El año pasado, la noticia del divorcio entre Bill Gates y Melinda French impactó al mundo: quien fuera el hombre más rico del mundo y su entonces esposa eran vistos como un ejemplo de matrimonio estable y exitoso entre dos brillantes científicos, con una extensa fortuna y acciones filantrópicas a través de la Bill & Melinda Gates Foundation. Sin embargo, la realidad era mucho más compleja: su relación no estaba exenta de conflictos y decidieron separarse tras 27 años juntos.
Ese hecho revivió el término “divorcio gris”, que hace referencia a la separación entre parejas de edad avanzada. El término es tal por el color gris de las canas, pero también por las llamadas “bodas de plata”: aquellas parejas que llevan más de 25 años juntas y deciden que lo mejor es separarse.
No es un secreto que la tasa de divorcio ha aumentado en México como en todo el mundo. De acuerdo con cifras del Inegi, los divorcios aumentaron un 131% durante los últimos 10 años en nuestro país. Y no son solamente las parejas jóvenes las que deciden poner fin a sus matrimonios: en lugares como Estados Unidos, la tasa de personas mayores de 60 años que se divorcian aumentó al doble durante los últimos 20 años.
¿Por qué hay cada vez más divorcios grises?
Vivimos en una época muy distinta a la que vivieron nuestros antepasados en el siglo XIX y principios del XX, cuando el matrimonio era considerado una institución “sagrada” y de por vida. Sin embargo, con la incorporación de las mujeres al mercado laboral y la subsecuente independencia económica que hemos adquirido con el paso de los años, el matrimonio ya no es la única opción.
El divorcio, que antes era considerado un “fracaso”, es cada vez más aceptado socialmente y una parte de la vida de muchas parejas. Al mismo tiempo, que las separaciones entre personas de edad avanzada hayan aumentado considerablemente no quiere decir que cada vez existan más matrimonios “infelices”, sino que, para muchas personas, quedarse en un matrimonio poco satisfactorio no es la única alternativa.
Por otro lado, la esperanza de vida ha aumentado cada vez más. A pesar de la pandemia y de la incertidumbre económica y climática que vivimos las personas de la segunda década de este milenio, los seres humanos vivimos mucho más que antes. Hace pocas décadas era posible asegurar que un matrimonio era “para toda la vida”… si esta no duraba más de 40 o 50 años.
Si bien el aumento en los divorcios puede sonar a un síntoma de la “decadencia de la sociedad”, también es señal de que las personas vivimos vidas más largas y que las mujeres tenemos más opciones que quedarnos en una relación por razones económicas.