Hace unos cuantos años aún teníamos cierta fascinación por los romances presenciales, mismos que nos aceleraban el corazón, nos revolvían el estómago y confundían nuestro cerebro. Aquellos años en los que acercarnos al chico que nos gustaba parecía la hazaña más difícil del mundo, ahora son sólo un recuerdo. Esos días en los que la vida parecía ser color rosa terminaron con la llegada de apps para encontrar el amor.
Seamos sinceros, ¿cuántas veces hemos sabido de un caso de éxito entre dos que se hayan conocido por Internet a través de fotos con filtros, información falsa y decenas de likes? Por si queda alguna duda de que el amor en tiempos de la hipermedia no funciona, una investigación de GlobalWebIndex dice que 30 % de los usuarios de Tinder —la app de citas más utilizada— son casados, 12 % mantienen una relación seria, 54 % son solteros y 3 % son divorciados, separados o acaban de terminar un noviazgo; lo que indica que todo aquel que use una app similar es únicamente para encontrar diversión y nada serio.
Entonces, ¿por qué seguimos esperanzados en hallar un bonito romance entre cada match o like? Por el simple hecho de idealizar el amor a partir de la foto de un perfil para dejar de sentirnos solos. Aunque pueda sonar un tanto agridulce, es real; el anonimato en Internet brinda seguridad. Por ello es mucho más fácil saludar a la persona que nos gusta, likear sus fotos, comentar algo que posteó o incluso indagar en su vida privada sin la necesidad de preguntarle. No obstante, para que eso suceda sin ningún contratiempo, es necesario tener un perfil igualmente interesante; de lo contrario seguirás cometiendo los mismos errores al buscar pareja en redes sociales.
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Perfil en blanco
¿Para qué crear una cuenta si no contarás nada en ella? No se trata de que relates tu vida entera en las redes o de que postees cada movimiento. A nadie le interesa si sales a comer ramen, si estás en el cine viendo un chick flick o si sientes que no terminas el trabajo en la oficina. Sin embargo, poner tu nombre, edad y sexo ayuda a que otras personas sepan, al menos, a quién están agregando a su lista de contactos.
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Enaltecer sólo un atributo físico y exagerar hasta volverlo falso
¡Felicidades! Eres alto, tienes ojos verdes, la copa de tu bra es C… Cuando agotas el recurso que te hace más atractivo sólo estás aseverando que no tienes más virtudes. Cuenta tus hazañas académicas, tu facilidad para hacer amigos, lo mucho que te gusta sobrellevar las penas con humor, tus talentos y deja al último el físico. Si sólo hablas de lo perfecto que es tu cuerpo no dejarás que se fijen en todo lo demás.
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Faltas de ortografía, contracciones y errores de dedo
¿Has querido decirle a alguien que “lo kieres muxo xk es super cool. salu2”? Probablemente tengas dos problemas: uno de gramática y otro de tiempo, pues piensas que vives en 2006. Escribir de esa manera o agregar algún signo al final como asteriscos, puntos, guiones o hasta estrellas y corazones para darle personalidad a tus comentarios y post no es tan divertido como pareciera. Basta con escribir lo que quieres teniendo sentido común.
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Abusar de los emojis
Querer dar a entender una idea con sólo escribir emoticones resulta infantil. No está de más darle un toque gracioso a alguna frase con un emoji como una carita con gafas oscuras cuando terminas de comentar algo “épico”, o mandar una carita con un beso para desearle buenas noches a alguien, pero cuando quieres invitar a tu crush a una noche de rumba, no es tan gratificante enviar a una chica en vestido rojo seguido de un tarro de cerveza. Es mejor que digas las cosas como son y usar los emojis con moderación.
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Fotos en grupo
Según la psicología, poner una foto de perfil de un personaje ficticio como una caricatura o un videojuego, tu foto de pequeño o una en la que aparezcas con tu grupo de amigos, sólo indica que tienes baja autoestima y que no te sientes a gusto con tu aspecto físico. De igual manera, indica que tu vida social es escasa, al no salir con nadie nunca te emocionas de más cuando lo haces y no puedes dejar de ponerlo en cuanta red social se te ocurre. No es buena señal y sólo provocarás la burla de todo aquel que te mire.
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Selfies en el baño
Si ya es un tanto molesto ver selfies ante un espejo sucio, es mucho más incómodo ver el fondo del cuarto del baño con los azulejos empañados, las botellas de shampoo, el inodoro abierto y el bote de papeles sucios. No te expongas ni lo hagas con tu integridad. No tienes por qué soportar las burlas de los demás, pero también ten un poco de sentido común. Una selfie no se ve para nada bien con un fondo tan extraño detrás.
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Postear poemas o citas que no conoces
O frases de películas, fragmentos de canciones y demás que seguramente no conoces. No trates de ser lo que jamás te ha pasado por la mente por el simple hecho de querer encajar en un estereotipo o en una forma de vida. Si un poema no te gusta, si no has leído los clásicos o si no habías oído hablar de alguna película en específico, es mejor que empieces a ver, leer e informarte antes de citar erróneamente.
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Si basarás tu vida en las visitas que obtienes en una red social, evita cometer estos “crímenes”. No es divertido verlos en el time line todos los días, pero es mucho más molesto ser quien recibe quejas o burlas. Por ello, lo mejor es tratar de revertir los errores y transformarlos en algo positivo o dejar que todo fluya como debe ser, con el orden natural de la vida y con ello, crecer y entender que el comportamiento humano no tiene porqué depender de una red social ni de los comentarios en línea. Sé tú en la vida real y virtual, deja de lado la computadora y vive.