La cultura posmoderna de consumo construyó un arquetipo hosco y crudo alrededor del hombre. Por tantas y tantas películas, series y novelas, se piensa que el género masculino siempre debe ser fuerte, formal y atractivo. El gran problema para llegar a ser a esa figura inmaculada es que él necesita vivir en el gimnasio, tomar anabólicos y costear algunas operaciones. La realidad es muy diferente; el macho común es sedentario, si le va bien realiza ejercicio una vez a la semana y vive en una angustia insoslayable porque no sabe si le alcanzará el dinero hasta la siguiente quincena.
Cuánta contradicción entre las expectativas y el mundo real ¿verdad?
Siguiendo esta línea de creencias mórbidas hay otra falacia que tergiversa la verdad. Se dice que para tener a un hombre contento sólo es necesario darle comida, bebida y mucho, mucho sexo. Dicho constructo social y cultural deja a la figura masculina como un primate salvaje cuyo único objetivo en la vida es sobrevivir y procrear. Por supuesto tal aseveración es incorrecta.
Al igual que las mujeres, a los hombres nos gustan los pequeños detalles. Gozamos de los clichés románticos y elaboramos en nuestra cabeza escenarios idílicos donde un beso sincero es mucho más representativo que el acto sexual. Lo sentimos a diario pero nos limitamos a expresarlo porque dicen que somos unos cavernícolas duros e insensibles.
Los siguientes puntos demuestran lo sensible que somos (para tu sorpresa) y hablan sobre aquellas cosas que hacen feliz a un hombre y no tienen nada que ver con sexo:
1. Que una mujer rompa con los estereotipos y los roles sociales
Hablando de tantos constructos sociales y culturales, también se dice que las mujeres son caprichosas, delicadas y otra sarta de tonterías. Algunas aceptan el papel y otras rompen todos los cánones. Encontrar una mujer así provoca felicidad y mucha satisfacción.
2. Que nos regalen un retrato, dibujo o pintura que evoque el amor
Dicen que los hombres son muy visuales, así que un detalle perfecto sería tener en nuestro cuarto o lugar de trabajo una fotografía que nos recuerda lo bello que es el amor a su lado.
3. Salir una vez al mes con nuestros amigos
A veces los mejores amigos no se llevan bien con la pareja. Un acto que provoca mucha felicidad es que al menos una vez al mes, tanto ella como ellos, hagan las pases y salgan a divertirse juntos.
4. Crear una confianza y complicidad para poder expresar lo que sentimos en realidad
Si hay tolerancia y respeto a la larga se crea una confianza gratificante. Cuando llega ese momento podemos expresarnos líbremente de lo que nos duele y angustia de la vida sin temor a ser vistos como un hombre débil y sin carácter.
5. Pasar una noche juntos sin tener sexo
Milan Kundera decía que es muy diferente tener sexo a sólo dormir juntos. El sexo es muy placentero pero es aún mejor dormir abrazado con la mujer que amas; con el simple roce de la piel el corazón se revitaliza y el alma descansa.
6. Las pequeñas manías de cuidarnos y apoyarnos cariñosamente que tienen todas las mujeres
No hay persona que le disguste sentir afecto a través de los cuidados. Frases tan sencillas como “cuídate, no quiero que te enfermes” o “no estás solo, yo estoy contigo”, nos pueden colmar el día de felicidad.
7. Pasar tiempo de calidad y respetar la individualidad
Lo más importante en las relaciones es compartir tiempo de sinceridad y compromiso verdadero. Del mismo modo es bueno saber que una vez que nos separemos podemos estar tranquilos de que no habrá problemas al no contestar inmediatamente un mensaje o una llamada.
8. Que comparta nuestros hobbies y nuestros más grandes sueños de la juventud
Ya sea que seamos fanáticos de la música, literatura u otras artes, un detalle que nos hace muy feliz es que la otra persona se convierta en nuestra cómplice de gustos positivos y culposos. Es muy gratificante encontrar a alguien tolerante con quien podamos compartir todos nuestros sueños frustrados.
9. Que algunas veces ellas nos lleven a nuestras casas
Cada día se superan más los hábitos y costumbres que colocan a la mujer en una posición débil. Cuando ella lleva a su novio a su casa se reafirma la igualdad entre dos seres que se aman.
La felicidad no está en las cosas materiales sino en las simbólicas. Por más pequeño que sea el detalle que uno de o reciba, si el acto se realiza con una intención romántica, el hombre lo entenderá y sonreirá al comprender que tiene a su lado a una mujer que lo ama de verdad.