“La respuesta está en el amor, pero mientras esperas la respuesta, el sexo detona algunas buenas preguntas” .
Woody Allen
El sexo es un tema que a todos nos interesa pero que pocos hablan de manera despreocupada. Hemos sido educados para evitar ese tema en las pláticas familiares o con amigos, ya que nos parece un tanto morboso hacerlo. No hay nada más errado que eso pues, al que igual que todos los aspectos de la vida, son fuente de conocimiento y debate que engrandece a las personas en diferentes sentidos.
La libertad es, según la RAE: la”facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. Dicho término engloba todo tipo de acciones y maneras de pensar, dentro de las cuales existen la libertad de ejercer y vivir nuestra sexualidad como decidamos. Sin embargo, en pleno 2016, para algunos el sexo es objeto de censura, mientras que otros no tienen tabúes, lo que genera una discusión –un tanto negativa– y una brecha enorme entre ambas posturas. Mucho se dice en torno a las prácticas sexuales, y hay muchos prejuicios que siguen presentes en el inconsciente colectivo que han sobrevivido a generaciones. A continuación te presentamos algunos a los que es momento de dejar ir:
La virginidad
Muchas personas siguen teniendo una suerte de culto a la virginidad, estado de toda mujer decente, respetuosa y respetable; no hay nada más sagrado que una fémina pueda ofrecer; por el contrario, si un hombre se mantiene virgen después de su despertar sexual biológico, es etiquetado con diversos calificativos negativos. Tanto para hombres como para mujeres, tener relaciones sexuales por primera vez no debe significar una obligación, tanto como no tener. El sexo no es un regalo, una ofrenda o un castigo, es un acto que se comparte con quien desees y cuando lo desees. Si bien es todo un ritual, resulta ser algo sumamente íntimo y digno de respeto.
El placer es un pecado
Sentir placer no es un pecado, a pesar de ser un término que lleva un estigma social. Si bien esta sensación no sólo resulta de actos sexuales, es parte fundamental de la sexualidad. Es tanta la carga negativa que se le ha adjudicado a la satisfacción física que se ha condenado de muchas maneras, incluso en el lenguaje y en el uso despectivo y moralista de la palabra placer. En algunas culturas éste se relaciona con la culpabilidad, cuando es algo totalmente natural; no hay nada de malo en él, ni razón para sentir vergüenza.
El sexo es malo… fuera del matrimonio
Aquellos que crecimos dentro del catolicismo lo tenemos claro: el sexo fuera o antes del matrimonio está condenado (punto ligado estrechamente con la virginidad), y no se trata sólo de tenerlas previamente, sino de que sea con diferentes personas antes de decidir establecer ( o no) una relación con alguien en particular. Lo interesante es que en otras culturas y religiones el sexo es un tema básico y no hay censura, ya que la concepción del cuerpo y su naturaleza no está relacionada con la malicia, siendo la sexualidad un aspecto que traspasa el físico y toca el alma.
El amor sólo existe entre hombres y mujeres
Han pasado muchos años desde que la homosexualidad fue declarada una enfermedad mental por los médicos, teniendo como consecuencia el señalamiento y daños reales a la salud de muchas personas a las que querían “curar”; por fortuna, la organización y el movimiento social, seguido de estudios científicos reales, tiraron por la borda dicha teoría; sin embargo, en la actualidad aún hay muchos discursos de doble moral que quieren evitar que las personas que se relacionan con otras del mismo sexo tengan derechos y una calidad de vida digna.
La sexualidad y el amor tienen como base el respeto y la tolerancia entre parejas, pero también por parte de la sociedad. Dejemos de preocuparnos por las actividades que los otros llevan a cabo en su intimidad y pongamos atención al respeto social.
Tres son multitud
Si los actos sexuales o las relaciones sentimentales involucran a más de dos personas, quienes están enteradas y de acuerdo con el hecho, los demás debemos respetar. Tanto en México como en Latinoamérica es común ver que aún se aplaude cuando un hombre sale con distintas mujeres al mismo tiempo, pero por otro lado, existe una condena a las mujeres que hacen lo mismo, siendo señaladas con mayor ahínco. Esto está totalmente relacionado con la libertad de elección y, por supuesto, es un aspecto cultural. En algunos sitios es normal ver que las personas solteras tienen una vida sexual activa, no es necesario un noviazgo o matrimonio. Otro tema son los triángulos amorosos, el adulterio es condenado y señalado como una práctica inmoral que en realidad compete a cada persona y no es digno de debate público o señalamientos absurdos.
Disfrutar del Sexo Empodera. Fuera Prejuicios
La sexualidad no sólo tiene que ver con un acto físico, es mucho más profundo. Está relacionado con el conocimiento de tu cuerpo; tiene que ver con la interacción y las sensaciones. La sexualidad se comparte, pero lo más importante es que se vive con uno mismo. Un ejemplo es que está comprobado que usar ropa interior sexy influye en qué tan atractivos nos sentimos y en cómo nos perciben los demás. La ritualización del sexo es algo único y personal, creer que tienes que verte perfecta y poseer un cuerpo de revista digno de escenas extraídas de películas eróticas, es un error. Existe una clara distorsión entre lo” ideal” y lo“real”. Todas esas ideas, prejuicios y mitos te impiden disfrutar y conocerte a través del sexo. Se trata de descubrirte mas allá del sentido tradicional de la palabra.
La sexualidad constituye al ser; el sexo es vital en la construcción y constitución de uno mismo. No hay nada inmoral en disfrutar y conocerte, la censura sólo habla de un pensamiento lineal.
**
Deja los prejuicios a un lado y disfruta de las Fotografías de la juventud que sólo quiere vivir, amar y desnudarse.
