DIY es la abreviatura de “Do It Yourself”, que en castellano se traduce como “Hazlo tú mismo” (HTM), “Hágalo usted mismo” (HUM) o “Hacelo vos mismo” (HVM). Como sea que lo digas o lo abrevies, esta filosofía consiste en fabricar o reparar cosas por cuenta propia, con lo que se aprenden gajes de un oficio y se ahorra dinero. En un sentido amplio, DIY es una forma de autoproducción sin esperar la disposición de alguien más para cumplir objetivos que, en teoría, dependen de ti: hacer un disco, publicar un libro u organizar un evento, por ejemplo. La ética DIY es esencialmente anticapitalista, pues rechaza la idea de tener que comprarles a otros las cosas que deseas o necesitas.
Pero más allá de tu posición ambiental y d consumo, y sin tomar en cuenta que históricamente los gatos más bien han sido vinculados con el lujo y los caprichos de la realeza, hay formas de consentirlos como reyes en casa, sin gastar mucho y haciendo uso de tu creatividad e inventiva. Si un felino se pasea sigilosamente por tu casa y quieres consentirlo según la filosofía DIY, a continuación te explicamos cómo.
Hazle un cama o almohada para descansar
Los gatos, al ser tan independientes, se sienten como los dueños de los confines de la casa o el depa, por lo que suelen dormir en espacios diferentes de la casa, según sea su ánimo. Pero si prefieres asignarle un lugar exclusivo y especial que le resulte cómodo, una cama o almohada es una buena opción. Sólo necesitas un suéter o una camisa que ya no uses y algodón, retazos de tela o cualquier otro material acolchado que sirva de relleno.
1. Cose el espacio que hay entre las mangas y el cuello para que se forme una línea a la altura de las axilas.
2. Rellena los espacios y sella los agujeros antes unir los extremos de las mangas para formar un borde.
Hazle un rascador
Sobre todo cuando son pequeños, los gatos suelen poner a prueba sus destrezas como máximos cazadores. Perseguir, saltar, atrapar y acechar son juegos instintivos de su naturaleza felina. Para evitar que dañen esa carísima silla de madera, los muebles por los que sufre tu mamá o las cortinas de tu casa, tienes que darle algo para que se entretenga, como un rascador. Sólo necesitas una tabla de madera del tamaño que te convenga, cuerda trenzada y silicona caliente u otro pegamento resistente, preferiblemente que no sea tóxico.
1. Aplica una generosa capa de silicona o de pegamento en la tabla (si quieres hacer algo más elaborado, puedes cubrir la madera con una tela).
2. Enrolla progresivamente la cuerda sobre la tabla engomada hasta cubrir la mayoría de la superficie.
3. Ubica el rascador en el lugar que prefieras y deja que tu mascota lo descubra para regodearse sacando sus garras.
Hazle un caja de juego
Sólo necesitas una caja de cartón que no sea muy alta (si consigues una de las grandes, pudes cortarla razonablemente al alcance de tu mascota), un bisturí, exacto o cúter, pinturas (opcional) y una pelotita (puede ser de ping pong) o un jueguete que suene y ruede.
1. Pinta la caja del color que prefieras.
2. Una vez seca, dibuja varios círculos sobre toda la superficie formando un patrón o aleatoriamente.
3. Haz hoyos al recortar los círculos.
4. Mete la pelotita o el juguete en la caja para que ruede por debajo de la tapa cada vez que tu gato lance un zarpazo intentando alcanzarla. Verás cómo se entretiente por horas.
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