Durante la vida existen melodías que acompañan todo tipo de momentos, cuando viajas y en la carretera llevas el mejor soundtrack, la canción que se puso de moda el verano pasado y bailaste hasta que te causó náuseas escucharla de nuevo o la primera vez que viste en vivo a tu banda favorita y no te importó gritar hasta que tu voz se enmudeciera con tal de creer que el cantante te oía entre miles de personas. El mundo es más sencillo cuando lo musicalizamos, incluso si éste es sumamente aburrido, triste o feliz.
Por eso, la música que suena cuando sales a la pista con tu pareja y celebran el lazo más fuerte que puede dar el amor suele acompañar a la perfección cada paso, mirada y beso que le das a quien amas. El vals, los invitados, la ceremonia, la comida, los gritos, felicitaciones y abrazos se conjuntan en una sola cosa: el matrimonio. La unión de dos personas que ven más allá de la cotidianidad son, en ese ocaso, dos seres que se complementan y sueñan con ser los más felices del mundo.
En la actualidad, la realidad dice que los matrimonios tienen una fecha de caducidad y sólo conllevan a la pretenciosidad de las cosas. La generación millennial cada día sueña más en viajar, conseguir el trabajo de sus sueños o aspirar a una vida distinta que no incluya familias tradicionales. Es posible que estén cansados de eso, quizá porque a sus padres no les funcionó, pero el hecho es que el amor no se puede medir en esas cifras ni parejas disfuncionales, es un sentimiento más allá del individualismo y que ahora pocos valoran.
Tal es el caso de los miembros de la comunidad LGBTTTI, quienes anhelan ver el matrimonio como un modo de vida, lograr que la sociedad quite los estigmas y bloqueos tradicionales a los que han sido expuestos y privados. Una buena excusa para recordar que si tienes al amor de tu vida a un lado no debes perder el tiempo, luchar por lo que sientes y de paso obtener los siguientes derechos legales a los que puedes acceder. Todo para tener el futuro que siempre has soñado.
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Seguridad social
Este derecho se adquiere desde que naces y el matrimonio lo hace posible, pues proteger el futuro ha sido uno de los retos que el país ha respondido durante décadas –por lo menos en los primeros años de tu vida–, cuando eres mayor de edad pierdes este beneficio porque, en teoría, ya cuentas con la madurez suficiente para conseguir un trabajo o incluso casarte si así lo deseas. Este punto más que generar una válvula de escape, procura que tengas muy buena calidad de vida.
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Retiro económico
El matrimonio sirve para reforzar muchas cosas y entre ellas, el dinero. Casarse implica una responsabilidad superior al trabajo en equipo, por eso cuando la vida laboral termine les espera una cómoda remuneración de todo lo que acumularon desde que se unieron; es una completa vida segura no sólo para ti, sino para los hijos que tendrán o adoptarán. Todo para que al final disfrutes cada momento que quizá no pudiste tener cuando estabas todo el tiempo metido en proyectos o en oficinas.
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Bienes materiales
Bien dice aquella frase cliché: “lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”. En estos tiempos ese dicho se ha convertido en una pesadilla para las parejas que terminan distanciándose, pero si es el amor de tu vida no importará cuantos bienes compartan, al final todo es de los dos. Establecer patrimonios puede ser un reto personal para después heredarlos a las personas que más aprecian y garantizar que tengan un futuro más enriquecedor.
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Casarse es una condición a la que muchas personas huyen, algunos hasta tienen terror y otras simplemente les hace falta un empujón para dar ese gran paso que desde hace años quieren atreverse a pasar; sin embargo, hay comunidades –como la LGBTTTI– que aún no pueden decidir a plenitud con referencia al matrimonio. Quizá no es específicamente por huir del amor de su vida, sino porque hay instancias, trabas eclesiásticas o sectores extremos que no los dejan idealizar todos aquellos proyectos y sueños. Por eso, es importante que cualquier individuo pueda acceder a estos derechos que implican un crecimiento en el futuro y calidad de vida óptima para un país que pretende alcanzar la vanguardia.