Si estás disfrutando de las cosas maravillosas que ocurren cuando estás entre los 25 y los 30 años, sabes que —a pesar de las dificultades— estás en el mejor momento de tu vida. Eres demasiado joven para algunas preocupaciones que se adquieren con el paso del tiempo, pero al mismo tiempo parece que eres bastante maduro para hacerte cargo de lo que te corresponde y de lidiar con las responsabilidades que se te van presentando. Conforme superas las adversidades, algo te queda claro: te estás llenando de sabiduría.
Nuestros padres vivieron una juventud bastante más acelerada que la nuestra. Pareciera que ellos nacieron sabiendo qué necesitan y hacia dónde se dirigen. ¿Pero nosotros? Hay días en los que ni siquiera sabemos qué queremos para el almuerzo, y esta indecisión e incertidumbre de las nuevas generaciones —específicamente la llamada millennial— son muy criticadas en la actualidad, pero ésa es otra historia.
La pregunta es muy sencilla: ¿recuerdas cuando tenías 18 años?, ¿qué pensabas, qué anhelos tenías? Tal vez hoy estás a tan sólo unos años de distancia, pero las vivencias y las experiencias que has adquirido te han convertido en una persona completamente distinta a lo que fuiste, con un nuevo rumbo e incluso otra personalidad. O quizá tienes 18 o estás a punto de llegar a esa edad y te sientes abrumado. Es normal sentirnos así, pero tal vez escuchar las experiencias de quienes ya han pasado por ahí te ayuden a ganar perspectiva sobre los problemas que te aquejan.
Es por ello que hoy te compartimos 8 consejos que nos hubiera gustado decirle a nuestro yo de 18 años. ¿Tú qué consejo le darías a ese tú del pasado si tuvieras la oportunidad de escucharte?
1. No crezcas demasiado rápido
Lo primera y lo más importante: vive tu juventud. A los 18 estamos deseosos de crecer, de vivir muchas cosas, de experimentar, de arrancarnos la conciencia. Esto es normal, pero pronto te darás cuenta de que así como hay muchas cosas de tu pasado que te harán sentir orgulloso, también habrá muchas otras que te darán vergüenza. Lo importante es no hacer algo tan extremo que termines por arrepentirte —sobre todo cuando se trata de decisiones que ponen en riesgo tu salud o tu integridad. Vive tranquilo, disfruta esa etapa de la vida y no te apresures a crecer demasiado pronto.
2. Date tiempo para elegir
A esta anterior se suma otra muy importante: no escojas carrera profesional inmediatamente después de terminar el bachillerato. En ese momento todos sentimos la presión de elegir, pues no queremos quedarnos atrás en nuestra carrera profesional. ¿Pero qué es mejor: tardarte un poco más que tus compañeros y elegir algo que realmente sea tu vocación, o precipitarte a escoger algo que quizá no conoces del todo? Puede que tengas suerte y tu primera elección sea la correcta, disfrutarás tu trabajo y te sentirás orgulloso de lo que has logrado; pero lo importante es que cuando mires al pasado no tengas la incertidumbre de que si no te hubieras precipitado, tal vez estarías cumpliendo un sueño mucho más consciente.
3. Aprende quiénes son las personas de tu vida
En cuanto a las amistades, hay personas que dicen que tus verdaderos amigos los encuentras en el bachillerato o en algunos casos la universidad; pero entre más pasan los años, más te das cuenta de que los mejores amigos son aleatorios, sobre todo si constantemente huyes de tu zona de confort. Entonces crea buenas y sólidas amistades, pero no te aferres a ellas; sobre todo si son amistades que no te permitan crecer. No tengas miedo de “quedarte sin amigos”. Pasarán los años y se quedarán los que valen la pena, también vendrán otros que nunca hubieras podido imaginar.
4. No pienses en amores eternos, piensa en lecciones
¿Qué pasa con el amor? La dura realidad es que a tus 18 probablemente no estarás con el amor de tu vida. Puedes engañarte y casarte con esa persona, pero si las estadísticas nos muestran algo es que en algunos años te estarás preguntando si esa persona es el amor de tu vida realmente. La explicación es muy simple: las relaciones cambiarán porque tú ya serás una persona diferente.
A lo anterior, añadimos algunos aspectos importantes. Primero, si te enamoras y te decepcionan, perdona porque todos son niños jugando a ser adultos. Sigue adelante, no vuelvas, no te aferres, no tiene solución. Lo mejor que puedes hacer es tomar la lección, crecer y buscar tu personalidad. Sólo entonces sabrás qué es lo que realmente quieres de una relación.
5. Aprende a escuchar
Escucha más a tus padres, ellos son los únicos que realmente te van a querer y aceptar siempre. Deja que te cuiden, que te regañen, que se preocupen, no seas un problema tan terrible. Ya crecerás y harás lo que te dé la gana, pero a los 18 —aunque legalmente eres mayor de edad— todavía hay muchas cosas que no sabes. Confía en el consejo de quienes no sólo ya tuvieron 18, sino quienes te conocen mejor que nadie en el mundo.
6. Aprovecha tu tiempo y tus capacidades físicas y mentales
Este consejo tiene que ver con tu salud y estilo de vida: ejercítate más, aférrate a menos vicios y vuélvete demasiado bueno en lo que sea. Ten hobbies, aprende cosas, únete a un grupo que te motive a crear. Cuando crezcas te darás cuentas de lo importante que es ser bueno en muchos aspectos. Aprovecha que tienes tiempo y energía a esa edad. Evita convertirte en un trabajador promedio cuya única habilidad es llegar a tiempo y cumplir con las responsabilidades mínimas. Mejor sé un tipo de líder que aprendió varias cosas sobre un montón de áreas durante su juventud y destacarás siempre.
7. Sal de tu ciudad
Si tienes la oportunidad, viaja. Antes de adentrarte a la vida laboral —y no tener más que unos pocos días de vacaciones al año—, ahorra y sal de tu ciudad. Viaja con amigos, viaja solo, viaja con tu familia, viaja con tu pareja. Pero no permitas que alguien te retrase o te arruine la experiencia. No tengas miedo de tomar un año para estar fuera. ¿No tienes dinero? Créenos que en cualquier parte del mundo puedes trabajar un poco y costearte el seguir viajando. No se acabará el mundo si no terminar la universidad a los 22 o a los 26, siempre y cuando aproveches ese tiempo para llenarte de experiencias y habilidades que no se adquieren en la escuela.
8. No sólo a los 18 se cometen errores
No sólo por seguir estos u otros miles de consejos estarás exento de equivocarte. Incluso después de los 18 seguirás cometiendo errores porque aún serás un novato. Pero todos lo somos, todos somos novatos en vivir. Aunque no podemos viajar al pasado y reprendernos a nosotros mismos por nuestras malas decisiones, sí podemos aprender de ellas y compartir estos aprendizajes con aquellos que se encuentren en dilemas similares.
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¿Crees que requieres de la aceptación, una pareja perfecta, fama y fortuna para vivir plenamente? Piénsalo dos veces después de leer las cosas que no necesitas para ser feliz. Además, te compartimos los cuatro pasos para ser feliz según la neurociencia, síguelos y comienza hoy mismo a aplicarlos en tu vida cotidiana.