¿Proceso mental, estrategia del gobierno o dimensión digital desconocida? ¿Qué son en realidad todas las mentiras que creemos por culpa de Internet?
Cuando escuches a alguien decir que Internet es un mundo aparte, nunca dudes de sus palabras. Probablemente quien lo asegura sabe que ese oscuro sitio donde lo digital se funde con el mundo físico, creando sus propias leyes y realidades, es el que ahora nos domina y, de hecho, del que surgen la mayoría de los conflictos que tenemos con nosotros mismos.
Seguramente te has visto envuelto en un dilema después de uno de esos videos que “destruyen infancias”, mismos que aseguran revelar la verdad acerca de una caricatura o una serie que veías cuando eras pequeño. Estos muestran datos curiosos o develan aspectos de los personajes que animaron tus tardes después de la escuela; sin embargo, ¿en serio esclarecen la verdad o sólo te confunden más?
Por increíble que parezca, a pesar de que mucha gente asegura haber visto una versión alterna de su serie o película favorita, lo único cierto es que muchas de esas creencias son falsas. La única razón por la que todos nos convencemos con esas teorías se la debemos a un fenómeno conocido como ‘efecto Mandela’.
El término se originó en 2010 cuando una bloguera llamada Fiona Broome, junto con muchas personas a su alrededor, estaban casi seguros de que Nelson Mandela había muerto en prisión, incluso recordaban haber visto noticias al respecto, así como el funeral en su honor. No obstante, la mayoría de nosotros sabe que el mandatario sobrevivió a la cárcel y que su deceso ocurrió varios años después de su liberación.
Otro de los casos más sonados es el de “Berenstain Bears”, una caricatura popular entre los anglosajones. A pesar de que se trata de una de las series infantiles más famosas, muchas personas aseguran que el verdadero nombre del programa era “Berenstein Bears” lo que les ha llevado a crear discusiones imparables que incluso han devenido en la búsqueda de casetes antiguos donde aparezca esa “e”.
Seguramente has visto la famosa grabación de la Plaza de Tiananmén en la que un hombre le impide el paso a tres tanques de guerra que van en formación, como parte de una manifestación para exigir paz. Aunque la grabación en ningún momento muestra tal suceso, hay quienes aseguran que existe una “versión completa” donde los tanques pasan por encima del sujeto dejando un charco de sangre a su paso.
El hecho de que la mayoría de estas historias hayan nacido en la Internet, ha provocado que la gente piense que todo se trata de un oscuro truco del gobierno para lavar nuestra mentes. Lo cual ha generado confusión, desinformación y un sinfín de mitos alrededor de asuntos políticos, conflictos sociales y problemáticas generales, como el accidente con los tanques o el asesinato de John F. Kennedy.
A pesar del desconcierto, los científicos aseguran que el efecto Mandela se debe a un proceso que sigue nuestra mente para explicarse lo que no conoce o comprende. Al encontrar pequeños huecos en la memoria, nuestro cerebro intenta, a toda costa, llenarlos con sucesos que si bien no son del todo ciertos encajan perfectamente con imágenes registradas en nuestra mente anteriormente. Es así como se crean estas pequeñas mentiras que al propagarse en la red construyen una realidad alternativa a partir de lagunas mentales. Esta “estrategia” es parte de un mecanismo de defensa creado a través de nuestra imaginación.
¿Proceso mental, estrategia del gobierno o dimensión digital desconocida? Probablemente nunca lo sabremos, lo único cierto detrás del efecto Mandela es aquel dicho que nuestras madres nos repetían hasta el cansancio: “No creas todo lo que ves y escuchas”. Al hacerlo, caemos en el mismo error de la colectividad, convirtiendo a Internet en una base de datos incierta, subjetiva y peligrosamente falsa.
Fuentes
Magnet
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