Como tantas otras culturas, los aztecas creían que el cosmos tenía un orden establecido que influía de manera importante en la vida de cada ser humano. Cada decisión, cada paso, cada pensamiento, cada acción en contra o a favor de alguien estaba regida por una compleja red de movimientos estelares. En el Tonalamatl –El libro de los días (o de los destinos)– los aztecas plasmaron una especie de manual del tiempo donde se registraban los cambios que habría en el planeta ante la influencia de los astros.
Gracias a este precioso volumen, los aztecas podían anticipar su destino ante temas tan variados como los viajes, la salud y la enfermedad, los matrimonios, la guerra, el destino de las siembras y las cosechas o los nombres que pondrían a sus hijos dependiendo del día de su nacimiento. Tonalamatl tenía una poderosa influencia en la toma de decisiones de hombres y mujeres que deseaban obtener la gracia del destino o anticiparse a las desgracias del mismo; al igual que ese manual, la palabra serendipity tiene un significado muy poderoso relacionado con el futuro y el paso del tiempo.
El destino es un tema que ha obsesionado a todo tipo de hombres: desde pensadores hasta vagabundos que se cuestionan el porqué de determinadas virtudes e infortunios en sus vidas. Los que creen que todo en la existencia forma parte de un complejo entramado divino que controla sus vidas y no de simples casualidades que provocan una sucesión tras otra de actos inconexos están convencidos de que el destino es la energía vital que rige el motor del Universo.
Experta en proverbios de amplia sabiduría, en la cultura china existe uno que dice: «primero es el destino y la suerte, después el esfuerzo, y en tercer lugar viene el Feng Shui» al referirse a la fortuna que tendrá un hombre al nacer y la manera en que irá labrando su paso en la Tierra. Al igual que los aztecas, los chinos estaban convencidos de que los astros tienen un papel trascendental en la manera en que un ser vivo se moverá en la Tierra dependiendo del día de su nacimiento.
En otros tiempos y otras latitudes, los griegos también eran unos convencidos de que había una fuerza superior que regía la vida de los hombres e incluso de los dioses: el Ananké, una energía capaz de mover las piezas necesarias para que el curso de los acontecimientos tomara una u otra dirección. La misma cultura griega creía en la existencia de tres seres que se encargaban de decidir el destino de los hombres y las mujeres, las Moiras, terribles hermanas que manejaban el llamado “hilo de la vida” y lo cortaban cuando creían adecuado que la vida de una persona llegara a su final.
Algo parecido ocurría en la cultura vikinga con las nornas, divinidades femeninas encargadas de tejer un telar para cada ser humano. Cuando los hilos de este tejido se terminaban, también lo hacía la vida de un hombre o mujer. Los dioses también estaban atados a este tejido, por lo que ni siquiera ellos y su poder tenían acceso al control de su destino.
En la literatura del siglo XVII, Horace Walpole, el autor que escribió la primera novela gótica de la historia, Los misterios de Udolfo, fue también el encargado de la autoría de la palabra serendipity, la cual se refiere a la acción del destino al ayudar a una persona a encontrar algo hermoso y de incalculable valor sin haberlo buscado. Cuando el destino está a favor de una o más personas, la buena suerte es una clase de energía vital que forma parte de esa fortuna que le rodea.
Hacerte un tatuaje con la palabra serendipity representa el camino de una mujer o un hombre hasta encontrar su buena fortuna, tomando riesgos sin importar lo que queda atrás. ¿Cuántas veces no has logrado algo extraordinario mientras buscabas otra cosa y te ha provocado una inmensa felicidad al ver cómo tu vida se transformaba para bien? Serendipity es una especie de energía del azar que todos los seres humanos tenemos, pero hay que poseer cierta habilidad para hallarla.
Recuerda que es corta la vida, un reloj de arena implacable que derrama y derrama arena sin parar. Por ello es importante ver que la vida está llena de hermosas sorpresas que nos hacen felices. Serendipia, el nombre castellanizado de la palabra de la que hemos hablado, es esa fuerza vital que te llevará a encontrar lo que más amas en la vida y jamás soltarlo.
Sea cual sea la manera en que vives el concepto del destino, lucha por lo que quieres y traza un camino de paz, espiritualidad y respeto para que las ganancias al final del día sean tan bellas como las quieras. Tienes en tus manos (y también puedes llevarlo en la piel) el destino de cada una de tus acciones. Recordando esto en lo profundo de tu alma, puedes estar seguro de que te será de mucha utilidad portar tatuajes de la buena suerte para que el poder de los dioses, la serendipia y la tinta sean contigo.