Nadie lo entiende, al menos nadie que lo haya vivido. “No funcionará”, los escuché decir en repetidas ocasiones. La verdad es que ni yo estaba segura de que fuera lo correcto, había una parte de mí que se negaba a dejarlo ir, pero había otra que, si puedo ser honesta, estaba aterrada. La distancia se interpuso. Al menos si terminábamos estaría tranquila porque sabía que no había sido yo, ni él, quien había lastimado al otro. Sabía que habría lágrimas en mi rostro y que su mirada se tornaría fría, pero al menos no nos habíamos roto el corazón.
Era el camino, los kilómetros, la tierra, el mar y el cielo los que nos separaban, pero estaba segura que había algo más fuerte que nos unía. Algo que no se podía medir, que no se podía ver, pero que sí se podía sentir. Una ciudad de otra madre nos alejaba y nos ponía una prueba para ver hasta dónde podíamos llegar, hasta dónde realmente nos amábamos y hasta dónde estábamos dispuestos a ir con tal de conservar lo que nunca había sentido con alguien más. Lloré. Me sentí sola y lo extrañé como nunca antes; pero también valoré lo que no había visto. Vi con unos nuevos ojos y comprendí que amaba los detalles que ni siquiera había captado. Ahora, cada vez que lo veía había un brillo nuevo en sus ojos y unos brazos más fuertes que nunca. Unos que se aferraban junto con los míos al cuerpo del otro; brazos que embonaban perfectamente y que no se querían separar. Aunque sabía que ese día llegaría de nuevo.
Si vives o te ha tocado vivir una relación a distancia, sabes que no es nada sencillo. Sabes que extrañas a esa persona que limpie tus lágrimas, que te abrace para darte la fuerza necesaria e incluso una que te haga enojar. Los siguientes son algunos datos que comprenderán las personas que hayan experimentado lo que es tener que vivir con la mitad del corazón en otra ciudad.
Dudas de la fidelidad
Este es quizás uno de los puntos que más parejas experimentan cuando están lejos. Sabemos que el aspecto físico es también una necesidad, por lo que a veces dudamos si el otro nos será realmente fiel o tendrá alguna que otra aventura. Por esto es importante aclarar desde un inicio qué se espera del otro, y así evitar problemas a futuro.
Te arrepientes por no haber sido o dicho algo diferente
En ciertos momentos eres más sensible que en otras ocasiones porque sabes que esa persona que tanto quieres no está a tu lado para escuchar todo lo que tienes que decirle, sean palabras de amor o caprichos. Si te enteras que está pasando por algún momento difícil y no está a tu lado, es probable que te arrepientas por no haber sido diferente cuando estaba a tu lado. Tal vez pienses que hubiera sido mejor decirle más palabras de amor o demostrárselo; aunque seguramente también quisieras borrar ciertas palabras que salieron de tu boca.
Extrañas lo que antes odiabas
En relación con el punto anterior, es casi seguro que ahora ciertos aspectos que no te gustaban nada los extrañes. Estar lejos de la persona te hace darte cuenta de lo que más importa y entonces ves que eso que te molestaba en realidad no era tan malo. Además de las cosas que tu pareja hacía que no te encantaban, están también las situaciones que vivías con ella y que se habían tornado un tanto aburridas. ¿Te quejabas de ver películas en su casa los viernes? Seguro que ahora extrañas esos viernes como nunca.
Cuando lo ves es con más gusto
Cuando por fin llega el día en que lo verás, te emocionas como un niño que espera los regalos bajo el árbol en Navidad. Es cierto, esperas con ansias por fin abrazarlo, besarlo y decirle cosas lindas al oído. Aunque probablemente también le reclames algunas cosas, pero nada impedirá que el primer abrazo sea especial.
La computadora y tu teléfono celular se vuelven los objetos más preciados
Si de por sí podemos decir que actualmente el teléfono es uno de los objetos más valiosos de las nuevas generaciones que no pueden estar desconectadas, tú tendrás más razones para decirlo con seguridad. La conectividad es uno de los grandes avances que nos permiten mantener cercano a quien está lejos de nosotros.
Nunca habías puesto tanta atención al tiempo y la hora
Esto cobra mucho sentido sobre todo si vive en una ciudad lejana o en otro país, donde la diferencia de horario es una limitante para mantenerse comunicados. De ser así, sabes que hay horas en las que él duerme y tú estás despierta, y viceversa, entonces poner una hora para hablar es muy importante así como respetarla. De lo contrario podrán surgir peleas innecesarias que sólo intensificarán la impotencia de ni siquiera poder pelear de frente.
Te vuelves un excelente stalker en redes sociales
Aunque muchos lo nieguen, este punto es muy real. Las redes sociales pueden ser de gran ayuda, pero también pueden ser la enemiga más grande en las relaciones. Ver todo el tiempo su perfil, revisar su status, los tweets, fotografías y demás, puede causarte mucha incertidumbre e inseguridad, pues la mente comienza a hacerse ideas que pueden ser completamente erróneas.
La comunicación cambia
La comunicación entre ambos cambia, y es completamente normal. No puedes esperar que sea de la misma manera, pues la relación no es igual y nunca volverá a serlo. En un inicio querrás saber todo lo que hace y hablar en todo momento, después descubrirás que no es tan fácil como creías y que si bien están en una relación, cada quien tiene una vida diferente. Para no perder el interés, es muy importante que la comunicación sea honesta y fluida. No hay que estar pegados al teléfono en todo momento pero tampoco dejarse de hablar por semanas.
Odias ir a cenas de parejas y llegar sin compañía
Puede ser molesto llegar a una cena o fiesta y ver a tus amigos con pareja y tú sin nadie. Pero más molesto aún es que te pregunten dónde está, por qué nunca lo ven contigo o que duden si realmente existe. En el fondo sabes que sí estás con alguien, pero lamentablemente no puede acompañarte a todos lados; porque en caso de que nadie lo sepa: ¡NO VIVE AQUÍ!
Tus amigos meten dudas en tu cabeza
¿Te suenan las frases “amor de lejos es de pendejos” o “amor de lejos felices los cuatro”? Si es así, seguro tendrás amigos que te hacen dudar de la decisión que tomaste con tu pareja. Amigos que no entienden por qué sigues con alguien que no ves a diario y que aunque su intención es buena, te harán dudar de tu pareja. Seguramente también te dirán que hay muchas opciones más y que no es la única. Lo importante es que tú estés seguro de qué es lo que quieres y que mantengas una buena comunicación y seas honesto con tu pareja, así como ella contigo.
Extrañas el contacto físico
Extrañas estar a su lado, sus besos, abrazos, caricias… Es completamente normal; la necesidad física es básica. Lo importante es aclarar si seguirán juntos al cien por ciento, siendo fieles el uno al otro, o si mantendrán una relación más abierta. Es fundamental aclararlo para que después no surjan confusiones. Para mantener el interés mutuo deberán demostrarse que siguen interesados. Lo que es seguro es que cuando el contacto será mucho más intenso.
Aprendes a confiar o terminas la relación
La distancia no es una excusa para no ser atento y estar al pendiente de lo que suceda con el otro, pues de ser así deberíamos dejar de llamarle relación. Si no confías en tu pareja y ella no confía en ti, no importa lo que digan o hagan, simplemente no funcionará. La honestidad es la base de toda relación, aunque suene a cliché. Y sin honestidad no habrá confianza. Habla y dile lo que piensas, tus miedos y deseos. Si es realmente amor, podrán encontrar la mejor solución para ambos; ya sea seguir juntos a pesar de la distancia, o seguir cada quien su camino.
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