Cuando Ganapati nació los dioses fueron a visitarlo a él y sus padres, Shiva y Parvati. Uno de los visitantes se negaba a observar al niño, los demás dioses le reclamaron su mal gesto a lo que él respondió: Si observo a la pobre criatura corro el riesgo de incendiarlo con mi mirada.
Parvati estaba muy ofendida y obligó al dios a honrar a su niño con sus ojos. Ocurrió lo que el invitado tanto temía: la cabeza de Ganapati se incendió y quedó reducida a cenizas. La madre aulló de dolor y pena al ver a su hijo muerto y el dios se deshizo en disculpas a ella. Vishnu, el conservador del Universo, acudió en rescate del recién nacido con la cabeza de una cría de elefante muerta y la colocó en lugar del rostro quemado. Así el niño creció hasta convertirse en uno de los principales dioses de los hindúes.
Ésta es una de las varias versiones en torno al nacimiento del dios Ganapati, mejor conocido como Ganesha, emisario de buenas noticias y proveedor de educación, conocimiento y riqueza a quien acude en su búsqueda. También es un gran aliado al momento de vencer cualquier obstáculo.
India es una nación espiritual por naturaleza y por historia. Se cree que desde el año 500 antes de Cristo, sus habitantes ya practicaban el hinduismo, la tercera religión con más seguidores en el mundo actual. Su número de dioses es amplio así como el significado y origen de cada uno, que en ocasiones llega a ser variado.
En los hogares se nota una comunión muy íntima con los dioses hindúes: las familias colocan altares con figuras pequeñas de cada deidad acompañadas de flores y agua en un signo de respeto y agradecimiento por sus favores en un ritual conocido como puja. Otra manera de presentarles sus respetos es a través de las congregaciones masivas donde se cantan mantras y se hacen ofrendas.
El poder de los tres dioses principales en el hinduismo, Brahma, Vishnu y Shiva, se representa a través de un pequeño símbolo por medio del cual puedes encontrar la capacidad de aclarar tu mente, fortalecer tu sistema respiratorio y hallar un equilibro emocional entre cuerpo, mente y espíritu.
Vishnu es uno de los dioses más populares de la religión en la India, quizás el más popular de todos al representar todo lo positivo en el mundo: paz, equilibrio y amor universal. Este dios promueve el respeto y la humildad entre la humanidad.
Shiva es el poder destructor del Universo, el dios que representa la muerte pero no desde una perspectiva negativa sino como el fin para el inicio de un nuevo ciclo. Es un dios necesario que da paso a la vida. Se le reconoce por tener una serpiente enredada en el cuello y un tridente. Además es amante de la danza, un elemento sagrado en la religión hindú, por ello es que un tambor es otro elemento de su iconografía.
Krishna destruye el dolor y los pecados, o sea, cuida que el alma de los seres vivos esté libre de sentimientos negativos. Es un dios amigo venerado en toda la India. Se puede representar por medio de una flauta y una pluma pues debido a su carácter bondadoso y alegre es amante de la música.
Hanuman es otras de las deidades más populares de la religión hinduista: es llamado el rey mono y es un gran devoto de Rama, al que sigue fielmente en cada lucha. Si quieres tener energía y coraje para los tiempos difíciles, este dios es un excelente aliado para obtener fuerza anímica.
En el otro extremo se sitúa Kali, nacida de la ira del dios Shiva, por ello se le suele llamar la Madre Oscura. Puede crear y destruir al mismo tiempo. En su cuello lleva un collar hecho con cráneos que son los de sus enemigos caídos en combate. Es un ser siniestro pero con la capacidad de destruir uno de los grandes defectos del ser humano: el ego.
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Tatuarse es conectarse con tu espíritu, tu pasado y la divinidad del mundo. Estos 12 tatuajes para llevar contigo a la diosa griega que mejor te representa son una muestra de ello.