Nada más impactante que escuchar el relato en carne propia de una persona con enorme fuerza de voluntad que supo sobreponerse a los horrores de un campo de concentración en los años 40, en plena ocupación nazi. El relato del que hablaremos hoy es El hombre en busca de sentido, un ensayo publicado en 1946 y construido a partir de las experiencias de Viktor Frankl (1905-1997), fundador de la logoterapia y narrador vivencial de la vida cruenta en un sitio de desesperanza y tristeza.
Frankl es la prueba fehaciente de que la voluntad y la mente humana pueden sobrellevar situaciones inhumanas y desesperantes —aunque también se debe contar con cierto grado de suerte. La narración del escritor y psicólogo austriaco es una lección de vida para todos. Dueño de una voluntad inquebrantable, Frankl pudo continuar con su vida; a pesar de haber perdido a su familia en los campos y de la pesadumbre de la existencia que acaecía en la mayoría de los internos al ser liberados, el vienés supo darle sentido a su existencia y sufrimiento.
A continuación, te compartimos 9 lecciones que podemos aprender de Frankl en su libro El hombre en busca de sentido.
1. La existencia como única posesión
Tras haber sido despojado prácticamente de todo, sólo te queda tu propia existencia y conciencia. Valórala ante todo.
2. Apatía ante la muerte emocional
Los sentimientos manifiestos de la vida diaria eran destruidos para dar paso al asco, la indiferencia y el horror. La enfermedad, la agonía y la dura realidad ya eran cosas tan comunes para el prisionero que dentro de poco tiempo ya no le causaba ninguna sensación ni conmoción, ya era todo normal. Nunca normalices la injusticia, la violencia y el dolor que te rodea; permítete sentir todo.
3. Intensificación de la vida interior
Existía una cierta añoranza de la vida anterior del prisionero y es justo por eso que en él florecían sentimientos de apreciación hacia la belleza del arte y la naturaleza. El propio Viktor constató esto cuando observó a dos prisioneros viendo el resplandor del cielo en un charco de agua y uno de ellos le comentó al otro “¡qué bello podría ser el mundo!”. Pero no es necesario que vivas la peor tragedia para apreciar estos detalles.
4. Al hombre se le puede arrebatar todo menos su propia libertad
Es el último de los Derechos Humanos: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir nuestro propio camino. Aférrate y defiende esa libertad hasta el final.
5. Dar sentido al sufrimiento
Date tiempo para encontrar el sentido y la lógica detrás de tus sentimientos.
Cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de aceptar dicho sufrimiento, pues esa es su sola y única tarea. Ha de reconocer el hecho de que él está sólo en el universo (que) nadie puede redimirle… ni sufrir en su lugar (y que) su única oportunidad reside en la actitud que adopte al soportar su carga. La actitud más enriquecedora —no necesariamente la más fácil— es descubrirle un sentido al sufrimiento.
6. La vida tiene sentido en cualquier circunstancia
Si una persona no puede encontrar un sentido a su sufrimiento, tenderá a la desesperanza, según afirma Frankl. Pero si la persona es capaz de encontrar un sentido a su desdicha, puede convertir sus tragedias en un logro, en una forma de superación.
7. El modo en que el hombre acepta su destino es determinante
Aún en las condiciones de vida más precarias, se puede conservar una dignidad, un valor. También se puede ser presa de las circunstancias terribles del entorno y perder toda esperanza y dignidad humana; o por el contrario, se puede encontrar una forma de crecer espiritualmente. Aquel prisionero que perdía la fe estaba condenado y terminaba sujeto al aniquilamiento físico y mental.
8. Hombres decentes e indecentes
Frankl hace referencia a los guardias de la SS en esta ocasión. Meditaba sobre cómo era posible que aquellos hombres hubieran llegado a ese grado de adormecimiento de los más básicos sentimientos y valores naturales, cómo cometían toda clase de barbaries. Se habían endurecido hasta el límite, pero aún quedaban algunos que esbozaban algo de bondad en ellos. Cuenta que un comandante de las SS compró medicamento para algunos prisioneros. Ante esto, reflexiona:
¿Qué es en realidad el hombre? Es el que decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero también es el ser que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración.
9. La muerte como responsabilidad frente a la vida
Frankl dice que la muerte le da pleno sentido a la vida. Tiene la experiencia del campo de concentración para avalarlo. Sin embargo, es obvio que no todos tenemos vivencias parecidas. No obstante, sugiere vivir con la actitud más digna o con el mejor esfuerzo. No necesitas ver la muerte a los ojos para valorar la vida.
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El texto anterior fue escrito por Adrián Espinosa.
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Desafortunadamente, el siglo XX estuvo marcado por genocidios que cambiaron a la humanidad. Debemos conocer y recordar cada uno de ellos, para tener siempre en mente que jamás será válido atentar en contra de la vida de millones sólo por ganar guerras inútiles y despiadadas.