Howard Schultz es el presidente actual de la gran compañía de café Starbucks, por lo tanto, uno de los hombres más exitosos y millonarios del planeta. Hoy posee una fortuna de 2.5 billones de dólares cuando, hace unos años, tuvo que vender su sangre para conseguir dinero.
De pequeño vivía en Nueva York con sus padres y hermanos en un edificio propiedad del gobierno para personas que no podían pagar ningún alquiler. Cuando creció se dio cuenta de que a través del deporte podría conseguir una oportunidad para escapar de la pobreza, comenzó a practicar fútbol y así consiguió una beca convirtiéndose en la primera persona de su familia en ir a la universidad. Desafortunadamente, se dio cuenta de que no era alguien con todas las aptitudes para convertirse en un deportista de alto rendimiento y su beca le fue retirada. Sin otra salida pidió préstamos, trabajó como camarero durante años y recurrió incluso a vender su sangre para terminar sus estudios.
Así es como llegó a Starbucks, primero trabajó en los puestos más bajos de la cadena hasta ascender a su posición actual y convertirse en un ejemplo de éxito. ¿Cómo lo consiguió?
Lo que cualquiera hace: planear una serie de acciones para llegar a sus objetivos futuros.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: actuar para llegar a sus objetivos presentes.
Lo que cualquiera hace: esforzarse para tener una tarjeta de crédito y poder comprar “cualquier cosa” a través de un plan de pagos con intereses.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: esforzarse para ahorrar y poder invertir ese dinero en cualquier cosa sin endeudarse.
Lo que cualquiera hace: culpar a los demás de ser pobre, desempleado, soltero o cualquier otra cosa que no quiere ser.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: aceptar que ser o estar así es únicamente su responsabilidad.
Lo que cualquiera hace: celebra cualquier éxito de manera exagerada y alardea sobre él.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: pone extrema atención en las lecciones que cada fracaso le deja.
Lo que cualquiera hace: compararse con alguien más exitoso para proponerse ser mejor o tener más que esa persona.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: nunca se compara con nadie, sólo admira o trata de aprender de quienes lo rodean.
Lo que cualquiera hace: actuar con timidez mental; es decir, no confiar en sus propios actos para alcanzar el éxito.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: desarrollar la seguridad necesaria, a partir de su preparación personal y profesional, para nunca actuar con timidez.
Lo que cualquiera hace: actuar y decidir para ser recordado como alguien “exitoso”.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: actuar y decidir para ser feliz sin afectar a otros.
Lo que cualquier hace: pensar que sus fracasos se deben a una “mala racha”.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: saber que los tiempos son buenos para quienes trabajan todos los días.
Lo que cualquiera hace: perder su tiempo al nunca atreverse a decir “no”.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: seleccionar bien los planes que llevará a cabo cada día para tomar el control de su tiempo y nunca desperdiciarlo.
Lo que cualquiera hace: desear, más que ninguna otra cosa, éxito profesional, económico o personal.
Lo que un hombre en busca del éxito haría: temerle, más que a nada, al fracaso.
Ser un hombre exitoso no es sinónimo de ser millonario, varonil, con pareja, guapo o con el mejor promedio; el éxito es algo distinto para cada quien y nadie puede ni debe cambiar tu concepción sobre él. De hecho, ser leal a lo que consideras que significa “ser exitoso” es uno de los hábitos que estos hombres tienen como prioridad.