Para conocer el trabajo de Serge Mansau no hace falta acercarse a un museo. Sus obras han sido creadas para exhibirse en aparadores de las más prestigiosas perfumerías. De su imaginación han salido más de 200 frascos, algunos tan icónicos como Flower by Kenzo; O, de Lancôme; Insolence, de Guerlain; Declaration, de Cartier, entre muchos otros.
El escultor comenzó con el diseño de frascos de perfume, casi por casualidad, cuando conoció al famoso mimo Marcell Marceau en la academia de arte moderno, donde estudiaba para ser escenógrafo.
Marcell lo alentó a inspirarse en las formas y símbolos de la naturaleza, estímulo que marcaría la dirección de su trabajo y su vida personal.
Para comenzar un boceto, Serge se inspira en flores, piedras e, incluso, sonidos del medio ambiente. Jamás ha leído un brief (documento en el que se resume el espíritu de la fragancia), todos sus frascos nacen de su apego a los elementos naturales que ama.
Serge diseña y moldea el vidrio; no piensa en el perfume para la mujer casada, maravillosa y feliz que se lee en las especificaciones de un nuevo encargo "¿Dónde se encuentra ese tipo de gente?, no es real"; el diseñador encuentra inspiración en los elementos naturales: “Todo el mundo, rico o pobre, entiende la naturaleza”.
El escultor francés ha trabajado, también, embotellando cremas corporales y bebidas de diversas marcas a las que dota de personalidad con las propuestas que moldea en cristal.
Una de sus creaciones más conocidas es la que realizó en 2ooo para la fragancia flower by Kenzo. El frasco estilizado dentro del que se encuentra una amapola se convirtió en el ícono de la marca del empresario Kenzo Takada.

Actualmente , el museo Pompidou , en París, prepara una muestra que expondrá los trabajos realizados durante la carrera del artista francés, conocido en todo el mundo como el escultor de aromas.