Anne Hathaway se presentó radiante y hermosa al show de Ellen DeGeneres. La conversación iba de un lado al otro recordando viejos tiempos y viejos programas de televisión que ahora son de culto. Hablaron del pequeño hijo de Anne, el cual tiene tres años y está en la edad de los animales, los dinosaurios, los autos y… la fruta.
Entonces llegaron al momento en que Anne sacó una mandarina y le dijo al público que sacaran la que tenían debajo de su asiento y la pelaran mientras seguía la conversación.
Anne contó que en un viaje por la Costa de California encontró una pequeña comunidad hippie y una librería con un hallazgo extraordinario: un libro escrito por el Dr. Q que hablaba de la sanación espiritual por medio de los cítricos, Citrus Healing.
Entonces explicó la manera de usar las mandarinas para la meditación, lo que conduciría a una paz y tranquilidad mental y espiritual con una sencilla técnica que no tardaba ni 10 minutos. Puso a todo el público a imitarla y los guiaba en los movimientos y la respiración con la mandarina. Al mismo tiempo preguntaba si todos se sentían mejor, si notaban los cambios en su ser…
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Al final de su explicación Anne grita que es imposible sentirse mejor ya que ¡lo ha inventado todo! Y de acuerdo con la actriz, la lección es: «No pongas nada en tu boca sólo porque una celebridad te lo pida».
Esta es una anécdota que no sólo aplica a las celebridades, puede dársele muchos sentidos y aplicarse de muchas maneras a tu vida diaria. Es justo este camino el que siguen las diferentes sectas, cultos y religiones. Y Anne Hathaway tiene razón, no hay que seguir ni imitar a nadie no importa cuanta fama o poder tenga, respeta tu libertad y tus decisiones hasta el final.
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