Se ha hablado mucho de los millennials, tanto de su acercamiento con la tecnología como de sus peculiares modos de vivir. Las principales características que se les han otorgado son la inestabilidad y el miedo al compromiso, sea de manera laboral o sentimental. No obstante, existen muchos mitos alrededor de la también llamada “Generación Y”. Incluso algunos señalan que es la peor que ha existido debido a la actitud que han adoptado y los cambios que han experimentado. Por otra parte, otros afirman que es una de las generaciones más exitosas. En México las circunstancias en las que viven los millennials son alarmantes, sobre todo si se toman en cuenta las condiciones en las cuales se encuentran.
Pero ¿qué ocurre actualmente con la Generación Milenio? De acuerdo con el medio digital Sin Embargo, 44,3 % de los jóvenes mexicanos se encuentran en situación de pobreza. Como solución a dicho problema se han generado fenómenos como la migración, el trabajo informal o el crimen organizado.
Durante décadas se ha creído que la mejor manera de construir un buen futuro es a través de la educación, pues gracias a ella se puede aspirar a mejores condiciones de vida. Al mismo tiempo se piensa que las circunstancias laborales mejoran, las jornadas se vuelven menos intensas, los sueldos incrementan y con ello las posibilidades de erigir un patrimonio. A pesar de esto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social considera que no es sólo la falta de educación superior lo que propicia la pobreza en el país, debido a que también contribuyen la falta de capacitación laboral, las jornadas superiores a las ocho horas, la escasa seguridad social, las pocas prestaciones de ley, la asignación de salarios bajos y las limitadas oportunidades para incorporarse al campo laboral.
Aunque se han mejorado las condiciones para acceder a la educación, esto no garantiza que los beneficios laborales también progresen. En la actualidad son pocas las personas que cuentan con educación básica, ya que se ha incrementado el nivel de estudios para mexicanos. Sin embargo, los títulos universitarios no garantizan que así se pueda superar la situación de pobreza, debido a que las modelos laborales establecidos no siempre son rentables para los trabajadores.
La economista Carmen Ponce asegura que a medida que ha transcurrido el tiempo, los sueldos han disminuido de forma alarmante. En 2005 las personas que contaban con un título universitario ganaban alrededor 11mil 200 pesos, mientras que en 2016 el salario promedio descendió a 7 mil 600 pesos. Las condiciones no fueron mejores para quienes tenían un posgrado, pues las remuneraciones en 2005 oscilaban entre los 24 mil pesos. Once años más tarde disminuyeron casi 10 mil pesos. Entonces los profesionistas ganaban 14 mil pesos.
Basado en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país hay 21,6 millones de personas que tienen entre 15 y 24 años, las cuales cuentan con la capacidad para laborar o estudiar. No obstante, 66,8 % no se encuentra inscrito en ninguna institución educativa y 5,8 % no tiene empleo. Éstos también han sido nombrados como “ninis”, debido a que no estudian ni trabajan. En este sentido, 7 de cada 10 jóvenes no tienen la oportunidad de laborar o estudiar son mujeres.
A pesar de que se ha trabajado para erradicar las diferencias de género, las oportunidades laborales para las mujeres son tres veces menores a las de los hombres cuando se trata de encontrar un empleo. Además, muchas de ellas buscan horarios flexibles que les permitan cumplir con las responsabilidades de género que se le han inculcado a lo largo del tiempo, como las labores domésticas, de cuidado y de crianza. Mientras que 8 de cada 10 hombres que trabajan no ganan el salario mínimo, 7 de cada 10 mujeres tampoco lo hace. Sin duda el género es otro factor que afecta las condiciones de vida de los millennials mexicanos.
Por otra parte, existe el trabajo informal, una vía en la que muchas personas han encontrado la oportunidad de ganar dinero sin la necesidad de cubrir jornadas largas ni de cumplir con las exigencias de contar con ciertos niveles educativos. Esto trae consigo otras desventajas, como el riesgo de sufrir algún accidente laboral que no pueda ser cubierto por la seguridad social que de alguna manera se ofrece en los empleos formales.
El Inegi informó que 3 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años no cuenta con un trabajo estable. El desempleo más alto se ubica entres las personas de 20 a 24 años. En contraste, la ocupación informal predomina entre la población que tiene entre 15 y 19 años, que conforma 28,8 % de las personas que generan autoempleos de manera informal. En este sentido, el servicio que registra mayor actividad se encuentra en el hospedaje y en la producción de alimentos.
Aunque se ha considerado como frívola a la generación del milenio, es cierto que algunas creencias son falsas. Los jóvenes sí se encuentran comprometidos con el campo laboral, pues en él buscan estabilidad y seguridad. La diferencia es que las oportunidades de colocarse en el mismo son cada vez menores. Una encuesta realizada en 2017 a 8 mil millennials de todas partes del mundo reveló que los jóvenes no están dispuestos a abandonar sus empleos en un periodo menor a dos años, porque consideran permanecer en él mínimo durante cinco años.
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Aunque a veces consideren que la Generación Millennial ha arruinado algunas cosas, también existen razones para sentirse orgullosos de formar parte de ella.