El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman.
Creemos tener una personalidad única e irrepetible, ser diferentes al resto, sin comparación, sin un rasgo que nos englobe en aquello que evitamos a toda costa: la uniformidad. Sin embargo, mientras nosotros intentamos individualizarnos con más ahínco, teóricos sociales intentan dar características que unan todo lo que nos engloba como seres humanos.
Unos, dicen, nos comportamos de manera irracional cuando nos unimos con un grupo de personas al que llaman masa. Otros más libres optan por hacernos creer que estudiar al ser humano es imposible cuando nos damos cuenta de que cada uno tiene conciencia y diferentes motivaciones. En psicología, por ejemplo, la mente humana y su comportamiento ha sido estudiado de muy diferentes maneras.
Aquellos basados en el funcionalismo y en el estímulo-respuesta dicen que somos los que obedecemos ante recompensas y castigos, tal como los perros de Pavlov o las ratas que intentaban descifrar la salida del laberinto para obtener queso. Cientos de experimentos para conocernos mejor quedaron establecidos y desde aquellos que probaban la teoría de Hannah Arendt, que aseguraba que en realidad sólo seguimos órdenes sin querer hacer algo o no, hasta los que nos daban la capacidad de controlar todo nuestro mundo gracias a la subjetividad, nacieron.
Carl Jung, por ejemplo, quería saber qué ocurría con las imágenes que se encontraban en el inconsciente profundo. Estaba en una búsqueda constante de la personalidad humana a través de la cultura y la individualidad. Logró hacer un estudio de la mente mucho más certero que cualquier otro psicólogo, intentó adentrarse en la muerte y aquello que prosigue después del fin, pues, según Jung, la psique podría seguir existiendo más allá del tiempo y el espacio. Encontrar el significado es lo único que queda para que todos podamos continuar nuestro camino, porque ese significado es el alimento vital para la psique.
Fundó la psicología analítica, también conocida como psicología profunda, y más tarde creó sus estudios de personalidad, uno de los legados más notables que dejó a la psicología. Jung, de hecho, fue quien acuñó términos como “extrovertidos” e “introvertidos”, que utilizó para explicar las personalidades en conjunto con las funciones racionales del ser humano –las que dividió en pensar y sentir– y las irracionales –percibir e intuir–.
Para Jung, los introvertidos dividían su energía interior en pensamientos propios y estados internos, mientras que los extrovertidos la dividían hacia la gente y las experiencias del mundo. Así pues, haciendo un cruce con cada tipo de personalidad, las siguientes personalidades deberían ser las que conjuguen a la totalidad de personas. Aquí ellas.
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Pensamiento-introvertido
Prefiere las ideas a los hechos y la realidad interior en lugar de lo que hay afuera. Tenaz para defender y cumplir sus metas, pero también alguien que se deja influenciar con facilidad porque para él, el mundo social es un tanto ajeno.
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Sentimental-introvertido
Una persona reservada pero simpática y comprensiva, que intenta mantener lazos cercanos con amigos y familia. Ama con franqueza, pero nunca lo demuestra. Callado y melancólico, es tal vez el más difícil de comprender.
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Perceptivo-introvertido
Para él es más importante la experiencia subjetiva que los hechos. Sus impresiones sensoriales y sensaciones internas son lo que lo hace conocer al mundo. Aquellos que parecen no vivir en este planeta tienen este tipo de personalidad y se distinguen por ser bastante modestos y callados.
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Intuitivo-introvertido
Anhela y vive el futuro en lugar de centrarse en el presente. Soñadores, fanáticos, artistas, se preocupan poco por las cosas exteriores y por el “qué dirán” el resto de las personas. Son inestables y les cuesta mucho comenzar una relación con cualquiera; de hecho, muchos los creen poco confiables y a ellos también les cuesta mucho confiar en los demás. Son considerados un verdadero enigma.
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Sentimental-extrovertido
Interesado en las relaciones humanas, es muy sociable y guía su acción por lo que ocurre en el exterior. Su actividad intelectual se restringe si sus emociones son grandes y no puede pensar si no se trata de algo que sienta previamente. Expresa abiertamente sus sentimientos, es bastante empático y hace que las personas sientan rápidamente confianza hacia él.
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Perceptivo-extrovertido
Para él es sumamente importante tocar, sentir y poder ver de lo que se habla. Busca estar siempre bombardeado por estímulos, pero se aburre y fastidia rápidamente. Ama las fiestas y es bastante alegre, busca constantemente el placer. Cuando alguien lo traiciona, suele vengarse y a veces permite que las personas pasen por encima suyo. Sin querer, dota a los objetos de un valor mágico y hasta puede llegar a convertirlos en fetiches.
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Intuitivo-extrovertido
Es una persona aventurera desde que nace y hasta que muere. Mantiene el interés en algo hasta que consigue ese objetivo que por tanto tiempo planeó, después necesita replantear sus perspectivas. Su intuición es una de las cosas más importantes para él y lo cree con tanto fervor que tiende a convencer a los demás de pelear a su lado. Son bastante carismáticos y siempre es fiel a sí mismo, aunque muchos lo consideran inestable y cambiante. Su fuerza de voluntad es una de las cualidades más poderosas que tiene y no se preocupará de las otras personas, de los hábitos sociales o la moral con tal de lograr sus metas.
Carl Jung inspira al mundo con sus teorías y postulados. Estas películas tienen algo, en ocasiones un solo elemento, que se basa en sus postulados y que sin él, no tendrían sentido. Existen otros autores que aseguran la existencia de 9 tipos de personalidad diferentes. Aquí puedes consultar cuál se parece más a la tuya.