No podemos evitar, ni cambia el paso del tiempo. Lo que hacemos de un momento a otro pasa a la historia y queda ahí inamovible. Un hecho estático, ya no se puede cambiar. Lo único que se puede cambiar son las consecuencias de tal acto. Pongámonos en los zapatos de Charlie Kaufman cuando decidió escribir “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Se le ocurrió que un mal recuerdo puede ser eliminado de la memoria. Una premisa bastante interesante que seguro muchas personas han imaginado llevar al arte corporal. Claro que hay métodos para eliminar un tatuaje, pero son más dolorosos y más costosos que el proceso mismo de inyectar tinta.
Así como a Kaufman, a unos estudiantes de Ingeniería química y biomolecular se les ocurrió que la tinta de un tatuaje no tiene que ser permanente. Para entender su línea de pensamiento primero es necesario comprender cómo es que un tatuaje es permanente. La explicación es un poco más compleja que sólo introducir tinta en la piel. Para que la tinta no desaparezca con los cambios de piel, tiene que ser introducida hasta la dermis –la epidermis es la que se regenera con el tiempo-. La otra clave tiene que ver con el sistema inmunológico y el tamaño de las moléculas de tinta. La aguja hace una herida que los glóbulos blancos detectan para ir a curar, al hacer esto absorben a las moléculas extrañas pero no las pueden eliminar por el tamaño. De este modo se fija el color y el diseño en la piel.
Con esto en mente, el secreto de la nueva tinta está en el tamaño. Está hecha de un multicomponente que encapsula biomateriales y moléculas de tinta más pequeñas que las normales para que con el tiempo el cuerpo pueda deshacerse de ellas.
Ephemeral Tattoo es la encargada de fabricar la tinta, los integrantes son egresados de la Universidad de Nueva York. Con sus conocimientos en estructuras moleculares dieron con la invención de una tinta que tendrá una vida de dos años y que además, se pueda borrar con la solución química que ellos formularon. El lanzamiento de esta revolucionaria sustancia se hará en 2017.
Las implicaciones de este invento son trascendentales. Se pueden tomar muchas posturas al respecto; hay quien vea el lado positivo y piense que es la solución ideal para una decisión de la que se arrepiente. Por otro lado, habrá quien crea que le resta significado al tatuaje pues elimina su permanencia. La tradición milenaria de los tatuajes los pone como un rito de paso para quien se marca la piel. ¿Qué pasa entonces cuando ésta se borra? Se pierde el significado del ritual así como la señal de que hubo un momento específico.
Otra línea de pensamiento se puede inclinar a pensar esta tinta como un boceto, un previo para hacerse uno de por vida. Como un periodo de prueba para al final tomar la decisión de hacerlo permanente o mejor dejar que se desvanezca.
Con esto no se dice que todos los tatuajes dejarán de ser permanentes, sólo es una opción para las personas que no tienen tanto sentido de compromiso con el arte corporal o que desean probarlo sólo por un periodo determinado.
A lo que no se le puede restar importancia es al hecho de que este invento va a cambiar la forma de percibir y de vivir el tatuaje.