Entre la inmensa gama de fobias en el mundo encontramos una muy específica que ha causado daños irreparables en niños y adultos. Ésta se presenta en forma de paranoia; quienes la sufren gritan, patalean, corren y lloran al enfrentarse a aquello que les causa un horror incontrolable. Si por alguna razón tienen contacto con lo que les causa tanto temor, éstos entran en una especie de trance del cual es complicado salir. Nos referimos a la entomofobia: el miedo irracional a los insectos.
La reacción de un entomofóbico podría parecer exagerada y hasta risible, pero es completamente natural. El estómago duele, aparecen gotas de sudor en la frente, las lágrimas salen sin permiso y pareciera que el cuerpo entra en un umbral aterrador que desequilibra el cuerpo que hace temblar las piernas y da taquicardia. Todo esto lo provoca una pequeña hormiga, una abeja o un gusano. Nadie sabe qué la ocasiona, a veces es una experiencia previa, otras la simple imagen del insecto. Ante esto, sólo queda tomar tratamiento psicológico y al mismo tiempo, clases de entomología para familiarizarse con la composición anatómica de los insectos.
Existen cientos de insectos y cada uno tiene su propio nombre ante las fobias, tenemos a la epitofobia y ese miedo incontrolable a las abejas o la aracnofobia que es aquel duro y cruel sentimiento al ver una araña. Por ello no es anormal que en algunos casos extremos de terapia sugieran convivir de cerca con los animales, que estos formen parte de la vida diaria del paciente y se cree un entorno en donde converjan sin problemas y que, incluso, lleguen a mimetizarse. De hecho, debemos decir que hay una forma muy sencilla de hacerlo y que es una especie de tregua eterna: realizarse un tatuaje en forma de insecto.
En casos como el cáncer o la violencia doméstica, los tatuajes han servido de apoyo y terapia para poder superar el miedo que provoca, las secuelas que han dejado estos problemas y fungen como un recordatorio de cuál es la piedra con la que no debemos tropezar de nuevo. Con esto en mente, ¿por qué no recurrir a lo mismo y usar a los insectos a nuestro favor? Qué mejor forma de combatir a la fobia plasmando a uno de estos pequeños animales en la piel, de modo que al verlos sólo pensemos que estamos rompiendo con un miedo irracional y que más que de causar estragos en el organismo, nos afecta en la forma en que nos relacionamos con los demás.
No obstante, pocas personas logran superar ese miedo. Conviértete en uno de esos que terminan con un dibujo en la piel como señal de valentía, aquellos que logran deshacerse del miedo demostrando que la salud mental puede mejora. La etomofobia es terrible, causa traumas de por vida y padecimientos relacionados; no obstante, si eres de esas chicas que se han tatuado un insecto para superar el miedo, debes de estar consciente de que eres una persona valiente que más que superar el miedo, te estás enfrentando a él y además estás llevando en la piel un dibujo realista y con mucho valor tanto artístico como sentimental.
Convierte tu piel a en la de una mujer valiente que no teme ni se inmuta, que porta en su cuerpo un insecto para superar las fobias, así como el temor a mundo, porque quizá la fobia a algún insecto es sólo el miedo que proyectamos del exterior. No te sientas mal de temer, mejor enfréntalos y lleva tatuajes realistas y únicos.
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