Es curioso pensar en el amor como una fuerza irreal y poderosa que todo lo mueve y todo lo puede. Aunque no es descartable el hecho de que la emoción de amar es una experiencia mágica y que revoluciona el corazón,también hay que considerar el amor como un proceso que se construye.
El amor es indescriptible y es único, nadie lo vive ni lo siente de la misma forma, ahí la importancia de la idealización personal de cada romántico sumergido en el.
Sin embargo hay que admitir que este sentimiento acompañado de idea y esperanza, es solo algo que soñamos y decidimos cómo queremos que sea.
Para admitirlo primero hay que entender el gran impulso de decir: “Si te lo tengo que pedir ya no lo quiero” y adoptar un nuevo término como: “Si te lo tengo que pedir es porque en verdad lo quiero”.
Para construir un amor real y sano hay que entender la diferencia entre lo ideal y lo real.
Qué bonita la idea de que exista la persona a la que amamos, qué bonito que sea ella y sea única, que bonito el hecho implícito de que el sentimiento debe ser recíproco. Pero la reciprocidad no viene de la mano con lo que tú quieres que sea.
La reciprocidad se resume en un: yo te amo y tú a mi también y la diferencia radica en cómo te amo yo y cómo quiero que tú me ames a mi.
Las expectativas que depositamos en nuestras parejas, es decir, imaginar nuestra vida y nuestras relaciones de una forma determinada o deseada, no siempre nos hacen bien.
Experimentar la frustración es un dilema horrible en la parte más emocional de nuestras vidas, sin duda a nadie nos gusta lidiar con el hecho de que las cosas no son como las esperamos.
Sin embargo es importante plantearnos la realidad de un amor que se construye…
Admitir que nadie es perfecto ni sobrenatural, nos ayudará a no creer que nuestra pareja tiene superpoderes y lee nuestras necesidades como si fueran las suyas.
Si lo tienes que pedir para sentirte amado o amada, pídelo
Nadie es adivino ni busca cumplir las expectativas que tú deseas.
El amor por si solo no basta
El amor con una comunicación asertiva es el amor sano y conlleva de paciencia, confianza y expresión para que pueda llevarse acabo.
Una pareja saludable, feliz y satisfecha sabe de complicidad
La pasión puede hacernos felices pero sentirnos completos va más allá de un amor pasional.
“La perturbación emocional no es creada por las situaciones sino por las interpretaciones que le damos a esa situaciones”. – Albert Ellis
Una frase que nos hace entender cómo es solo responsabilidad nuestra que lo que consideramos ideal lo sea o no.