrisa bonita… ¿Qué sucedió? Nadie lo sabe, pero desde aquel extraño día, Ana se siente muy feliz, es una nueva mujer y comparte cada una de las ilustraciones de “Para Imperfectas”. Así que si no hubo un final definitivo, al menos creció su autoestima y no, no hay razones, sólo situaciones.
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Sigue en Instagram “Para Imperfectas”, el proyecto de Moderna de Pueblo y Lucía Taboada.