«Yo nunca lo he hecho».
«¡Ay no!, eso es para mujeres raras y promiscuas».
«Eso no hacen las señoritas».
¿Cuál es tu respuesta cuando te preguntan si te has masturbado alguna vez? Todas lo hemos negado porque —tristemente— continúa siendo un tema tabú. Pensamos que sólo los hombres tienen ese derecho, que sólo ellos pueden hacer bromas con sus amigos y que en nosotras “se ve mal”.
Pero esta práctica no sólo natural sino sana, eleva tu autoestima y te ayuda a conocer tu cuerpo. Debes saber que el primer paso para no cometer errores a la hora de masturbarte es dejar de censurarte por hacerlo. Después de eso, estas son algunas de las equivocaciones más comunes:
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6. No lavarte las manos
Seguramente no planeas con horas de anticipación que vas a hacerlo, generalmente, una cosa lleva a la otra y cuando menos te das cuenta, está sucediendo. La espontaneidad está bien pero, espera, quizás agarraste el tubo de las escaleras del metro o estuviste por horas revisando tu teléfono o estuviste comiendo unas ricas papitas con chile. ¿De verdad vas a usar tu mano con todo eso? Siempre, antes de comenzar, lávatelas. No vayas a crearte una infección.
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5. No usar lubricante
Puedes ingeniártelas con saliva o tus propios fluidos, pero si eres una persona a la que le cuesta trabajo lubricar, deberías usar uno artificial. Notarás que es mucho más fácil y además evitarás irritaciones. Sólo pon cuidado en elegir el correcto para tu pH.
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4. Hacerlo siempre en misma posición
Ya tienes tu manera de hacerlo y está bien, pero ¿y si experimentas de otro modo? No tiene que ser algo extremo si no quieres, pero sí probar algo distinto para descubrir nuevas sensaciones. Si, por ejemplo, todo el tiempo lo haces acostada boca arriba, ahora puedes hacerlo boca abajo; si estás acostumbrada a hacerlo en la ducha, es momento de hacerlo sentada en una silla.
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3. No usar preservativo
Aunque sea un juguete o un objeto improvisado debes usar un preservativo. Así vas a evitar infecciones, no correrás el riesgo de que algún fragmento de lo que ingreses se instale en tu vulva y también será más fácil que llegues a lubricar.
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2. Quedarte con lo básico
Igual que intentar nuevas posiciones para hacerlo, puedes experimentar con las maneras en que lo haces. Investiga técnicas —mejores que los ejercicios de Kegel— y busca la forma de hacer que tus orgasmos sean mucho más intensos y duraderos.
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1. Pensar que arderás en el infierno por hacerlo
Muchas chicas no se autoexploran porque no quieren hacerlo, así de simple. Eso es sumamente respetable y valioso en sí mismo. Sin embargo, hay otras que quieren pero no pueden. ¿Cuál es el obstáculo? El miedo.
No eres sucia, pecadora o “puta” por hacerlo. Así como los hombres —a quienes nadie les hace un escándalo cuando se habla de masturbación—, las mujeres también tienen el derecho de conocer sus cuerpos y proporcionarse placer. Así que tranquila, el único lugar donde arderás será en tus sábanas.
Masturbarte no es una obligación. Lo que decidas hacer —o no hacer—con tu cuerpo es una decisión propia. Sin embargo, la ciencia ha comprobado que tiene grandes beneficios no sólo para la salud sino para tu autoestima: te hace conocerte mejor, saber qué es lo que te agrada y sobre todo, amar tu cuerpo y gozar del placer que te proporciona.
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Fotografías:
Eylül Aslan
Another Filthy Magazine