Cruzarse con alguien en el camino puede convertirse en una historia peligrosa llena de riesgos, sentimientos encontrados y muchas satisfacciones. No tenemos ni la menor idea de lo que el destino tiene preparado para nosotras en sus planes, un día nos presenta con una persona que nos vuelve locas, al otro con alguien que nos fastidia, por momentos nos ha tocado que nos rompan el corazón y también hemos herido los sentimientos de otros.
Las relaciones son únicas siempre hay que dar un extra, su sabor puede pasar de lo dulce a lo amargo en un instante. Provocan una severa adicción y, con resignación, después tenemos que aprender a superarlas, sin embargo, a pesar de lo gris que pueda ser el panorama, la realidad es que todas son aventuras que tenemos que disfrutar porque son parte de la vida y es mejor sentir al cien una relación que no haber tenido la oportunidad de disfrutarla.
La vida no sería lo mismo sin la atracción, el deseo o el descontrol, aunados a la mente y un poco de control. No sería igual sin todos aquéllos que se han quedado en el camino pero que han dejado en ti recuerdos que te llevarás a la tumba con una sonrisa dibujada. Tal vez lo mejor sea no tomarse las cosas tan en serio, mantener un equlibrio. Hay muchas cosas por vivir, así que, ¿cuántas experiencias de este listado puedes tachar?
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Intentar algo con alguien más grande que tú
De repente uno va por la vida pensando en nada y un ente superior -de edad- llega inesperadamente. Diez años pueden no ser tantos en comparación con todas las cosas que esa persona puede compartir contigo debido a su experiencia. Si nunca has querido intentar algo con alguien mayor que tú, espera tu turno, llegará.
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Atracción por alguien de tu mismo sexo
En el pasado quedaron los tiempos donde las personas se sobresaltaban cuando alguien confesaba sentir atracción por una persona de su mismo sexo. Puede ser confuso, pero no cabe duda que debes experimentarlo. Todos fluctuamos en la bisexualidad, no existen las personas 100 % heterosexuales. Somos únicos y tenemos derecho a sentir lo que sea.
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Viajar con esa persona a una playa virgen
Evidentemente viajar con esa persona que te trae por las nubes es un must que debes tachar en tu lista. El destino es lo de menos, playa, desierto, bosque. Lo importante es que ese tiempo a solas se conozcan y lo disfruten como si se tratara de su luna de miel.
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Un amor intenso a larga distancia
Si no te has enamorado de una persona que está destinada a estar lejos de ti por cuestiones de lo que sea, tal vez lo mejor sea que continúes así. Es uno de los tipos de amor más intensos, bellos y frustrantes que puedes sentir. Se quieren, se aman, pero simplemente no puede ser.
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Celos desenfrenados
Quien diga que no es una persona celosa es porque nunca ha estado perdidamente enamorado y posesionado de alguien. Los celos son un sentimiento único pero necesitan un control. En ocasiones el amor enferma y, cuando eso sucede, lo mejor es sacar todos esos sentimiento que traes dentro y alejarte de la persona que te está trastornando de esa manera por más que sientas que no puedes vivir sin él.
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La pasión constante
La mejor etapa del amor es aquélla que no te permite alejarte ni por un minuto de esa persona. Todo el tiempo quieren estar juntos, besándose, sintiéndose y demostrando en la cama la intensidad de sus sentimientos. Conectados en mente y cuerpo.
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Vivir con él y dejarse
Antes de los 30 es probable que encuentres a una persona que te haga sentir muy bien. La independencia comienza a adquirir forma a los veintitantos y pronto llega la sensación de no querer alejarse más por las noches después de salir juntos. Si se quieren, tal vez decidan vivir juntos y se conocerán aún más, pero llegará el momento de continuar con su camino, aún son muy jóvenes y deben conocer a más personas.
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El sabor único de sus labios
Algo que nunca olvidarás si en verdad quisiste a esa persona es el sabor único de sus labios, su color, la forma tan perfecta de acoplarse con los tuyos y esa carnosidad que te incitaba a morderlos.
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