Es probable que muchos de nosotros hayamos estado en la situación de conocer a alguien y que después de dos o tres salidas (aunque hayan sido al antro) crees que es más atractivo que nadie, súper inteligente y que se ha robado tu corazón.
Prácticamente haces una fabulosa idealización de cómo sería su vida juntos y de lo feliz que te haría si algo pasa entre ustedes.
Después de “un poco de suerte”, conseguiste tener más citas, o incluso iniciar una relación con esa persona, pero ¡oh, sorpresa! Repentinamente te das cuenta de que todo ese mundo que te inventaste es sólo una fantasía y te pones a pensar: ¿realmente me gusta esta persona? ¿Porque me atrae tanto?
Te duele aceptarlo, pero una parte de ti piensa “Tal vez porque no quiero estar solo”.
Aquí te van algunos puntos importantes para saber qué sucede con tus sentimientos- o comiences a darte una idea de ello-; si en realidad estás enamorado o es sólo una estrategia “defensiva” y, en ese caso, superarlo.
Las siguientes preguntas te ayudarán a reflexionar sobre la situación que tienes enfrente.
¿Cómo me siento estando conmigo mismo en soledad?
El primer paso es observar cómo te sientes cuando estás solo. Si necesitas desesperadamente estar con alguien: amigos, pareja, familia, el señor de la tienda, date un espacio para disfrutar un poco de ese momento para ti. Persigue tus intereses y hobbies; aprende nuevas cosa, túmbate en el sofá, ensucia la cocina preparándote algo rico. En fin, haz cosas por ti y para ti. Probablemente descubrirás aspectos que no conocías y te enamorarás un poco más de tu persona.
¿Necesito el reconocimiento social?
Por favor, no dependas de tus redes sociales. Es cierto que estar un rato en Facebook nos hace sentir un poco más conectados con el mundo, sin embargo, no es la solución a la soledad. Muchas personas dependen de cuántos mensajes en Whatsapp les envíen, o de cuántos retweets consigan a lo largo del día para sentirse acompañados. Nunca sustituyas la interacción real con aquella presente en los medios digitales.
¿Realmente es lo que quiero o estoy sucumbiendo ante el miedo de estar solo o sola?
Por naturaleza somos seres sociales y la tendencia es convivir con otros, relacionarnos y compartir tiempo, espacio y experiencias, pero el temor extremo a la soledad es otro asunto; no la aceptamos como algo común y optamos por adentrarnos en una relación con la persona incorrecta. Lo mejor es reflexionar y analizar la situación para no estar cerca de las personas por un interés personal, pues la relaciones humanas también están en el compartir de nosotros, de nuestra experiencia, compañía y cariño genuino.
¿Necesito salir de mi zona de confort?
Si te sientes solo, en vez de lamentarte comiendo helado en tu sillón o negándote a salir con tu pareja inventando excusas; incrementa tu círculo social. Una buena manera de lograrlo es uniéndote a algún grupo, puede ser con aquellas personas que conociste en el gimnasio o club deportivo; inscríbete a algún curso, círculo de lectura o actividad que te llame la atención. Cuando estés en estos lugares, procura platicar o hacer amigos, de esta manera pasarás un rato agradable, conocerás cosas nuevas y podrás ampliar muchos aspectos de tu personalidad que probablemente no conozcas.
¿Realmente hago algo para convivir y socializar?
Ayudar ayuda. Aunque suene redundante es verdad. No queremos decir que necesitas estar pendiente de las necesidades de otros todo el tiempo, pero si acaso llegas a ser testigo de algo que le esté pasando a algún compañero, a alguien por la calle o en el café que frecuentas, ofrece ayuda o apoyo, así cuando tengas alguna carga que quieras compartir, podrás hacerlo con alguien que ya depositó la suya sobre ti. Después de que ayudaste a esa persona, se crearon lazos de confianza bastante peculiares y únicos que te conectaron a ella y probablemente, tenga la misma atención contigo. Con este tipo de acciones es que se crean las verdaderas relaciones.
¿He sido verdaderamente agradecido con todo lo que tengo?
Siempre se ha dicho que si las personas demuestran gratitud en general, tendrán una hermosa cosecha. Quien está agradecido con la vida y lo que tiene, alcanza una paz interior que se proyecta hacia los demás. Si te sientes bien contigo mismo, las personas lo notarán, conocerás a seres genuinos que quieren compartir contigo eso y crearás lazos verdaderos con gente que también ve lo mejor de la vida.
En conclusión te podemos asegurar algo, si te dedicas a disfrutar de ti mismo y a regalarte unos momentos, y dejas de buscar la felicidad en otras personas, alguien llegará y no se irá nunca. Así funcionan las cosas.
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