«- Soy director… – Y yo soy Picasso».
Esa fue la conversación que Alfonso Cuarón sostuvo con la modelo australiana Simone Holtznagel. El director se acercó a ella con la intención de conversar y hacer más amenas las horas en un evento en el que ambos coincidieron. Pero cuando el director se acercó sonriente y platicador, la modelo lo cortó enseguida y se cambió de mesa.
Puede ser que las intenciones del director no hayan sido sólo charlar, pues ya tiene algunos meses soltero después de terminar su relación con la diseñadora Sheherazade Goldsmith, pero la modelo no le dio entrada para nada, ni una sonrisa ni un “mucho gusto”.
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Sin embargo, pocas semanas después, en la ceremonia de premiación de los Oscar, una de sus amigas le escribió y le adjuntó una captura de pantalla con el siguiente mensaje:
«Este es el tipo que estaba tratando de hablar contigo y tú quisiste cambiarte de mesa».
Obviamente lo que siguió después fue el arrepentimiento al darse cuanta de que no sólo era un director, sino uno de los mejores y actualmente con tres premios Oscar más para la repisa de su casa.
Después de la noticia gracias a su amiga y de ver el terrible error que cometió sólo le quedó una carita de tristeza. y el comentario de su amiga:
«Es su segundo Oscar de la noche. Pudiste haberle prestado un poco de atención».
Las oportunidades sólo se dan una vez en la vida y ya no vuelven…
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