La percepción que tenemos de nosotros mismos y nuestra autoestima se definen mediante el concepto del ego, que en la psicología se define como la instancia psíquica a través de la cual el individuo es consciente de su propia identidad. Esta percepción, tal como lo dijo Freud, se forma por elementos conscientes e inconscientes.
Hay actitudes que tenemos diariamente que pueden construir o destruir nuestra autoestima sin que nos demos cuenta inmediatamente.
La mayor parte de la gente busca aumentar su amor propio, ya que es común que el estrés, la demanda laboral y la búsqueda de pertenencia, influyan en la manera en que nos vemos a nosotros mismos.
Según la profesora de psicología de la Universidad de Texas, Kristin Neff, la sociedad sigue intentando construir su autoestima a partir de argumentos sin guía y faltos de fundamentos y lógica. No hay nada de malo en tener confianza, el problema es cómo llegamos (o creemos que lo hacemos) a ese estado; para Neff, una construcción errónea de autoestima puede provocar narcisismo o depresión en momentos difíciles. Actualmente se cree que el poder económico y las posesiones materiales forman parte de la valía personal, pero no hay nada más erróneo.
La psicóloga nos presenta la autocompasión como una manera de responder a las situaciones de la cotidianidad que traen consigo estrés y problemas de concepción de uno mismo. Esto es, tratarte a ti mismo como tratarías a tu mejor amigo, incluso en los momentos en que las cosas no salen como planeabas.
También es importante percibir a la raza humana como un ente, como hermanos; entender que las personas somos imperfectas y podemos cometer errores.
Cuando somos compasivos con nosotros mismos y con los demás, entendemos que se cometen errores y que todos pueden fallar, y que aprender a perdonarnos es esencial para la convivencia (interna y con los demás). Esta clase de pensamiento nos puede evitar mucho sufrimiento, además de llevarnos a un estado de conciencia en el que sabemos que podríamos sufrir por esa preocupación pero preferimos aceptarlo y seguir adelante. Esto también facilita la superación del problema y concentrarnos en darle una solución con mayor facilidad.
Otra de las ventajas que Neff argumenta de adoptar la autocompasión como estilo de vida, es que la persona que lo practica desarrolla un gran sentido de valoración personal, pero no narcisista, sino que se juzga a sí mismo de manera positiva y reconoce cuando hace algo bien.
Un hallazgo curioso de las investigaciones de la doctora es que las personas que tienen mayor autocompasión, tienden a tomar responsabilidad cuando hieren a los demás y se pueden disculpar de manera sincera, esto sucede porque el estado de conciencia personal en el que se está hace que se tenga mayor claridad y objetividad de las situaciones.
En resumen, ser compasivos es una manera mucho más efectiva de alcanzar un estado de conciencia plena, paz y tranquilidad en nuestro entorno, y por tanto, ser felices.
Sabemos que hay días en los que todo parece oscuro y sin sentido, pero es bueno saber que hay cosas y actividades que podemos hacer para que no nos hundan los sentimientos negativos, por eso te recomendamos leer sobre 12 cosas que debes hacer cuando no te sientes seguro de ti y tu autoestima es baja.