Monarca es la nueva sensación en Netflix y no es de sorprenderse, es una serie que resulta ser bastante cercana no sólo para el público mexicano, sino el latinoamericano al representar algunas de las situaciones que todos conocemos en mayor o menor medida, pero por sobretodo porque detrás de la trama de conspiraciones, intriga y corrupción, existe un subtexto relacionado con el papel de las mujeres en el ámbito familiar, así como el profesional, además de su empoderamiento.
Esta serie, producida por Salma Hayek, aporta varias lecciones sobre el empoderamiento femenino, así como los obstáculos a los que las mujeres se enfrentan estén o no en una posición similar a la de Ana María, su protagonista.
Foto: Netflix.
Su protagonista: Ana María
Cuando la serie comienza, Ana María —interpretada por Irene Azuela— es una mujer periodista que radica en Los Ángeles y después de escapar de su legado familiar creó una nueva familia en Estados Unidos. A ella la caracteriza la conciencia social, las cuestiones relativas a las mujeres y sus problemas, así como la lucha contra el machismo.
Las dudas sólo están en tu mente
Sin revelar demasiado la trama de Monarca, en la serie Ana María se ve enfrentada ante el reto de dirigir una gran empresa (que le da nombre a la serie: Monarca) que además de ser una tequilera, se ha expandido a la industria hotelera y hasta de la construcción. En un principio Ana María duda sobre sus capacidades y si podrá ser la presidenta de un negocio tan importante y que conlleva un legado familiar. Sin embargo, a cada capítulo, Ana María prueba que esas dudas eran simples inseguridades sin fundamento. En otras palabras, tienes que aprender a creértela.
Foto: Netflix.
El peso de los roles de género
Además de las dudas sobre sus capacidades, Ana María se enfrenta a algunas decisiones con respecto a su familia nuclear y su papel como esposa y madre. ¿Debería abandonar su vida en Los Ángeles y provocar que su hija y esposo también lo hagan?
La serie nos muestra cómo el esposo de Ana María más de una vez le comenta que debería dejar la posición y volver con ellos, cuestión a la que la mujer se rehúsa, pues sabe que a pesar de la adversidad o la presión familiar, puede lograrlo.
Foto: Netflix
Las constantes trabas en realidad son oportunidades que aprovechar
Una vez la protagonista está en una posición de poder, personajes cercanos a ella y cuyas ambiciones se vieron coartadas por su nombramiento inmediatamente confabulan en su contra complicando la tarea de Ana María como presidenta de Monarca. Sin embargo, a pesar de los obstáculos, todos se convierten en oportunidades para que ella demuestre sus capacidades y los resuelva a pesar de los contratiempos.
Foto: Netflix.
El inicio de un matriarcado
Si bien esto no es un enfoque principal de la serie, algo queda claro: la familia Carranza rápidamente se convierte en un matriarcado en el que quienes dictan las normas son precisamente Ana María y su madre —interpretada por Rosa María Bianchi—, además de ser las encargadas de mantener a la familia unida. Las dos son algunos de los personajes femeninos más fuertes y de mayor carácter que inadvertidamente inculcan dichas características en los mujeres de la familia más jóvenes como Camila (hija de Ana María, interpretada por Carla Adell) o Lourdes (sobrina de Ana María e interpretada por Regina Pavón).
Foto: Netflix.
El valor de la verdad
Uno de los principios por los que se rige su protagonista y que la serie misma plantea es el valor de la verdad y la importancia de mantener los principios y la legalidad. De tal forma, Ana María se configura como un personaje que a través de la verdad y la honestidad intenta hacer sus negocios y también llevar su vida personal y su papel como madre. En ese sentido, la honestidad se convierte en una moneda de cambio que hace de todas las personas (y no sólo las mujeres) en personas de fiar.
Foto: Netflix.
La importancia del consenso
Al tratarse de una serie contemporánea, en Monarca se plantean subtramas que versan sobre el uso de las redes sociales y el impacto que éstas pueden tener en las vidas privadas de las personas. Así se da inicio a un arco narrativo cuyo eje central radica en el consentimiento de las mujeres durante los actos sexuales, así como el juicio posterior hacia las mismas mujeres tras una situación de abuso, mismo que tradicionalmente critica y culpa a la mujer por actos ajenos a su control.
Foto: Netflix.
Su productora: Salma Hayek
Además de sus personajes y tramas, Monarca también enseña sobre el empoderamiento desde la posición de productora de Salma Hayek. La actriz incluso ha declarado en entrevistas que así como la protagonista, ella también se ha enfrentado a dudas y rechazos —originados en el machismo— cuando ha presentado iniciativas para realizar películas y series en nuestro país.
Foto: Netflix. La creación de este proyecto de Netflix deja entrever que en México —y otras latitudes— aún queda pendiente la lucha por la equidad y la igualdad en oportunidades, y que si bien las mujeres han ganado territorio en cuanto a sus derechos, aún hay mucho por ganar.
Te podría interesar:
7 maneras en las que las mujeres participamos en nuestra propia opresión
28 fotos que demuestran el lado humano de la lucha por la justicia
¡Adiós, piernas abiertas! Crean silla que enseña a los hombres a sentarse