Estar en pareja es una de las decisiones más difíciles jamás tomadas. Se podría decir que no es una elección, sino un suceso del cual no se tiene un control específico o real si es que estamos hablando de amor verdadero, que cuando sucede es porque así se dieron las cosas y no hay nada por hacer. Pero hay un poco de mentira en ello; si tuviéramos que cruzar los brazos y esperar a que llegara una persona con quien ejercitar ese sentimiento tan anhelado o complicado en el ser humano, no habría relaciones rotas, peleas ni gente irremediablemente sola, así como matrimonios eternos o divorcios dolorosos.
Mantener un noviazgo, amorío, matrimonio o como quiera llamársele de acuerdo al momento específico que se esté viviendo, implica esfuerzo, dedicación y búsqueda. Tres pasos gobernados por una firme resolución, por una convicción inamovible de que todo intento se debe perfilar al éxito. Quizá enamorarse no es una elección, pero mantenerse en ese estado definitivamente lo es. Es una tarea que involucra el empeño de ambos involucrados, no una entrega al destino.
En efecto, para que una relación sea duradera y sustancial es necesario poner en marcha hábitos. Actos constantes que se encarguen de recordarnos porqué estamos junto a ese alguien, que tenemos a una persona por quién esforzarnos para todo y que los resultados, el cometido último de la lucha, es más grande que cualquier otra cosa en el universo.
A continuación enlistamos esas 10 emociones básicas que mueven a una pareja en los terrenos de la estabilidad, la longevidad y el compromiso. Esas emociones que nos hacen dar un salto al vacío, siempre y cuando sea de la mano con nuestra persona especial; porque dos seres que se aman sinceramente, que son francamente felices al estar juntos, invariablemente comparten las siguientes costumbres:
Escuchar
Para empezar, mantener los oídos bien atentos es clave. Escuchar no es lo mismo que oír y resulta primordial en una relación feliz que lo hagas con el corazón. Las parejas exitosas se dan atención sin importar qué.
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Apoyar
En esa comprensión que mencionábamos, una pareja apoya para aprender del otro, para saber en qué momento ambos necesitarán de un sostén, un consejo y una defensa. Apoyar significa tomar decisiones juntos y tomar aciertos o derrotas en comunidad.
Entender
Por más que escuchemos, apoyemos y demás, de nada sirve si no se entiende la mirada del otro; en una relación exitosamente feliz, uno debe ponerse en los zapatos de la pareja y quizá no estar de acuerdo, pero saber sus razones sin juzgar.
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Perdonar
Salvo grandes faltas en la relación, las parejas tranquilas saben que perdonarse es un principio básico; sobre todo si se reconoce que los errores del otro (grandes o pequeños) son sólo eso, un tropiezo que se hizo sin la intención de lastimar. Pero seamos sinceros, cuando se ama de verdad, siempre se perdona todo. Aunque cueste mucho trabajo.
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Ser humilde
Alguien que ama demasiado a su compañía sentimental nunca posiciona su ego por sobre ésta; si hay un error, ambos saben que debe ser compartido y puede ser solucionado de la misma manera.
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Disculparse
Una pareja sincera y triunfante reconoce los errores, nunca pelea ni echa la culpa. Además, pedir perdón después de un mal día o una mala decisión no es tan difícil cuando lo único que te importa es quedarte con esa persona.
Controlarse
Sí, todos tenemos nuestro carácter, pero ¿de verdad vale la pena pelear y decir todas esas cosas malas que pasan por tu cabeza? Obviamente no y tu pareja no lo necesita. Las mejores relaciones son aquellas que respiran, se tranquilizan y dialogan.
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Apreciarse
No importa si es el peor día de sus vidas, el más grande, el más aburrido, el más divertido o es una tarde de domingo en la que ninguno se arregló para salir; las parejas felices siempre se aprecian y miran entre sí por lo que significa estar juntos más allá de lo circundante. Saben que sus vidas no serían iguales de estar separados.
Ser positivo
Y es que en esas circunstancias específicamente, se da la oportunidad perfecta para que dos personas que se aman profundamente intenten ver con buenos ojos cualquier evento que tengan enfrente. Saben que se tienen en las buenas y en las malas.
Amarse a sí mismo
Porque, aunque suene como un total cliché, eso de que para amar a otro se necesita empezar por uno mismo, es cierto. Una pareja que se profesa tanto amor y dicha, comienzan por valorarse en lo individual para saber qué es lo que necesitan o lo que no.
Esta lista no fue hecha, claro, para que si no cumples en tu relación con alguno o varios de los puntos expresados, salgas corriendo a ponerle fin; sino para que sepas cuáles son tus áreas de oportunidad para generar cada día lazos más fuertes y auténticos.
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Referencia:
Thought Catalog