De rasgos perfectos, semblante inquietante y mirada penetrante. Así es la Pascualita de Chihuahua, leyenda de México que como muchas otras se ha apoderado de versiones que van y vienen, pero que al final, mantienen su esencia para vibrar en la mente de las personas generación tras generación.
La diferencia de esta historia radica en que su personaje principal no es un fantasma que se rumora se siente, escucha o se ve tal y como sucede en la mayoría de leyendas donde no hay rastro tangible. Aquí, el personaje está presente y a la vista de todos en pleno centro histórico de Chihuahua.
La Pascualita es un maniquí que normalmente luce en las vitrinas de la tienda para novias más famosa de todo el estado por ser la de mayor historia: La Popular. Y aunque hay historias de terror de maniquíes en todos lados, ésta goza de una peculiaridad que la hace más terrorífica que ninguna otra al rumorarse que se trata de un cuerpo real embalsamado y cubierto de cera.
Ahora el misterio aumenta con su ausencia, pues de un día a otro desapareció de su ya emblemático lugar. Nadie sabe qué pasó ni dónde está. Las personas que a diario transitan por ahí y el personal de la tienda desconocen el motivo de la pérdida.
La primera versión desde luego, es un presunto robo, pues empleadas del lugar aseguran que en el último mes fueron varios interesados en adquirir el maniquí a cambio de cantidades exorbitantes y en algunos casos absurdas. Sin embargo, la respuesta a todas ellas fue negativa.
De haber sido robada, no sólo habrían perdido al maniquí más famoso de México, sino una parte de la historia y cultura del estado. Por la que no sólo la tienda tendría que responder, pues el gobierno se vería igualmente comprometido al tratarse de una de sus atracciones turísticas que ha atraído miradas de todo el mundo.
Lo extraño es que las cámaras de seguridad no alcanzan a captar el momento en que esto sucedió. Además, ningún grupo de delincuencia se ha contactado para pedir un rescate por el maniquí.
La gente ha tomado las redes sociales para preguntarse e intentar resolver este misterio con supuestas versiones y declaraciones que, lejos de aclarar el dilema, pone en la mesa más y más versiones.
¿Dónde está La Pascualita? ¿Se tratará de un delito o de alguna de las tantas anomalías de miedo de las que han sido testigos los Chihuahuenses?