Las enfermedades infecciosas son las que se propagan de persona a persona y son causadas por patógenos como bacterias, hongos o virus. Tienes que poner atención en tus hábitos porque, por muy simples que parezcan, estos son una de las principales formas de ocasionar infecciones.
Claro que comer saludable y dormir bien es una gran ayuda para que tu cuerpo esté al cien, cuando tu sistema inmune está saludable puedes combatir muchos patógenos y justo así evitar las enfermedades infecciosas.
En este ritmo de vida tan ajetreado es normal que a veces el exceso de compromisos nos distraigan de dedicarle el tiempo necesario a un ritmo de vida realmente sano; sin embargo, estamos en el punto perfecto de tomar conciencia sobre este asunto para dejar de perjudicar nuestra salud.
Para tener aún más limitada la exposición a los patógenos, es importante que le prestes mayor atención a la forma como te comportas y las tareas que realizas día a día para cuidar a tu organismo. A medida que empieces a conocer los tantísimos riesgos a los cuales estás expuesto en la rutina diaria y busques la forma de contrarrestar esta situación, podrás prevenir muchas infecciones que se presentan que no son sanas y no nos damos cuenta.
Echa un ojo a estos hábitos que pueden ocasionar infecciones y procura eliminarlos de tu rutina diaria para que al fin le permitas a tu cuerpo estar saludable:
1- Limpiar con la ayuda de una esponja
Este es un hábito tan común, que lo más probable es que no creas que es uno de los principales focos que ocasiona infecciones. La cocina es el lugar que produce y esconde más microbios, por más que te esfuerces en mantenerla limpia siempre habrá partículas que provocan algún tipo de riesgo, pero todavía es peor cuando tratas de limpiar todas las áreas de este lugar con una esponja. Así es, este famoso utensilio de limpieza es el que más contaminación puede producir, ya que allí se almacenan una gran cantidad de bacterias que se irán regando por todos los lugares en los que la pases.
Recomendación: No limpies las mesas o muebles de tu cocina con la misma esponja con la que lavas trastes u otros utensilios, es mejor que uses toallitas desechables para que las bacterias que se queden atrapadas se vayan derechito a la basura.
2- No cambiar frecuentemente las almohadas y colchones
Vaya que esto es un problema, sobre todo para las personas alérgicas. El uso prolongado de las mismas almohadas y hasta el colchón es un foco latente de infecciones, en estos se acumulan hongos, ácaros de polvo, células muertas que se desprenden del cuerpo cuando estas dormido y muchas otras partículas que con el paso de los años se convierten en algo realmente asqueroso y evidentemente perjudican tu salud en general.
Recomendación: Cambia periódicamente estos elementos de cama que son indispensables para un buen descanso y sobre todo un descanso higiénico. Otra opción es cambiar las sábanas al menos cada tres días y lavarlas con agua caliente, además puedes usar protectores fabricados con telas impermeables tanto para almohadas como para colchones.
3- Usar aspiradoras con frecuencia
Este pareciera ser un hábito para mantener tu casa “limpia” y sin bacterias pero ¡grave error! Usar aspiradoras no es la mejor manera de limpiar, por el contrario, el uso de este artefacto puede provocar graves afecciones en nuestra salud. Cuando aspiras la suciedad el polvo no es eliminado, en realidad se queda en el aire aumentando el riesgo de que las personas que se encuentran cerca lo inhalen.
Recomendación: Para minimizar estos inconvenientes para la salud, lo más mejor es elegir un artefacto de mucha calidad y usarlo con la menor frecuencia posible.
4- Armar una carne asada cada fin de semana
Cuando asas carne, ésta suelta grasa que al tener contacto con el fuego que genera el carbón provoca humo, el cual es malísimo para tu salud y puede provocar graves daños al sistema respiratorio. Incluso algunos médicos sugieren que puede ser altamente cancerígeno.
Recomendación: Una alternativa es envolver la carne en papel aluminio para que la grasita se quede dentro y ayude a cocinar la carne sin generar tanto humo.
5- Dejar el cepillo de dientes en el baño
¿Estás preparado para un aterrador dato? Resulta que las bacterias del inodoro sí pueden saltar a tu cepillo de dientes y por lo tanto terminar en tu boca. La doctora Maria Gesinger, profesora de periodoncia de la Escuela de Odontología de la Universidad de Alabama, afirma que “las bacterias entéricas, que en su mayoría ocurren en los intestinos, pueden pasar a los cepillos y terminar en la boca”. Incluso asegura que la mayoría de los cepillos que se guardan en los baños están expuestos a microrganismos intestinales.
Recomendación: Existen protectores especiales para los cepillos de dientes que se pueden poner después de usarlos, lavarlos y secarlos muy bien. De esta forma evitarás la directa exposición a las bacterias que abundan en tu baño.
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