‘La maternidad será planeada o no será’ pero ¿y si soy madre sustituta y los padres se arrepienten poco antes de dar a luz? qué locura…
Cathleen MacKenzie es una chica canadiense que trabaja como madre sustituta; es decir, que presta su vientre para la gestación de los bebés de aquellas parejas que no pueden concebir. Está en una agencia de mujeres que apoyan rentando su útero.
Ahora tiene 30 años y vive felizmente con su esposo y cinco hijos. Desde los 17 años fue madre sustituta y ha tenido ya 9 embarazos. Cuenta que siempre se había sentido atraída por verse embarazada y le gustaba pasar por todo el proceso, es una experiencia que la llena de felicidad y alegría. Le encanta su trabajo.
Al principio su esposo no entendía la dinámica y por qué le emocionaba tanto pero poco a poco se fue adaptando y acostumbrando a ver a su mujer embarazada de bebés que no eran suyos.
Hay muchos gastos que necesita una mujer que está gestando a un bebé y ciertamente me causaba mucha intriga saber qué sucede con ellos, pues resulta que Canadá las protege y les paga todo los gastos que requieran durante el proceso. Cathleen estaba convencida de que quería hacerlo para ayudar a los demás.
En 2010 conoció a Alice y James, una pareja británica que hizo contacto con ella a través de internet. Habían intentado por años tener un bebé pero no lo consiguieron así que decidieron recurrir a los servicios de Cathleen. Aceptó gustosa aunque había un problema, en ese momento tenía 21 años, aún no era mayor de edad en su país así que no podía hacerlo. Encontraron una solución: que quedara embarazada con sus propios óvulos y los espermatozoides de James.
Cerraron el trato y la pareja se comprometió a pagar mensualmente todos los gastos.
Empezó el embarazo, todos estaban muy conformes con la decisión. A las ocho semanas de gestación en su cita médica se enteró que estaba embarazada de gemelos. Le preguntó a Alice y James si estaban de acuerdo y ellos accedieron.
Todo iba bien hasta que a la semana 12 Cathleen no recibió el pago mensual. Empezó a sospechar que algo estaba pasando y los intentó contactar. Ocho semanas después Alice eliminó cualquier contacto con Cathleen.
Evidentemente estaba muy asustada, ¿qué pasaría con los bebés que tenía en el vientre? Recibió una llamada de James diciéndole que se había separado de Alice pero que aún querían a los bebés. Fue un respiro para ella porque tenía semanas con muchísima ansiedad y sin poder dormir.
Siguió el embarazo hasta que en la semana 27 recibió una llamada de James para decirle que ya no estaban interesados en los bebés. Fue un impacto súper fuerte para Cathleen y su esposo. Por supuesto que se enojaron por la irresponsabilidad de la pareja pero ya no podían hacer nada, el embarazo estaba muy avanzado. Después de pensar y pensar las posibilidades, no les quedó de otra más que quedarse con los gemelos.
Era un momento difícil, vivían en un departamento de dos habitaciones con sus dos hijos.
Un amigo cercano les comentó que sabía de una pareja que deseaba adoptar. Cathleen decidió pensarlo mejor luego del trago amargo. Conoció a Sophie y Vincent, ganaron su confianza rápidamente e hicieron todo el proceso legal. Los gemelos nacieron en la semana 33 y la nueva mamá, Sophie, siempre acompañó a Cathleen.
Todo marchó bien, los bebés tienen una amorosa familia y Cathleen siguió alquilando su vientre con mayores precauciones. Tuvo dos hijos más con su esposo y una niña con su segunda pareja.
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