Ni siquiera sé por qué te estoy escribiendo esto. O, vamos, en realidad no lo estoy escribiendo para ti, sino para todas las personas que podrían cruzarse en tu camino, y para todos aquellos cobardes que como tú, terminaron una relación por mensaje de texto.
Llevábamos ya un tiempo saliendo, sabía que lo nuestro no estaba del todo bien pero vamos, tampoco era terrible. Nos veíamos bastante seguido, salíamos a comer, tomábamos un par de cervezas y sonreíamos. Quizá menos que antes pero sonreíamos aún. No quería o esperaba terminar la relación tan pronto, a decir verdad creí que la situación mejoraría porque estabas pasando un momento de estrés o tus labores necesitaban más de tu atención que yo. En fin, yo no quería tirar a la basura tantos momentos que vivimos juntos.
Tú lo hiciste. Pero lo peor no fue que te despediste, sino la forma en cómo decidiste dejarme atrás sin decir adiós. ¿Me dolió? Claro, pero más que dolor estaba confundida. ¿Qué había pasado? simplemente un día me desperté con un mensaje de despedida y bloqueada de todos lados.
Intenté buscar una explicación. El mensaje decía que no podías más y necesitabas romper con esto pero ¿cómo así? ¿por qué no tuviste el coraje de buscarme la mirada, hablar como los adultos que somos y terminar de la mejor manera posible? pensándolo bien, que te hayas ido no me dolió, ya no esperaba en realidad, fue más el orgullo, el no poder decirte nada, el no escuchar tus razones y tratar de terminar bien.
Fuiste un cobarde.
He pasado por todo tipo de pensamientos, desde el ‘no fui suficiente’ al ‘eres un tonto’. ¿Por qué no merezco explicaciones o que termine esta historia deseándonos lo mejor? ¿no soy lo suficientemente valiosa como para que de la forma más madura me digas a la cara que ya no quieres estar conmigo? ¿ya tenías a alguien más y nunca me di cuenta? ¿me convertí en un estorbo en tu vida? mi cabeza da muchas vueltas, incluso intenté contactarte por los teléfonos de mis amigos y tampoco recibí respuesta. Hasta pensé que algo te pasó, perdiste el celular o estabas ocupado… pero no, simplemente te fuiste y me ignoraste todo intento de comunicación. Así, sin más desapareciste de mi vida.
Ahora sé que yo no tuve la culpa, que la forma en la que terminaste nuestra relación fue una demostración de lo inmaduro, irrespetuoso y cobarde que eres. No, no te odio, claro que me diste en el orgullo pero vamos, los dos sabíamos que esto no tenía futuro. He llegado a reírme de la situación pero también a llorar mucho. Aún no entiendo por qué lo hiciste de esa manera pero llegó un momento en el que ya no me culpo.
Yo valgo mucho, yo soy mucho y yo merezco un amor maduro que entienda cuándo es momento de separar los caminos. Que me busque la mirada para hablar tranquilamente y caminar por direcciones diferentes sin rencores o malos tratos. Que sepa decir adiós y considere que es normal y humano darse cuenta que una relación no funcionó.
No te merezco a ti, cobarde que decidió terminar nuestra relación por mensaje de texto.