Cambiar nuestro comportamiento es un desafío de autoingeniería. Estoy hablando de una transformación sostenida a largo plazo, no de ráfagas de corto plazo que explotan antes de que ocurra un cambio real.
Ya sea que el cambio consista en modificar dieta, ejercicios, hábitos, dependencias o cualquier cosa, el de comportamiento es una de las cosas más difíciles que algunos de nosotros intentará hacer.
Esta es una tarea bien investigada, y se sabe bastante por qué el cambio sostenido es tremendamente difícil. Por eso, te compartimos algunas de las razones principales.
1. Estamos motivados por emociones negativas
Es comprensible pensar que las emociones negativas experimentadas como el arrepentimiento, la vergüenza, el miedo y la culpa, deberían ser capaces de catalizar un cambio de comportamiento duradero. La emoción negativa puede hacer que pensemos en todo lo que no estamos haciendo o sentimos que hacemos mal, pero es un combustible horrible para realizar cambios que se mantengan.
Algunos estudios han demostrado que las estrategias de cambio menos eficaces dependían del miedo y del arrepentimiento. Por mucho que esto suene como un lugar común, la transformación real necesita de una plataforma y razones positivas y autoedificantes para asumir el reto.
2. Nos quedamos atrapados al pensar en falacias
Sentirse abrumado al tratar de cambiar un comportamiento tiende a fomentar el pensamiento de todo o nada: “voy a cambiar, y si fallo, significa que no puedo hacerlo”. Si estás al tanto de tus prejuicios y distorsiones cognitivas, sabes que el pensamiento de todo o nada es importante.
Nos atrapa en situaciones sin salida, porque tus probabilidades de mantener incluso la sacudida de impulso más impresionante para cambiar un comportamiento, simplemente no es muy buena. Si en realidad queremos transformarnos, una de las primeras cosas que tenemos que hacer es eliminar el todo o nada de la mesa, y purgar algunos otros errores de pensamiento mientras estamos en eso.
3. Nos queremos comer todo de una vez
El cambio de conducta es algo grande y casi nunca es posible modificarlo todo a la vez; sin embargo, tenemos que comenzar desde algún punto y con acciones particulares y mensurables. Lo grande y vago tiene que ceder el paso a lo pequeño y específico. En vez de “voy a empezar a hacer ejercicio”, hay que decir “voy a empezar a caminar esta noche después del trabajo durante 30 minutos en el parque”.
Cada acción determinada es una pizca de cambio de comportamiento, y un conjunto de esas acciones comprometidas a lo largo del tiempo resulta en una transformación acumulativa. Para acompañar esas acciones acumulativas, necesitamos objetivos específicos que la investigación sobre el cambio sugiere que son esenciales para el éxito, pues los objetivos de rendimiento son para medirnos, por eso, deben ser realistas y claros.
4. Descuidamos la caja de herramientas
Si quieres arreglar tu automóvil necesitas las herramientas adecuadas. ¿Por qué cambiar algo de nosotros debería ser diferente Llámales herramientas o dispositivos, como quieras. El punto es que requerimos cosas confiables para apoyar el cambio sostenido. Modificar nuestra dieta precisa como mínimo que descubramos el conocimiento sobre formas más saludables de comer y un plan práctico para hacerlo realidad.
Tal vez parte del plan incluya mantener un recordatorio diario en tu teléfono. Este tipo de herramientas serán específicas para un individuo, mientras que otras son adoptadas y están disponibles para cualquiera que las necesite. Todos deberíamos tener una caja de herramientas de tales apoyos para confiar a largo plazo.
5. Tratamos de cambiar demasiado
Si puedes comprometerte a cambiar un comportamiento a largo plazo y realmente hacerlo, eso es admirable. Pero tratar de asumir múltiples conductas a la vez es una manera segura de enviarlos a todos a la zanja. Los recursos en los que confiamos para lograr que el cambio suceda son limitados: atención, autocontrol, motivación, etc. Tratar de cambiar muchos lugares exige demandas poco realistas sobre esos recursos y condenar nuestros esfuerzos desde el principio.
Olvidamos que las otras áreas de nuestra vida siguen girando y también requieren esos recursos, por lo que incluso un sólo compromiso adicional de cambio de comportamiento es un gran problema.
6. Subestimamos el proceso
El cambio nunca es una sola cosa, son muchas cosas conectadas y un cambio sostenido no ocurre sin un proceso que considere todas las piezas.
Es fácil engañarnos y hacernos creer que debería ser mucho más simple, pero nada sobre el cambio lo es. Es un desafío difícil orientado al proceso, incluso mover la aguja un poco requiere de mucho.
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