¿Cómo volver a comenzar sin miedo? ¿Cómo volver a creer en el amor? Con el libro Infla (do) mable: Diario de una chica en llamas, lo descubrirás. Sus historias buscan que quienes las lean dejen el miedo atrás, junto con todos aquellos prejuicios que desde que somos pequeños nos van y vamos inculcando. Si no te sirve, ¿para qué lo quieres? Si te atormenta, ¿para qué lo quieres? Si te provoca tristeza, miseria, melancolía, ¿para qué lo quieres?
Olvidemos todo eso que nos hace daño: las opiniones sin fundamentos de personas que apenas nos conocen, los corazones rotos del pasado, las peleas hirientes con personas importantes que nos desgarraron el alma. Te compartimos dos escritos que podrás encontrar en este maravilloso libro, para que creamos en el amor y creamos en nosotros. Sin miedos.
Ver también: La solución perfecta para los que no creen en el amor
Milagro
No se puede dejar de creer en el amor.
Porque el amor es algo que existe independientemente de que tú
te cagues en él,
y en todos tus jodidos putos muertos.
Existe y sigue ahí, metiéndote el dedo en el ojo
no importa lo que te llore o lo que te enfade su existencia.
Existe independientemente de que el otro se vaya
y te deje solo y creas que jamás volverás a sentir lo mismo por nadie más.
Existe aunque tú no tengas ningunas ganas de volver a amar a alguien,
aunque dudes muy seriamente de que algún día vuelvas a hacerlo.
No se puede dejar de creer en el amor.
Pero te juro que el día en el que, inopinadamente,
de repente, dejamos de ser,
casi obro el milagro.
Casi,
pero no.
Porque no se puede dejar
de creer en el amor.
A joderse.
No pienso olvidarme de ti
Me quedaré aquí esperando a ver pasar la vida y que algún otro amor
que ponga la venda y no cure la herida.
que me achique el agua y no consiga que flote,
que me ponga la tierra y no me crezca la semilla.
No pienso olvidarme de ti.
No voy a dejar que toda esta catástrofe que ha sucedido, por no saber querernos bien,
me haga dejar de quererte a mi manera,
nos haga dejar de recordar la arena que bajó del reloj, al que juntos dimos la vuelta,
que armó la tormenta que escocía en los ojos y al que ya se le terminó el tiempo.
No pienso olvidarme de ti.
Ni de tu boca de cañón ni de tus dedos que apretaban cada uno de mis gatillos.
Ni de tu olor a pólvora ni de tu sabor a muerte que resucita a los que creen que están vivos.
Ni de tu voz -pum- directa a los pulmones.
No voy a olvidarme de ti.
Porque fuiste una enfermedad crónica sin la que ya no sé convivir con la vida.
Porque ya no sé ver al amor si no es a través de tus ojos ni de tus manos
apretándome contra el colchón.
Porque me siento una niña intentando hacer unos deberes
que ni quiere ni puede
y nadie puede hacerlos por mí.
Porque no entiendo las ecuaciones del olvido
porque ya no sé redactar tu adiós
porque sólo escribo tu nombre en la pizarra porque sólo escucho tu voz.
Porque fuiste la única persona por la que haría que le levantaran el castigo
para ponerme yo de cara
a la pared.
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Ver también: Por qué no debes dejar de creer en el amor aunque te hayan roto el corazón mil veces
Este texto es parte del libro Infla (do) mable: Diario de una chica en llamas, escrito por @Sritabebi, y distribuido por editorial Penguin Random House. En él encontrarás reflexiones cortas que te ayudarán a entender más el sentido de la vida y la libertad que implica, así como los miles de sentimientos con los que nos topamos en el día a día.
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