Has llegado a este mundo en medio de un cúmulo de circunstancias que seguramente no podrás dimensionar, pero que representan un parteaguas para tu generación.
Cuando supimos de tu llegada a este mundo, una felicidad inmensa se llenó dentro de nosotros. Tener a un sobrino, sin duda, es uno de los sentimientos más increíbles que podemos experimentar, pero también, una inmensa responsabilidad de convertirnos en nuestra mejor versión, porque somos nosotros, los tíos, un modelo a seguir después de tus padres. Con nosotros, conocerás el mundo afuera de tu casa, encontrarás cobijo y tendrás apoyo por todo lo que hagas a lo largo de tu vida.
Saber que llegarías al mundo fue mucha emoción, felicidad y entusiasmo, pero también mucho miedo y una gran incertidumbre por la pandemia que ha colapsado al planeta. La vida nos cambió de un momento a otro. Hoy vivimos en una época donde salir a la calle es un riesgo por contagiarnos de algo que ni siquiera vemos. Estamos en un riesgo constante, usamos cubrebocas y nos untamos gel antibacterial frecuentemente. Mantenemos distancia con otras personas y desde hace mucho perdimos el sentido de la cordialidad al saludar.
Llegaste a un mundo completamente diferente, uno que ni siquiera imaginamos en las películas. Y lo que al principio era novedoso y un espacio para hacer algo distinto desde casa, después de mucho tiempo se ha convertido en una rutina poco alentadora. Pero al mismo tiempo, nos ha hecho valorar a nuestra familia y a nuestra salud.
Y por lo mismo, con la misma intensidad que me emocioné por tu llegada, me entristecí cuando naciste.
Hoy, para mí, la ilusión de conocerte, de verte, de analizar lo parecida que eres y cómo me recuerdas a tu mamá, convivir contigo en tus primeras sonrisas, salir a pasear y presumirte con el mundo entero, seguirán a la espera. Porque quizá sea difícil de entender y de explicar, pero el riesgo de verte es demasiado alto. Quiero protegerte, quiero protegernos a todos, jamás me perdonaría ser el culpable de algún contagio o cualquier cosa que te haga mal; a ti y a tu mamá, mi hermana. Me parte el corazón que tus abuelos no puedan cargarte o tomarse tantas fotos contigo, que nuestros encuentros sean por videollamada, no poderte abrazar y decirte de frente cuánto te amamos y qué tan bien le ha hecho tu llegada a la familia. Lamento que no haya una fiesta llena de regalos pero aquí los guardo todos para cuando pueda verte (estoy comprando ropa grande porque quizá no la puedas usar pronto).
Quiero que sepas que naciste en tiempos difíciles y que aún a distancia, verte en los videos y fotos que comparte tu mamá son mi parte favorita del día. Amo tenerte, amo que mi hermana esté feliz y plena contigo, amo que nos hagas tanto bien.
Anhelo que llegue el día en que te conozca, en que puedas escuchar mi voz y reconozcas que soy yo, tu tío, que te acompañará, guiará y protegerá toda tu vida, así como lo estoy haciendo desde este momento al mantenernos lejos. Claro que lo detesto, claro que odio no poder estar a tu lado, pero sobrina, mi niña, verás que pronto se irá esta pandemia y nada ni nadie nos va a separar.
Mientras llegue el momento, estaré juntando anécdotas y leyendo cuentos para contarte el día que que sea seguro.
Te quiere con toda su alma,
Tu tío.
VER MÁS
Carta a mi familia para el día que todo vuelva a la normalidad
Lo de hoy son los tíos PUNK, éstas son sus características
La emotiva carta de Meena a su tía, la vicepresidenta de EU, Kamala Harris