Desde el inicio de su carrera en el futbol quedó claro que el rostro de David Beckham lo convertiría en una industria. Su papel como mediocampista era difícilmente superado y tiene uno de los goles más famosos de la historia del futbol. Sin embargo, desde su retiro en 2013 su imagen no ha caído para nada en el olvido, ya que mover las piernas rápidamente no es su único talento: tiene un don nato para el modelaje y se ha encargado de darle a su imagen un valor incalculable. Si a esto le añadimos su matrimonio con Victoria Beckham estamos hablando de que los Beckham son toda una institución publicitaria y una máquina de hacer dinero…
Siempre se mantuvo en tendencia; sus goles armaban escándalo para unos y para otros eran más importantes sus cambios de look o sus elecciones de outfit… Y todos los detalles de su vida son importantes para cualquiera que se considere su fan.
Su primer empleo como futbolista fue como mascota del Manchester United en 1986 mientras se jugaba un partido contra el West Ham United.
Sus padres son un empleado de compañía y una estilista. También tiene dos hermanas, Lynne y Joanne.
Cuando se le pregunta por su esposa, Victoria Beckham, asegura que fue amor a primera vista. Se conocieron en una fiesta y David le dio su número en un boleto de avión, Victoria aún lo conserva.
Como deportista de alto nivel, sus piernas están aseguradas por 195 millones de dólares.
David posee una estatua honorífica hecha de bronce y cubierta de oro en un templo budista de Tailandia.
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David tiene en su cuerpo más de 25 tatuajes.
Beckham recibió el honor de la Medalla de la Orden del Imperio Británico.
El pasatiempo favorito del matrimonio Beckham es quedarse en el sofá a ver series de televisión.
David gana cantidades millonarias cada año sólo por usar su imagen.
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Tiene cuatro hijos, Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper… y pasa todo el tiempo que puede con ellos.
Siempre desmiente todos los rumores que la prensa escribe sobre su matrimonio, aunque por lo regular se mantiene al margen de los chismes.
en la reciente boda real de Harry y Meghan se robó todos los reflectores, él y su esposa fueron blanco de todas las fotografías.
Su aporte no fue únicamente al mundo del deporte, sino que hizo del hecho de convertirse en figura mediática todo un arte, lo único que necesita es sonreír y posar despreocupadamente con su sofisticación inglesa y su cabellera perfecta.
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