Durante el periodo entre guerras el arte y las habilidades decorativas se fusionaron para desarrollar en Europa y América un nuevo estilo: el Art Decó. Éste nació de la necesidad de recurrir a la austeridad para revelar un estilo dinámico y elegante sin necesidad de utilizar muchos recursos. A partir de esta nueva propuesta las bellas artes y la decoración crearon obras elegantes, simples e idealizadas. Además de la sofisticación, el Art Decó celebró la llegada de la modernidad al mundo.
Las características que este estilo impuso, tanto en las artes decorativas como en nuevos modelos arquitectónicos, se basó principalmente en la geometría del cubo, la esfera y la línea recta. Los zigzags se volvieron imprescindibles, al igual que la luminosidad y la abstracción de los fluidos acuáticos y las nubes ondulantes. La temática que predominó en los comienzos del Art Decó fue el de elementos fitomorfos, es decir con forma de flores, ramas, palmeras y otras plantas compuestas de líneas entrelazadas.
Sorprendentemente, este estilo decorativo del siglo pasado logró llegar hasta los estudios de tatuadores de todo el mundo, pues las características del Art Decó describen cada uno de los elementos empleados en diseños elegantes que muchos eligen para tatuarse. Sobre los brazos la tinta engalana la piel de las personas elegantes que aman la simpleza, el movimiento y la abstracción de un tatuaje elegante.
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Los diseños de tatuajes elegantes son muchos y cada uno puede estar impregnado de elementos personales. Todos éstos tienen características específicas que convierten la sencillez en sofisticación, la sutileza en distinción y la austeridad en estilo. El color, tamaño, grosor y definición de estos trazos pautan la belleza de un tatuaje que acompaña alguna parte del brazo. En realidad no importa cuál es el elemento o diseño plasmado, sino la forma en que éste es tatuado.
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Tipografías sencillas, sin patines y pocas curvas.
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Siluetas sin relleno, con pocas sombras y trazos definidos.
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Tatuajes en color negro o combinaciones de pocos colores en tonos tenues o luminosos.
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Diseños geométricos de líneas delgadas y trazos rectos.
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Pulseras en el antebrazo o muñeca de pocas líneas.
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Elementos fitomorfos sencillos, con sombras blancas que iluminen los pocos colores del diseño.
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Tatuajes de tamaño medio o pequeño que se adecuen al tamaño del brazo.
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Diseños abstractos a base de sombras o efectos barridos.
Éstos son sólo algunos ejemplos de cómo el arte, el diseño y una tendencia imparable: el tatuaje, pueden fusionarse en un solo elemento. Anteriormente la mayoría de los tatuajes se caracterizaban por tipografías saturadas, siluetas gruesas o combinaciones de muchos colores, pues la elegancia se creía exclusiva del campo de la Arquitectura y las artes. Actualmente se pueden crear diseños basados en la simpleza para obtener resultados espectaculares, por ejemplo los tatuajes en el brazo que todas las personas elegantes quisieran tener.
No tienes que elegir algún diseño que se oponga a tu personalidad, tampoco se trata de tatuarte algo con lo que no te identificas, sólo es cuestión de poner atención en los detalles del tatuaje. Aplica una o varias de las características que enlistamos aquí para convertir un trazo común en la nueva definición de la elegancia.
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