Hace un par de semanas, en Cultura Colectiva presentamos la entrevista que realizamos a Hanna Hedman con motivo del taller de joyería contemporánea “Amuleto o Talismán” que impartirá el próximo abril en la ciudad de Guadalajara. Pero antes de que Hanna tome el espacio de Hard to Find con su propuesta de joyas elaboradas a partir de la suerte, la magia, los amuletos y las tradiciones mexicanas, el holandés Ruudt Peters participará con el taller “Mi pobre corazón”.
Cuando el ser humano se plantea crear, toma como referentes cosas del exterior, de su propio entorno o de una cultura ajena, a veces también de la naturaleza o de otros quienes antes ya hayan dado un primer paso. Pero, ¿qué hay de mirar al interior de uno mismo y a partir de eso formar algo completamente nuevo? De esta forma se puede hacer sentido de pertenencia con la obra y ésta adquiere una auténtica identidad que no es más que la proyección del creador.
Pensar, actuar y crear desde las propias raíces carga a cualquier proyecto de una energía que se ve alimentada por diversos mundos: la cultura, la música, la profesión, la lectura y las artes. Este lenguaje personal forma la idea de artista, pero hallarse atado a la tierra de uno, no siempre es tarea fácil.
Mi pobre corazón está pensado para descubrir las propias raíces del tallerista. El objetivo no es la pieza en sí, sino el proceso de conocerse, reconocerse y descubrirse en la elaboración de la misma. Ruud Peters quiere que cada uno de los alumnos encuentre su fuerza interior que le de libertad creativa a la hora de formar la joya. Estas experiencias primeras ayudarán al artesano a formular sus propias visiones y formas de realizar joyería artística. Al final, el objetivo es relacionar al este con su yo para reflejarlo en el medio. La joyería, apunta Peters, es sólo el pretexto.
Previo a la impartición de su taller en Guadalajara Maria Sais Fluvià, estudiante, creadora y asistente de Ruudt Peters entrevistó al holandés acerca del estado actual de la joyería contemporánea, sus necesidades y fantasmas, y cómo su trabajo impacta en el terreno de los creadores de esta disciplina.
Domando al tigre
Radiografía del momento presente en joyería contemporánea, ¿Qué está pasando?
Probablemente estamos en el nivel más alto de la producción individual en joyería artística, en la cresta. Puede que se mantenga, aunque no tengo claro por cuánto tiempo podemos alargar esta situación, pero creo que nos estamos moviendo hacia niveles más colectivos, hacia dinámicas basadas en el grupo. Grupos de personas, grupos de creadores. La era del ‘yo, yo, yo’ se acabó. Y ‘yo, yo, yo’ significa yo soy el único, yo lo hago todo. Trabajo conjuntamente con un diseñador gráfico, con un soplador de vidrio… Finalmente el trabajo aparece como ‘Ruudt Peters’ y quizás me presente a mí mismo como ‘yo, yo, yo’ Ruudt Peters, pero lo cierto es que ya no estamos trabajando aislados en nuestros estudios sin contar con nadie más.
¿Cuáles son los fantasmas, los puntos ignífugos, de estos tiempos?
Es imposible hablar de fantasmas por un periodo largo de tiempo; cambian cada diez años… No exactamente diez, diez, diez… Pero de todas formas no quiero hablar de fantasmas; quiero hablar de una vibración. Hay una vibración permanente alrededor del mundo, alrededor del globo. Hoy en día hay un temblor particular, pero todavía no podría decir por qué es lo que es o darle un nombre, porque estoy dentro. Se necesita cierta distancia para mirar hacia atrás y entender qué estaba pasando en cierto periodo. Cuando eres un artista puedes sintonizar con esa vibración y comprender lo que tiene que ser hecho en cada tiempo.
Lo que necesita hacerse… ¿Según quién?
Lo primero, a nivel individual. Empieza contigo, con una fascinación personal, una hipótesis. Luego hay que transformarla y hacerla universal, de lo contrario los demás no pueden entenderlo, relacionarse con ello. Cuando haces una pieza y la pieza está únicamente en tu ombligo, no vas a ser comprendido por la sociedad. Haces trabajo interno, procedente del inconsciente y nada más. Entonces ocurre que es demasiado extraño. Racionalidad e irracionalidad y la ambigüedad, el diálogo entre ellas. La joyería también es comunicación. No se puede ignorar esa parte.
Otra cosa es que, como artista, necesitas poner tu antena ahí afuera, en lo global, sintonizarla y averiguar qué es lo presente en cada ‘ahora’. Ni diez años antes ni diez años después. Un creador necesita esta fuerte conexión con lo que está pasando en el mundo, con lo que está pasando con las vibraciones alrededor de él. Suena un poco volado, pero en realidad no lo es.
La serie Corpus comenzó con el deseo de representar figures desnudas de Jesucristo. Aporté mi comentario acerca de Jesús y el amor. Esto pasó en un momento en que, en el mundo, la religión tomaba un papel extremadamente relevante. Un momento de radicalización y fundamentalismo, con los diferentes credos y posturas religiosas posicionándose progresivamente más… prrrrg-prrrrg-prrrrg… irguiendo espalda. Ese trabajo encajaba con ese momento, en los años 80 no habría tenido sentido.
Pero a veces parece que se pierde la señal
Sí, claro, seguro. Personalmente intento siempre situarme en el límite de la aceptación. La frontera de lo que es aceptable en un momento dado, para los demás pero también para mí mismo. Puede pasar que la audiencia no esté preparada todavía, que necesite más tiempo para entender lo que estás haciendo. Puede ocurrir también que estés desfasado o que simplemente tú encuentres relevante algo en lo que los demás no están interesados para nada.
¿Tu propio trabajo también lo procesas y entiendes una vez terminado?
Cuando la serie está acabada, puedo reflexionarla. Mientras estoy dentro de ella no. Hay otros creadores que lo hacen de distintas maneras. Observan el mundo, lo piensan y hacen una síntesis, una declaración, una interpretación. Ésa es otra manera frecuente. Hacer la pieza una vez analizado qué necesita ser hecho. Se puede llegar al mismo punto desde diferentes.
¿Es importante sentir que te estás atreviendo al hacer algo?
Hay quizás dos colecciones que fueron realmente difíciles de trasladar a la sociedad. Primero, la serie Lingam, con la que presenté penes en un contexto religioso. Era fácil ser malinterpretado en términos de ‘Está haciendo consoladores’ o directamente ‘¿Qué carajo está haciendo?’. El segundo fue Corpus. En ese caso la lectura podría haberse reducido totalmente a ‘Peters es un católico fundamentalista’. Finalmente resultó el algo completamente distinto, pero esas colecciones estaban en el límite. La cosa de estar al filo es que indica que estás haciendo lo correcto.
En caso de duda, ¿paso hacia atrás o hacia adelante?
Hacer cambios me asusta increíblemente. De un modo u otro, a todos nos da miedo cambiar cosas en nuestra vida. Porque la opción más fácil es siempre quedarte donde estas y no moverse. Pero entonces es aburrido. Para mí el cambio no es una opción, es un deber. Obviamente me gustaría que todo el mundo me quisiera, pero no creo que eso sea posible cuando uno cambia permanentemente y, de cualquier manera, para mí es más importante seguir la raíz interna y evolucionar. Respeto a las personas que trabajan haciendo pasos de ratón, pasos de ratón, pasos de ratón…. pero yo no soy de los que quieren hacer pasos de ratón. Quiero hacer pasos más grandes. Eso no quiere decir que no haya siempre un hilo conductor en mi trabajo; realmente hay una línea rastreable.
Las constantes recurrentes en el trabajo de cada creador, ¿Cuáles son las tuyas?
Misterio, historia, religión. Estas siempre están presentes. Mi trabajo es limpio, pero no claro. Intento mantener en él cierto grado de intriga, ambigüedad.
Una vez definiste arte como una combinación nueva de partículas, elementos, que no existía antes. Añadiste una segunda parte: el arte es arte durante un momento y acto seguido se acabó.
Lo que yo dije es que cuando llamamos ‘arte’ al arte, éste deja de serlo. Quizás esta es la clave. Grensoverschrijdend es una palabra holandesa que significa ‘sobrepasar las fronteras, mostrar cosas distintas’. En poco tiempo lo nuevo deja de serlo, pero en la línea temporal es otra reinterpretación de la vida. Reinterpretación, reinterpretación, reinterpretación… Todo el mundo tiene que reinterpretar la vida. Cada generación. Todos nosotros intentamos averiguar nuestro propio sentido de la vida, encontrar una voz individual. Pero al mismo tiempo estamos hablando de lo mismo, de los grandes tópicos de la vida: nacimiento, comida, sexo, muerte…
Darle el nombre de ‘arte’ al arte, ¿Significa entonces que el sistema ya lo ha absorbido y digerido?
Significa que es conocido. Y cuando es conocido, lo puedes poner en una caja, darle una etiqueta. Le das el nombre de ‘arte’ por el conocimiento global o humano de lo que es arte. Personalmente me interesa mucho más lo desconocido.
En este contexto, ¿las piezas no vendrían a ser restos, productos colaterales del proceso creativo inmaterial?
No, no son restos. No, no. Existen. Hay una diferencia entre el creador y el espectador. El espectador necesita el arte en una caja, de otro modo no puede relacionarse con él. El creador necesita el arte cuando no es arte todavía. El creador necesita irrumpir, encontrar una nueva relación entre él o ella y el mundo para crear algo. Y la creación es algo increíblemente problemático porque es el espacio vacío, el papel vacío. Todo está vacío, vacío, vacío. Y asusta un poco eso de llenar el espacio vacío.
¿Por qué necesitamos llamarlo joyería-artística? Nunca he oído hablar de pintura-artística o escultura-artística
La joyería es una constelación grande. Hay joyería de moda, joyería de diseño, joyería en la calle, joyería por todos lados… y joyería artística contemporánea. Si me preguntas ‘¿La joyería es arte?’, tengo que decir que no. Pero si me preguntas ‘¿La joyería artística es arte?’, entonces la respuesta es sí. Tiene que ver también con las disciplinas tradicionalmente aceptadas o no como bellas artes. Pero para mí personalmente es más importante ser un buen joyero que un mal artista. Me di cuenta de que soy un artista a posteriori, pero internamente, me identifico como creador.
¿Qué sería la joyería artística? Rasgos distintivos particulares:
Para mí la joyería artística es joyería con un significado específico, un concepto, que debes mantener hasta el final, haciéndolo tan fuerte como sea posible. A veces la gente se basa en un contenido pero empiezan a intentar hacerlo agradable y aceptable como adorno corporal, para complacer a la audiencia. Como creador, en el momento que intentas complacer ya no estás haciendo arte. La joyería artística también es una reflexión sobre el momento contemporáneo traducida luego en una pieza.
El inconsciente como método
No soy una persona esotérica, para nada. No soy del tipo chiflado. Pero creo que el inconsciente es la madre de la creatividad. Des de la racionalidad, uno más uno más uno… son tres. El inconsciente te conduce a sitios que no conoces. El cerebro es un tigre.
¿Deberíamos matar al tigre?
No, no, no, sé feliz con el tigre, camina con el tigre. Matar no tiene ningún sentido. Matar es como ggggggshcs…… un conflicto. Vive con eso, vive con el hecho de que a veces tu cerebro te supera, asume el control. Puedes ser consciente de ello y aceptarlo, y luego sólo hablar con él ‘Ei, venga, venga… un poco menos’. No puedes esquivar el pensamiento, pero éste está en la parte frontal de la cabeza y amputa todo lo que no está en orden. Esto tiene que ver con lo que está permitido y lo que no en el mundo, sí o no, papá y mamá, esto está bien y esto está mal… Cuando reducimos la vía consciente, el inconsciente da espacio y quizás todas esas herencias dejan de ser tan poderosas. Por otro lado, el inconsciente en crudo es demasiado tosco.
Gurdjieff y el triunvirato cerebro-corazón-vientre
Debido a mis raíces y al momento en que entré en contacto con el arte (eso fue en los 70) tengo un lado un poco fundamental, sistemático, estructurado… muy holandés. Soy un fanático del control. Así que cuando actúo un poco menos controlado, trasladando del cerebro al corazón y al vientre… Entonces hay un poco más de vida en lo que hago. Hay otros creadores que son vientre, vientre, vientre y quizás necesitan un poco de cerebro, de otro modo no encuentran equilibrio en su trabajo.
Dibujos a ciegas, intestinales… ¿cada uno de ellos durante unos precisos 25 minutos?
Al principio no sabía cuánto me llevaría hacerlos así que puse la alarma del reloj. Lo fui estirando y al final 25 minutos resultaron ser el límite. A mí también me pareció un número estúpido… pero quizás con media hora no funcionaría. La clave está en la diferencia entre 5 minutos y 25. Entras en una zona incómoda, eso es lo que quiero decir. Esto no va sobre el número, va sobre ese silencio incómodo.
Como antigua estudiante tuya, recuerdo el permanente mensaje oculto ‘ve al fondo, siéntete torpe, incómoda, pierde el control, entra un poco en pánico y reza para encontrar algo’. Esta terapia de choque ¿tiene retornos decrecientes?
Para mí, como profesor, también es muy extraño perder el control. Les pregunto a mis estudiantes ‘¿Puedes oler el material? o ¿Puedes cantar tu pieza?’ No hay una lógica particular en la pregunta, pero cambia el ángulo de percepción de lo que una cosa debería ser. En el momento que me viene una idea, un pensamiento diminuto de este tipo, simplemente sigo mi instinto. Caza lo que está allí y llevarlo a cabo. Hacerlo, probarlo, ponerlo a prueba. Yo también me peleo en el proceso de transformar qué es el inconsciente. No tengo una respuesta o una receta. Esto no funciona así, tú haces eso o aquello y obtienes una buena pieza. Uso este método general de inconsciente y creación pero no hay una línea directa, no es de A a B. Nunca puedes estar completamente seguro, pero intento mantenerme en una actitud inocente, pueril.
La obra tiene que hablar por sí misma. Aunque hablar tiene que ver con codificaciones aprendidas, convenciones de símbolos.
Antes que nada, la obra tiene que tocar al espectador, tiene que conmover en el momento en que la ven. A parte de eso la obra tiene un lenguaje. Si yo no hablo ese lenguaje, no puedo leer la obra. Tengo que aprenderlo. Aprendemos arte, aprendemos su significado. Esto es desde el punto de vista del espectador.
Desde el lado del artista, yo no digo que cada artista tenga que ser entendido por todo el mundo, pero poniendo un poco de energía, es posible alcanzar un lenguaje comprensible. No somos diferentes hasta el punto que hablamos lenguas incompatibles. Hace unos días, dando un curso, di los comentarios a mis estudiantes sin palabras, sólo con gestos. Parecía bastante difícil pero fue muy interesante que ellos me entendieran completamente. Reaccioné a su trabajo en silencio, tomando la misma responsabilidad que ellos; cuando tú no puedes comunicar con palabras, yo tampoco. Confiamos demasiado en la palabra hablada, el lenguaje escrito. Creemos primero en eso y luego en lo visual. Pero lo visual ya lo está diciendo todo.
Una persona tiene una identidad, una pared no. ¿Cuáles son las implicaciones de trabajar con un emplazamiento tan particular?
La respuesta es afflatus. Y afflatus es más que una identidad. Afflatus es alma, vida interior. Cuando la pieza de joyería tiene un mundo interior, transmite, y eso se traduce en la posibilidad de comunicación, interacción. Pero no se puede forzar a ninguna persona o ninguna pieza a ello. Está allí o no. La misma joya llevada por diferentes personas tiene una expresión completamente diferente y eso no pasa cuando nos referimos a otros tipos de obras de arte.
Como creador, tú cargas una pieza. Y el aspecto interesante en nuestra profesión es que, en el momento en que la persona que lleva la joya la coloca en su cuerpo, la empieza a llevar, se encuentra en cierto tipo de circunstancias… la pieza se carga una segunda vez. Llevar una joya y circular significa que estoy aceptando constantemente la pieza en el mundo exterior.
¿Podríamos llevar un poco más lejos o ahondar en la relación entre las piezas y el cuerpo? ¿Es uno de los puntos débiles en joyería contemporánea?
Me llamo a mí mismo mal joyero por esta razón. Sinceramente me preocupa mucho más mi relación filosófica, psicológica y fisiológica con la pieza que su conexión física con el cuerpo. Pero la cosa es que siempre, incluso con las piezas no fuertemente relacionadas con el cuerpo, una vez que se llevan comienzan a comunicar con él. La acción de ‘llevar’ crea directamente una interacción. Algunos joyeros están más comprometidos con esto y otros menos. Para mí no es una necesidad estricta.
Los niños tienen que matar a sus mamás y sus papás. Yo diría que tú eres uno de los padres de las nuevas generaciones de joyeros. ¿Preparado?
Un estudiante tiene que matar a su profesor para hacerse independiente, de otro modo se queda anclado en la corriente o el desarrollo del profesor. Hay que cortar el cordón umbilical. Veo eso y veo que está pasando.
Algunos antiguos alumnos me han dicho ‘¡Ei! ¡Ocupaste toda la escena! ¡Lárgate!’ Entonces mi respuesta es siempre ‘Bien, puede que tengas razón, pero entonces sé mejor y échame!. Peeeeeeroooo…. No es que lo esté esperando. Me asusta que efectivamente lo hagan y dejar de estar ahí. Creo que sería bonito ver que tu percepción cambia y que no te asusta hacerte mayor. Que has hecho lo que tenías que hacer, que sigues haciéndolo, aunque sea a menor velocidad… Que hay personas pisándote los talones, tomando posiciones, etcétera. y que esas mismas a veces te comparte con la siguiente generación… es entrañable.
No me asusta hacerme…… [silencio… y risas] mayor. Siiii, jrrrrrrggggg…… si…… [rechinar de dientes] Nunca se sabe, eeeeehhhh??!?!?!?! Nunca se sabe!! En el momento en que nadie te llama, nadie te pregunta…. el mundo se vuelve silencioso. Ya no eres parte de él. Habrá un momento en que esto pase. Creo, no lo sé, pero podría ser… ¡podría ser! Supongo que el tiempo te prepara para esto. No pasa de un momento al otro.
***
Ruudt Peters ha participado como profesor en dos de las más prestigiosas universidades de Europa: la Gerrit Rietveld Academie en Amsterdam (1990-2000) y la Konstfack University of Arts and Crafts, en Estocolmo (2004-2009). Actualmente es profesor en la escuela de joyería Alchimia, de Florencia. Ha impartido clases alrededor del mundo y ha visto que la globalización hace que todo sea borroso. Peters cree que hay una diferencia entre hacer arte en México o Alemania. Aun en Europa, cada país tiene algo diferente que aportar a sus obras. La identidad cultural del autor y el lugar donde la obra se realiza tienen una fuerte influencia en el arte.
Desde la década de los setenta, Ruudt Peters se convirtió en pionero de la joyería conceptual holandesa al desafiar las reglas impuestas y redefinir los límites, los materiales, la presentación y la forma de portar sus piezas.
“Mi pobre corazón” está dirigido a diseñadores, joyeros, artistas y público en general interesado en joyería contemporánea. Se llevará a cabo del 3 al 5 de abril, de 9:00 a 20:00 horas, en Hard to Find, Guadalajara: Pablo Neruda 2696 – 3B, Providencia, Guadalajara, México.
Son 27 horas, tres sesiones de 9 horas cada una.
Costo:
Inscripción $2,500
Taller $7,400 + IVA
100% cubierto antes de la primera clase.
Cupo limitado
Para más información sobre las inscripciones escribe a:
cursos@htf.org.mx
33+12021847