“Tiene algo” y “No sé qué es lo que me gusta” suelen ser dos de las respuestas más comunes cuando se le pregunta a alguien por su pareja. Eso sin mencionar las creencias de que con esa persona han experimentado los más exquisitos silencios, las experiencias más increíbles, el sexo más fabuloso jamás experimentado en la Tierra, las pláticas de mayor interés y los besos más intensos del universo. En ciertas ocasiones acompañamos tales juicios por una creencia de que quizá no sea el rostro más bello para el mundo, pero sí el más atractivo para nuestra existencia; el ser adecuado para nuestro acompañamiento tanto emocional como estético.
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“Cada vez son más las teorías que indagan en el proceso del enamoramiento, estudiando este fenómeno de atracción en muy diversos ángulos; desde la clásica que le expone como una mezcla química que varía entre etapas hasta las que examinan en la mente ciertas consideraciones sobre la atracción”.
Según la investigación de Stephen J. Betchen, terapeuta de parejas, algo en lo que coincidimos todos aquellos que vivimos una relación o que han atravesado una separación ya lejana, es que solemos ser más estables o encontramos hogar con una persona que quizá nunca nos gustó tanto en un inicio, pero su actitud, humor y carácter nos hace (o hizo) sentir cómodos con el tiempo. Existen por supuesto los casos en que ambos integrantes de la comunidad son de cierto agrado a la vista, obvio, sólo que no debemos dejar de lado que en muchas situaciones siempre hay uno de los dos que es ligeramente –bastante más– guapo que el otro.
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“Tampoco te puedes cerrar a la idea sólo aceptando una cena con quien cumpla los estándares estrictos (y supermodélicos) de lo bello”.
Incluso se ha vuelto una especie de reproche social el “¿qué le habrá visto?”, sólo que no debería importarnos tanto porque, de hecho, hay razones biológicas y psicológicas para que esto suceda. Que no podemos entender, naturalmente, porque también hemos estado en ese sitio. Cada vez son más las teorías que indagan en el proceso del enamoramiento, estudiando este fenómeno de atracción en muy diversos ángulos; desde la clásica que le expone como una mezcla química que varía entre etapas (la cual conlleva un juego de testosterona, estrógeno, adrenalina, oxitocina, etcétera), hasta las que examinan en la mente ciertas consideraciones sobre la atracción, se ve en los análisis realizados que la apariencia deja de ser protagónica con el avanzar de las citas y la consolidación de un vínculo.
Eso no quiere decir que a partir de ahora sólo salgas o pretendas a quien no te gusta, muchas cosas tienen que funcionar desde un principio y debes cimentar la relación en algo real, no sólo bajo la premisa de que sin importar el físico se puede tener éxito en el romance; y por otro lado, tampoco te puedes cerrar a la idea sólo aceptando una cena con quien cumpla los estándares estrictos (y supermodélicos) de lo bello.
Si ya estás en medio de este escenario, que en realidad puede ser bueno, sigue las siguientes instrucciones para no desaprovechar algo que puede traer consecuencias favorables a tu estado civil. Si no, pues como con cualquiera que no ha tenido esa “chispa”: hasta luego y quizá hasta la próxima vida.
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Piénsalo como un experimento
Sí, seguro esperabas a un Brad Pitt o a una Margot Robbie en tu futuro, pero vamos, quizá este peculiar ejemplar no resulte tan malo como lo estamos pensando y sólo queremos ver qué tan lejos eres capaz de llegar, ¿no es así?
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Toma nota
No de manera literal, claro, pero al salir con alguien que no te encanta físicamente pero te atrae su presencia, mantén siempre en tu memoria por qué cosas es que estás allí. Puede ser su voz, su manera de reír, sus conversaciones, etcétera.
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Enfoca el examen hacia ti
Es decir, que recuerdes a cada instante eso que le hace tener una personalidad única no es para que evalúes si es un buen partido por su propia cuenta, sino para que te preguntes lo feliz que te hace escucharle, la hilaridad que te provoca su risa, lo bien que hacen sentir sus comentarios, etcétera, de manera independiente a cómo luce.
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Aprende
Quizá en todo este proceso te des cuenta de que no eres una maravilla y que quien tienes enfrente también está considerándote como una de las tantas opciones que tendrá en la vida, así que mide sus reacciones también y modera esas cosas que te parecen equivocadas en ti. Puede que te sientas la belleza de la posible relación, pero tampoco te sobrevalores.
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Identifica deal-breakers
Puede ser tanto en lo que está saliendo mal con tu date como con los errores que vienen de tu parte; es normal que haya cosas incómodas, pero estarás de acuerdo que hay cosas tolerables y actitudes totalmente molestas. Así que identifica con cuáles puedes vivir, si hay alguna que sobrepase los límites mejor despídete.
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Ten tantas citas como sean posibles
Si ya sobrepasaste las dos primeras citas, estás en todo tu derecho de acumular un poco más para identificar qué te gusta y qué no con mayor especificidad, dando pie a una relación verdadera, cuando la seguridad te embargue por completo en cuanto a los motivos no-físicos para quedarte ahí.
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Ve las cosas desde un ángulo positivo
No veas este experimento sólo hacia la otra persona, mucho menos como una solución a no tener a alguien mejor con quien salir, sino como una oportunidad para conocerte mejor y darle la oportunidad a alguien que quizá no sea un Ryan Gosling o una Scarlett Johansson, pero sea lo suficientemente amable como para quedarse a su lado.
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Mantén la mente abierta
No asistas a las citas como si fueran tu buena acción del día o como la salida exótica a esas viejas y fallidas relaciones del pasado; estás saliendo con un ser humano y si te atrae demasiado como para repetir las salidas a pesar de su apariencia, qué más da lo que los otros piensen u opinen. Sal a su lado cuantas veces sea necesario y expande tu mente a una indiferencia total ante los malos comentarios ajenos.
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Aunque no te guste tanto, tienes un punto a favor del amor y no de las pretensiones mediáticas en todo esto, sientes una fuerte atracción hacia su persona o ya llevan saliendo un tiempo pero no te animas a dar el siguiente paso por el estúpido “qué dirán”. Olvídate de idioteces y sigue estos pasos para abrirle la puerta a lo que puede ser tu gran amor pero te estás perdiendo por miedos superfluos. Para continuar con el tema, revisas esas cosas que no haces cuando amas a tu pareja y esas extrañas pero brutalmente ciertas 50 cosas que sólo una pareja realmente enamorada hace en la intimidad.