Pese a que no tiene ningún proyecto en puerta ni está promocionando ningún material, Macaulay Culkin concedió una entrevista en donde habló de uno de los estigmas de su carrera y de su vida: la relación que tuvo con Michael Jackson.
El Rey del Pop ha sido acusado de haber abusado de menores e incluso el tema se retomó en el polémico documental Leaving Neverland, sobre Wade Robson y James Safechuck: dos de los niños ahora adultos que aseguran haber sido tan solo unas de las muchas víctimas del músico durante sus visitas al rancho de Neverland.
Culkin, en su momento defendió a Jackson, y afirmó que pese a la diferencia de edad, tuvieron una amistad increíble, ya que el cantante era una de las personas que lo comprendía, ya que él había lidiado con los mismos niveles de fama en su infancia.
Al ser cuestionado sobre Michael Jackson, el protagonista de Mi Pobre Angelito contestó: «Mira, voy a empezar diciendo lo siguiente, y no es una frase cualquiera, es la verdad: nunca me hizo nada. Nunca le vi hacer nada. No tengo ninguna razón para callarme, especialmente en este punto en el que nos encontramos. El hombre ya no está entre nosotros. Y en cualquier caso, no voy a decir que quedaría bien ni nada parecido, pero sí es cierto que ahora sería un buen momento para hablar. Si tuviera algo que decir, lo haría, pero no lo tengo. Nunca vi nada. Nunca hizo nada».
La última vez que el actor y el cantante se vieron fue en el juicio celebrado en su contra en 2005 por abusar supuestamente de un niño de 13 años enfermo de cáncer y en el que Macaulay testificó como parte de la defensa antes de que Michael fuera absuelto de todos los cargos. De acuerdo con Culkin, ambos se encontraron en un baño y reveló cuál fue la última conversación que sostuvieron: «Mejor no hablemos. No quiero influir en su testimonio», le dijo Jackson. Luego se abrazaron y siguió cada uno su camino.
Macaulay Culkin compartió una anécdota sobre lo irrespetuosa que ha sido la gente con la memoria de Michael Jackson: «Me crucé con James Franco en un avión. Nos habíamos visto dos o tres veces a lo largo de los años. Lo saludé con un gesto mientras poníamos las maletas en los compartimentos de cabina. ¿Qué tal estás? Bien, ¿tú? Lo típico… Fue justo después de que saliera a la luz Leaving Neverland y él me dijo: ‘Vaya con el documental’. Eso fue todo. Yo le respondí: ‘Ajá’, y me quedé en silencio. Él siguió insistiendo: ‘¿Qué te pareció lo que cuenta?’. Me di la vuelta y le dije: ‘¿A ti te apetecería hablar ahora mismo de tus amigos muertos?’. Me contestó tímidamente que no, y entonces le dije que había estado bien verlo y me fui».
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