Un verdadero amor lleva los sentimientos al extremo: cuando está en la cumbre todo aparenta ser perfecto, pero cuando se pierde todo se nubla y somos capaces de hacer cualquier cosa con el fin de recuperar lo que se ha perdido. Este deseo nos puede llevar a realizar decisiones que jamás tomaríamos en un estado normal, pero al estar lastimado cualquier medio parece correcto para dejar de sufrir.
La desesperación es llevada al extremo cuando la persona que sufre es un líder que tiene a su mando toda una nación. En el siglo VI a.C., Ciro el Grande se hizo famoso por sus numerosos triunfos militares que llevaron su dominio por gran parte de Mesopotamia; pero todo cambió cuando vio a Tomiris. Ella era la reina de los masagetas y tenía una belleza inigualable, las conquistas de Ciro lo habían acostumbrado a tomar todo lo que deseaba, por lo que quiso casarse con ella. Inmediatamente Tomiris rechazó la oferta y el rey persa decidió invadir su país al no soportar el rechazo. La guerra fue larga y sangrienta, pero llegó al final y la reina resultó triunfadora. Ordenó cortarle la cabeza al cuerpo sin vida de Ciro.
Pase lo que pase, nunca sufriremos del destino de Ciro el Grande, pero un corazón roto puede llevarnos a hacer acciones que nos hagan envidiar el destino del rey persa. Por esta razón siempre tenemos que ser conscientes de nuestras acciones, aunque estemos en un momento en el cual los sentimientos nublen nuestro raciocinio.
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Creer que hay una oportunidad
En toda ruptura amorosa siempre habrá una persona que sufrirá mucho más que la otra. Cuando te encuentras en esta situación una de las formas en que enfrentas a esta realidad es engañándote sobre lo que puede pasar en un futuro. Cuando llega un mensaje o recibes una llamada inmediatamente crees que esa persona se acaba de arrepentir y te contacta para regresar, frecuentas los lugares en los que podría estar para tener una última plática que arregle todos los problemas o incluso rechazas cualquier otra oportunidad porque dentro de ti sabes que todavía hay una posibilidad de que las cosas cambien.
Todas estas actitudes solamente provocarán que tengas una obsesión hacia la otra persona. Ten en cuenta que si la relación finalizó fue por algo y las cosas ya no podrán volver a ser las mismas; tomar consciencia de esto no es sencillo, pero con el tiempo te darás cuenta de que todo fue para mejor y que una ruptura te puede abrir las puertas a una relación mucho mejor.
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Culparte
Llevas un largo tiempo en una relación que en un principio parecía perfecta, lentamente los días comienzan a separarlos hasta que las diferencias son inevitables y deciden acabar su unión. Lo más natural al experimentar una separación así es pensar en todo lo que salió mal. Al principio reflexionar sobre los problemas es una buena forma de crecer y aprender sobre los fracasos. No obstante, esta acción puede hacer que pienses que el fin de la relación fue tu culpa: comienzas a considerar que pudiste hacer algo más en las discusiones y en los cambios que debiste hacer para salvar la relación. Todos estos pensamientos solamente provocarán que te obsesiones con la ruptura y te llevarán a una decepción más intensa. Recuerda que no todas las relaciones están destinadas a durar y que no todo lo que sucede en el mundo es tu culpa.
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Evitar al mundo exterior
Naturalmente sentirás que ya nada vale la pena y comienzas a odiar todas las cosas que antes amabas porque te recuerdan los días en que tu relación parecía perfecta. Ante esta situación lo más sencillo es acostarse en la cama y esperar a que el dolor que nos aqueja pase.
La mejor forma de superar esta etapa es crear nuevas experiencias, si sólo te aíslas simplemente vas a tener que enfrentarte a tus recuerdos y con ese pasado que tanto duele. Pero si comienzas a retomar tus actividades normales, o creas nuevos pasatiempos, empezarás a crear nuevas vivencias que te alejarán de la relación que acaba de finalizar.
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Buscar a otra persona para olvidar
La cara opuesta a aislarse tampoco es muy recomendable, buscar a una persona que te ayude a olvidar una relación perdida puede presentar una serie de problemas. En primer lugar, estarás huyendo de tus sentimientos y estos regresarán en el momento que menos lo esperes si no les das una conclusión adecuada. En segunda instancia, una nueva relación no dejará que reflexiones sobre las cosas que estás buscando de la otra persona, lo que te puede llevar a cometer más errores. Por último, tomar una decisión así te puede llevar a cometer acciones de las que te puedes arrepentir.
Siempre es bueno salir y conocer a otras personas, pero también debes tomar un tiempo que te obligue la reconsiderar las cosas que buscas en otros seres.
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Idealizar el pasado
Hay una serie de estudios que indican que la nostalgia es un mecanismo de defensa que produce nuestro cerebro cuando se encuentra ante una realidad que le parece incómoda. Sin embargo, abusar de esto puede hacer que entres en una grave depresión. Aunque no lo parezca en un principio, ninguna persona ni relación es perfecta. En muchas ocasiones, cuando una relación finaliza, idealizas a tu antigua pareja o a los momentos más especiales de la relación. Esta acción solamente hará que tu recuperación sea más dolorosa y no te dejará ver las cosas como realmente fueron.
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Mantener el contacto
El fin de una relación no siempre es digno de una tragedia griega, en muchos casos simplemente el amor se acaba y ambas partes acuerdan tomar rumbos distintos. En estos casos es natural que exista contacto entre los dos, en muchos casos puede resultar en amistades largas, pero a veces puede provocar malentendidos y un mayor sufrimiento.
Lo mejor al terminar una relación es dejar de ver a la otra persona por un largo tiempo, de esta manera la separación será verdadera y tendrás tiempo de recuperarte. Esto no significa que en un futuro no puedan tener una amistad, pero lo mejor es mantener distancia cuando se acaban de separar.
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Acosar a la persona que te dejó
Piensa que jamás podrás volver a estar con ella: ¿De qué te sirve espiar todas sus redes sociales? Lo único que esto provoca es sufrimiento y paranoia innecesaria. Esto también aplica al mundo real: no te la encuentres “accidentalmente” ni vayas a su lugar de trabajo o a su casa; lo único que lograrás con estas acciones es quedar en ridículo y presentarte como un acosador, simplemente no lo hagas.
Durante una ruptura es muy sencillo caer en una depresión que nos obligue a pedir ayuda. Al evitar estos errores saldrás más rápido de la tristeza que significa el fin una relación y podrás seguir con tu vida de una manera más sencilla.
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