La obesidad es la consecuencia de una mala alimentación y nula actividad física, pero ¿qué es la obesidad emocional?
Resulta que es la consecuencia de enlazar los sentimientos con la comida, hábitos y en general, con el estilo de vida.
La obesidad se define como exceso de grasa en el cuerpo. ¿Qué sucede cuando pasamos ese termino a otros ámbitos de nuestra vida?: exceso de preocupaciones, exceso de trabajo, exceso de estrés, exceso de tristeza, exceso de apatía, y un largo etcétera de puntos negativos que, como la obesidad física, nos enferman.
Esto es la obesidad emocional.
Las emociones y conducta alimenticia
Cuando estamos tristes o ansiosos buscamos formas de sentirnos mejor y normalmente lo encontramos en la comida, ya que es algo que tenemos a la mano y nos da placer, satisfacción y tranquilidad. Cuando nos refugiamos en la comida es muy probable que se convierta en una compulsión o adicción, y si no somos conscientes de lo que estamos haciendo, es fácil creer que es la solución para todo, en especial la chatarra; nadie se deprime y come ensaladas.
Comer de forma descontrolada nos lleva a la obesidad y, sin actividad física, esto empeora. Pero no es exclusivo de quienes no hacen ejercicio. Hay personas que creen que haciéndolo equilibran todo, que ir al gimnasio o correr descontroladamente es garantía de salud o significa que aquello que se lleven a la boca no repercute de manera negativa a su cuerpo; están en un error, siguen contaminando su cuerpo si caen en excesos; además que la fatiga los llevará a sentirse mal y buscar otro tipo de soluciones, y volvemos al comienzo.
Otros dejan de comer y tampoco es la solución. Todo esto es un círculo. Es por eso que debemos poner en una balanza todos los elementos para poder estar tranquilos y más felices.
Emociones y actividad física
Las emociones le pueden hacer una mala jugada a la actividad física, cuando caemos en depresión o tristeza, las ganas de hacer ejercicio desaparecen, algunas personas después de mucho tiempo se dan cuenta que el hacer ejercicio les proporciona energía y les provoca felicidad -lo cual está científicamente comprobado- una hora de ejercicio tiene el mismo efecto de una pastilla antidepresiva. Con ejercicio las emociones se pueden controlar, ya que la actividad física proporciona oxigenación a todo el cuerpo, desata sustancias cerebrales que ayudan a un buen humor, además te ayuda a encontrarte a ti mismo, pues es un espacio en el que estás solo, pensando en ti y en tu cuerpo.
Aquí dejamos algunos consejos para evitar caer en los aspectos negativos que la obesidad emocional te puede invitar a probar:
No consumas dulces, pasteles, refrescos y/o productos que tengan azúcar refinada.
Es tan obvio que lo olvidamos; sabemos lo bien que nos hace sentir ese pastel de queso y necesitamos algo bueno en nuestra vida para poder recordar por qué es bella. Pero esa no es la solución, abstente. Sal a caminar, bebe agua, respira y recuerda que esa sensación será momentánea.
Consume vegetales.
Lo sé, nadie quiere llegar a casa después de un día de arduo trabajo a comer una gran ensalada verde con tomate, aceite de oliva y queso, pero ¿y si lo vemos desde otro punto de vista? Por ejemplo, llegar a casa y tomar el cuchillo, cortar la lechuga con calma, elegir los tomates y lavarlos mientras sientes el agua fresca entre tus manos y respiras. Esto probablemente suene absurdo, pero son pequeños momentos en los que podrás poner atención a tu estado de ánimo y trabajar en ello con acciones que, al final, podrás comerte y te harán bien.
Cuando tengas ansiedad y quieras comer, lo mejor son las frutas como manzana, peras o uvas.
En todos los casos tienes diferentes opciones para comer estas deliciosas frutas. Lleva contigo una de ellas para que, cuando sientas que no puedes más, no quieras ir a asaltar la tienda o corretear al señor de los tamales.
Procura dormir por lo menos 8 horas.
Está científicamente comprobado que las personas que duermen menos de seis horas son más propensas a sufrir ansiedad y, en consecuencia, subir de peso. El cuerpo necesita recuperar energía, porque como ya lo hemos mencionado, un cuerpo cansado tiende a sentir tristeza y estrés. Procura dormir 8 horas todos los días, sentirás la diferencia.
Realiza actividad física.
Salir a correr puede cansarte, incluso antes de comenzar, pero date la oportunidad de probar esa sensación de tranquilidad que viene después de hacerlo. Existen muchas opciones si desplazarte como gacela no es lo tuyo: yoga, caminata, pilates, box, etc. Todas tienen algo en común: harán que tu cuerpo produzca serotonina y endorfinas, te cansarán (y dormirás mejor) , te darán un espacio para ti mismo (que podrás utilizar para reflexionar, o desconectarte de todo) y te tranquilizarán, así podrás hacerle frente a la situaciones de la vida con una mejor actitud.
Escribir también puede ser una buena manera de liberarte.
Externa de manera escrita cómo te sientes, no hay limites, eres tú y la hoja en blanco en espera de todo lo que quieras expresar. No te preocupes por la lógica u orden, sólo de plasmar todo lo que sientes; puedes leerla después para hacer consciente aquello que te aqueja, molesta o entristece. Libérate y déjalo ir tirando a la basura esa hoja; un acto simbólico puede ayudar a que te sientas mejor.
Si tienes problemas, platica con alguien o acude con un profesional.
No estamos solos, tenemos a gente maravillosa que nos ama y apoya, que están dispuestos a escucharnos -aunque no siempre tengan un consejo para dar-, platica con tus amigos, pareja, familia; y si sientes que tu situación ya no es normal, que a pesar de todos tus intentos por sentirte mejor, no lo logras, pide ayuda; acude con un profesional, esto no es señal de debilidad, si no de sabiduría.
Si tu manera de comer es incontrolable consulta a un médico.
Directamente ligado a lo anterior. Si ya has intentado de todo pero no puedes controlar tu forma de alimentarte, incluso has llegado a lastimarte, es momento de pedir ayuda a un médico especializado. En este punto también cabe mencionar la falta de apetito, o que decidas dejar de comer.
Lo más importante es sentir bienestar en todos los aspectos. El dolor y sufrimiento no es normal, nos hemos acostumbrado a ello, pero no significa que sea lo correcto.
El cuerpo y la mente están completamente ligados, si uno de los dos está mal, el otro también y se verá reflejado; pasa lo mismo en el aspecto positivo. Es importante querernos a nosotros mismos, y cuidarnos siempre. Nunca habrá alguien tan cercano a ti, importante y que esté a tu lado, pase lo que pase, que la persona que se refleja en el espejo cuando te miras en él.
Te podría interesar
*
Consejos para lograr comer más saludable
*
10 beneficios por los que la meditación trascendental puede cambiar tu vida