Revisar su teléfono y otras acciones que no significan confianza en pareja sino inseguridad

Revisar su teléfono y otras acciones que no significan confianza en pareja sino inseguridad

Revisar su teléfono y otras acciones que no significan confianza en pareja sino inseguridad

Mientras ella gritaba al sentir que la penetraba, yo ardía de odio por dentro. Al verla retorcerse de placer debajo de mí no podía dejar de pensar en otros que –al igual que yo– habían tenido la fortuna de estar dentro de ella. Los celos nunca me dejaron llegar al orgasmo; podía pasar horas teniendo sexo con mi novia pero todo lo que imaginaba que ella podía hacer con otros sin que yo me diera cuenta me alejaba más del clímax.

Así son los celos: crueles, ascendentes, enfermizos, obsesionantes, desquiciantes y destructivos. Acaban con la persona que cela a su pareja, con la relación de ambos y con quien recibe –una y otra vez– todas las quejas del que no confía. Aunque esto es algo que la mayoría sabemos, lo que muchos seguimos confundiendo son algunas acciones “inocentes” que parecieran normales o hasta positivas, pero que en realidad son un reflejo de la inseguridad de alguna de las partes y la prueba de una gran desconfianza en nuestra relación.

Por ejemplo: revisar su teléfono como parte de un juego o hasta de una rutina no es sinónimo de extrema intimidad entre una pareja, sino señal de que alguno no confía en lo que el otro hace y por ello pretende encontrar pruebas de una infidelidad en los mensajes que aún no se han eliminado.

La lista de acciones que no significan confianza en pareja sino inseguridad es larga:

Compartir las contraseñas de sus gadgets, cuentas de banco, redes sociales, etcétera no refuerza sus lazos, pero sí desdibuja la línea que define su individualidad y privacidad.

Contarse absolutamente todo –aunque eso implique delatar o traicionar a otras personas importantes para cada uno– no refleja extrema confianza entre ustedes, más bien comprueba que ninguno conoce los límites que su comunicación debería tener.

Dedicarse a criticar negativamente a sus exparejas no los une más ni mejor, simplemente demuestra que ninguno se siente seguro de ser suficiente para que alguien más los ame.

Exigir o dar explicaciones sobre cada acción y decisión no revela la estabilidad de su relación; de hecho, indica que necesitan cerciorarse de que no les afecta el comportamiento del otro para sentirse tranquilos y seguros.

Interrogar constante e intensamente a la pareja sobre sus amistades o familiares no impulsa la confianza entre los dos, pero sí limita su libertad y merma su tolerancia.

No permitirse ir solos a ningún lugar o reglamentar que deben asistir juntos a cualquier plan no los acerca más, esa dependencia los separa porque no aprenden a disfrutar su individualidad ni valoran los momentos juntos.

Imponerse cuando alguno hace una elección importante –desde el look que usarán ese día hasta la cantidad que invertirán en un seguro de vida– no es parte del apoyo que debe existir en una pareja. Involucrarse indebidamente en ese tipo de decisiones es un abuso que puede terminar en violencia.

Todas estas actitudes podrían parecer –por parte de él– caballerosidad, atención o cariño; por parte de ella simulan amor, protección y cuidado. Ninguna es correcta ni justificable y así como serle infiel a quien “amas” es un error imperdonable, traicionarte a ti mismo para que tu pareja se siente segura y te tenga confianza es inaceptable.

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