Siempre escuché que usar copa menstrual es muy ecológico, cómodo y barato, nunca me han dicho lo contrario (solo mi mamá que jura que le da asco aunque le explique todos los beneficios que tiene… ya saben, cosas de baby boomers)
Soy muy preguntona, cuestioné TODO. Mis primas, las principales víctimas de mis preguntas sobre su experiencia, me hablaron de que no todo es bonito y al principio, en lo que te acostumbras, pueden ocurrir algunos accidentes; por ejemplo, debes sacarla con muchísimo cuidado y paciencia porque si no puede caer a la taza del baño o armar una escena que parezca el crimen más horrible. Evidentemente estaba súper temerosa de que algo así me sucediera.
Pues al final dije ‘qué onda con que voy súper tarde a este tren’ y me atreví a usarla. Para empezar, descubrí que conseguir una puede ser algo engorroso… ¡hay tallas! ¿¡cómo voy a saber qué talla soy!?
Investigué y en realidad tiene mucho que ver con la marca pero cada una te puede orientar con algunas características. Creo que puedo agruparlas en tres: S si tienes menos de 18 años y no has tenido relaciones, M si eres menor a 30 años y no has tenido algún parto pero sí relaciones o L si tienes más de 30 años o ya tuviste un bebé con parto natural. No te preocupes por la letra, en realidad tiene que ver con la elasticidad de nuestros músculos según nuestra edad y experiencias.
Así que ya teniendo nuestra copita, yo usé el modelo 1 de la marca ProFemme (recomendado para mujeres menores de 30 años que no hayan tenido un parto) porque está hecha en México y con materiales 100% reciclables, Llegó el día.
Primer día
Fue mi primer día con la copa menstrual, soy medio descuidada así que me tomó de sorpresa. Corrí a hervir la copa y aquí vino otra de mis preguntas… ¿cuánto tiempo? tenía el instructivo como mi Biblia, justo a mi lado. Ahí decía que no más de 3 minutos.
Momento de colocarla. Me lavé las manos y todamensa intenté ponérmela de pie… es que yo no sé qué estaba pensando. Leí el instructivo y pues claro que no es así. Hay que relajarse muchísimo, respirar profundo, sentarse en la taza, subir un pie en algo o ponerse de cuclillas, yo me acomodé mejor sentada. Hay que doblar la copa en forma de U presionándola de un lado, separar los labios vaginales y ¡pa’dentro! Es raro cuando entra, debo aclarar, pero una vez dentro no sentí nada de nada.
La parte inferior debe quedar a un centímetro de la salida. Según yo me aseguré que no se pudiera mover, me lavé las manos y salí del baño.
Quería probar su efectividad así que me olvidé de los cólicos y vámonos, caminé hacia el súper. Subí y bajé escaleras. De regreso hice quehacer y me sentí muy bien.
El instructivo dice que puedes cambiarla cada 12 horas y dije aaaaah, bueno, me da chance de hacer mi día.
En unas 9 o 10 fui a vaciarla. Es todo un ritual también porque de nuevo debes relajarte, lavarte bien las manos, sentarte, separar los labios vaginales, tomar la copa por el agarre e introducir un dedo por el costado para romper el vacío. Según yo hice todo según las instrucciones pero ¡AY, NO! se me desbordó y mi peor pesadilla se hizo realidad.
Nunca había estado en contacto directo con mi sangre, y en cuanto la saqué -maniobra que me costó mucho- se escurrió todo en mi mano. Esto a mi mamá le va a dar asco. Luego luego la enjuagué.
Aquí vamos de nuevo. La coloqué otra vez y ¡WOW! fue mucho más fácil que la primera vez. Algo que sí les tengo que decir es que si eligen ponerla sentada en la taza, vives un momento de tensión cuidando que no se te caiga al inodoro, jeje.
El primer día fue fácil (creí que sería mucho más difícil todo) aunque sí fue extraño por el contacto tan directo que tuve con mi cuerpo, puede sonar raro pero nunca lo había experimentado así. Fui a dormir a ver qué tal funcionaba por las noches.
Ilustración: Paulyna Ardilla
Segundo día
Tuve que salir de viaje y la verdad me emocionó, fue el escenario perfecto para probar si es cierto que puedes hacer de todo con la copa. Siendo sincera, así fue. La copa de ProFemme viene con una cápsula protectora y un costalito para transportarlo donde tú quieras.
Pero antes de contarles mi viaje, desperté y corrí al baño para ver qué había sucedido por la noche. Esta vez la saqué con mucho más cuidado y ¡lo logré! todo perfecto, 10 de 10. Vacié la copa en el inodoro y me di cuenta de algo que me sorprendió: en realidad la menstruación no huele, lo que conocemos como su olor es la combinación del periodo con las toallas sanitarias. Estaba muy feliz con mi copita y esta vez entró con aún más facilidad.
Llegamos a Oaxaca, tuve la copa todo el viaje en auto. Caminamos mucho, en serio mucho, pero lo que más me sorprendió es que ¡pude entrar a un temazcal! así como lo leen. Jamás lo hubiera hecho con una toalla, me hubiera sentido súper incómoda, como si trajera pañal. La copa fue una maravilla y me sentí libre aún estando en mis días.
Ya vas conociendo el comportamiento de tu cuerpo y déjenme decirles que me di cuenta que lo que sale en realidad es súper poquito. Puedo vaciarla cada 10 horas sin problema.
Tercer día
Es que yo ya no sentía nada. ¿¡Qué maravilla acabo de descubrir!? La verdad me acostumbré muy rápido y para el tercer día que ya me bajó menos (lo bueno son los dos primeros días).
Debo aclarar que como del tercer día para adelante ya es casi nada, estás ‘seca’ y duele un poquito más al momento de meter y sacar. Te recomiendo que compres un lubricante para que sea más sencillo.
Me encantó la experiencia, me acerqué muchísimo a mí misma por más raro que suene. Fue muy bello quitarse un tabú tan enorme que si es algo malo o asqueroso… ¡es tu cuerpo! y además estás siendo amigable con el medio ambiente, ¿qué más se podría pedir?
¿Que si la recomiendo? ¡MUCHÍSIMO!, debes tener en cuenta que quizá te costará trabajo al inicio pero es cuestión de acostumbrarte y practicar.
Una copa menstrual es la mejor aliada para vivir tu menstruación de una manera libre, cómoda y amigable con tu cuerpo y el planeta.
Ilustración: Paulyna Ardilla
Precauciones importantes:
Consulta a tu médico antes de usar la copa menstrual si estás usando un dispositivo intrauterino (DIU)
A la copa no le debe dar la luz directa.
Consulta a tu médico antes de usar la copa menstrual después de un parto o aborto.
La copa menstrual no es un anticonceptivo.
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