Los que abandonan la tradición de la verdad no escapan hacia
algo llamado libertad. Sólo escapan hacia otra cosa
que llamamos moda.
Gilbert Keith Chesterton
Con el tiempo, la rutina y las nuevas tecnologías, la sociedad ha adquirido nuevos y diversos hábitos, muchos de estos tienen que ver con la búsqueda de un estilo de vida más confortable, más moderno y civilizado. Naturalmente, la búsqueda de nuevas experiencia en sí misma es buena, sin embargo, existen costumbres que se han perdido, pues el tiempo es vertiginoso, y la adaptabilidad a los cambios y las cosas novedosas que el hombre va creando es inmediata.
Así que deténte un poco, vale la pena reflexionar sobre cuáles costumbres deberíamos conservar y hacer todo lo posible por no perderlas dentro de la burbuja que supone la inmediatez y las modernización.
1. Leer libros
Nada como sentarse acompañado de una taza de café para leer en una tarde lluviosa; ir en autobús o esperar en un parque con la compañía de un buen libro. Los libros, a la vez de proporcionarnos entretenimiento para mantener nuestra mete despejada de la cotidianidad, también nos transmiten conocimiento, nuevas maneras de ver la vida y desde otra perspectiva. A través de ellos se puede conocer sobre otras culturas, nuevos mundos, realidades posibles, historias para identificarse. Tener un libro en las manos te da la posibilidad de sentir sus páginas, de palparlas, de pensar en el proceso que hubo detrás, en la vida del autor, en los editores, en toda esa travesía para que llegara a ti. Además, no hay mejor regalo que un libro con dedicatoria, nunca sabremos lo valioso que sea para la otra persona, los diferentes pares de manos a los que llegará o cuántas personas podrán vivir a través de él.
2. Escribir y enviar cartas
En la actualidad, debido a la velocidad y las herramientas tecnológicas, pocas son las personas que aún escriben cartas, pues es más sencillo abrir un chat o mail para escribir un mensaje. Hemos olvidado cómo nos comunicábamos, ya que no sabemos qué hacer cuando falla WhatsApp o no leen nuestro inbox. Escribir una carta supone invertir tiempo —que algunos les parece complicado— en redactarla, luego acudir al correo postal y enviarla, además de que cuesta. Sin embargo, es un detalle que refleja la forma en la que deseamos crear un vínculo con el otro, la posibilidad palpable, decirle que le importas: nada como tocar con el índice las cicatrices que deja la punta del bolígrafo sobre el papel, que alguien haya pensado en ti y grabarlo permanentemente en una hoja o imaginar la voz del remitente mientras la lees. Incluso, el nerviosismo que provoca el acto de responder, que esa persona entrañable adquiera la posibilidad de sentir lo mismo que tú. Lo mejor es que podemos coleccionarlas y así hacer que permanezcan para siempre.
3. Álbumes de fotos
Una de las cosas más divertidas, románticas, enternecedoras y valiosas es abrir el álbum familiar y ver las fotografías de tus padres cuando era jóvenes, de tus hermanos o tuyas de pequeños, de cómo se veía la antigua casa en la que vivían, de los viajes que realizaron, de los cumpleaños y fiestas de navidad o año nuevo que festejaron. La oportunidad de revivir momentos únicos a través de una fotografía. Claro que ahora es más fácil y rápido poder capturar los instantes: tenemos smartphones, tabletas, cámaras digitales de tamaños muy prácticos… aunque es más común que con la misma facilidad con la que las tomamos también las perdamos, pues lo digital es efímero. Gracias a la nostalgia de décadas anteriores, podemos conseguir cámaras instantáneas para crear nuestro propio álbum y no olvidar que lo mejor siempre se palpa.
4. Escuchar música en vivo
La música digitalizada que oímos jamás se podrá comparar con asistir a conciertos en los que seamos capaces de escuchar canciones y sentirlas a través de todos los sentidos. Pero es cierto que si no fuera por Internet, quizá nunca hayamos tenido la posibilidad de conocer la música que se escucha en países lejanos. Nunca desaproveches la oportunidad de asistir a festivales de música, ir a la ópera, oír la sinfónica o si alguno de tus amigos sabe tocar un instrumento, qué mejor que disfrutarlo.
5. Llamar por teléfono
Últimamente es fácil estar en contacto con amigos y familia a través de las redes sociales, cada vez tenemos mayor comodidad para enviar un mensaje al hacer de las aplicaciones que nos brindan nuestros teléfonos, lo que ocasiona que surjan malentendidos o discusiones. Por ello siempre es mejor que hablemos con el otro a través de una breve, o larga, llamada para sentir que está ahí, que pueden sincerarse y oírse.
6. Regalar flores
Otro de los detalles que no debería perderse jamás. Las flores son algo frágil, algo bello en sí mismo y entregarlas a alguien es más valioso que los regalos materiales. Las flores representan la ternura, la admiración, cariño y agradecimiento. Las flores nos enseñan la realidad de las relaciones (de pareja, de amigos o de familia): que deben cuidarse, admirarse y valorarse como a las flores, ya que son seres vivos al igual que nosotros. No somos eternos, hay que saber disfrutarnos mientras estamos vivos.
Una sociedad se conforma por su cultura, aquellas costumbres y estilos de vida que han adoptado desde sus inicios y que se han transformando con el tiempo. Es fundamental que algunas veces nos detengamos a mirar el pasado, para comprender cómo llegamos hasta aquí y reflexionar si es posible seguir por el mismo camino. También es bastante válido adquirir costumbres nuevas y cambiar otras, pero vale la pena cuidar y conservar muchas de las tradiciones que nos dicen quiénes somos.
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Esta serie de hábitos te harán sentir más sano por dentro y por fuera, lee más aquí. Además, los siguientes consejos te guiarán para que no te conviertas en aquello que no deseas.