Cada vez que te vas a dormir, te es inevitable no imaginar alguna laguna a su lado; pensar que quizá sí estaban destinados, que conocerse era para que estuvieran juntos y que tus pensamientos eran tan fuertes que podrían llegarle y pensar en ti también. Lo piensas y le das vueltas, entonces le escribes, decides dejar tu orgullo e intentarlo, y te responde aunque no como lo pensabas. Quizá necesite tiempo, lo crees, pero la conversación se vuelve sosa, sin ganas ni interés… hasta que deja tu mensaje en visto.
Aunque te imaginas la más hermosa de las historias, él, al parecer, no hace lo mismo. No te escribe, no te llama y cuando te ve, no le brota el amor de los ojos como a ti. Eres atenta, amable, te interesas en su día, en lo que hace y cómo puedes ayudarlo en caso de que lo necesite, pero él no corresponde de la misma manera. Entonces vuelve a caer la noche, te desvelas revisando su perfil, viendo sus fotos por, quién sabe, ya perdiste la cuenta; lo observas, pero él no te observa a ti.
Piensas que es el hombre de tus sueños, porque en tu historia lo es; manos bonita, buen sentido del humor, inteligente, alto, ojos pequeños pero fuertes, sonrisa ligera y espalda ancha. Todo él tiene luz, energía, fuerza pero también nobleza y humildad. Tiene dedos largos, voz grave, tiene un impacto en las personas impresionante y es entregado. A veces es tímido pero no lo suficiente como para no hablar con las personas o no tener amigos porque los tiene y varios. Es apasionado, sonriente y vibrante. Sí, es el hombre de tus sueños… pero sólo en tus sueños.
Tienes la esperanza de que algún día te mirará con los ojos llenos de luz y emoción, mientras recibes desplantes, mensajes fríos, indiferencia y momentos para nada cercanos a los que has imaginado este tiempo. A veces te confunde, a veces te hace pensar que está ahí, pero la verdad es que no es cierto, nunca lo ha estado. Contigo no se ha comportado como lo has querido y aunque pienses que eso cambiará, si no lo ha hecho ahora, no lo hará nunca.
Todas las noches piensas en él y todos esos pensamientos son maravilloso, casi perfectos –casi porque no se están haciendo realidad– él es único, es el amor de tu vida pero… si no se comporta como el hombre de tus sueños ahora, no lo hará nunca.
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